Teodoro Scherneid
Estaba en mi oficina terminando de firmar unos papeles para finalmente entrar al proceso de venta, cuando sonó mi celular por lo que miré un número desconocido, no sabía de quién se trataba, y movida por la curiosidad decidí ver el mensaje que había llego, en cuanto lei el nombre y quien era le di una sonrisa nerviosa, ese demonio me habia enviado un mensaje escandaloso, al parecer la conversacion con su padre no fue muy bien.
Como no soy el tipo de persona que deja las cosas baratas, le respondí de la misma manera, y así comenzó un interminable intercambio de mensajes y con cada mensaje ella se volvía aún más rebelde y arrogante, creo que debe estar muy molesta por las palabras que ella mandó, incluso imaginé su cara al escribir de nuevo y responderme, solo me reí y fue cuando vi a mi hermano Thalles entrar por la puerta, mirándome y dijo.
"Theodore, ¿estás sonriendo y eso es todo?"
Mira, esto es nuevo, mira, siempre está frunciendo el ceño o frunciendo el ceño de una manera seria.
- Le di una sonrisa llena de sarcasmo y comenté mirándolo seriamente.
"¿Y desde cuándo estás interesado en algo sobre mí, Thalles?"
Ahora quieres saber las razones de mi sonrisa, ¡eso no es asunto tuyo!
— Oye, tranquila, tú tampoco tienes que pegarme, con tanta ignorancia, solo vine a traer unos papeles que tu padre te pidió que miraras, por cierto no quieres hablar del motivo. por esa sonrisa tampoco, ¿y tú?
— No, no quiero dejar los documentos ahí, y vete que eres muy entrometido, ¡eso no es asunto tuyo!
Como dije, ahora ve a tu habitación, hermanito, ve a buscar una manera de tratar de derribarme, ¡ya que todavía no lo has logrado!
"¡El juego aún no ha terminado, hermanito!"
Todavía flaquearás, y será mi apertura para sacarte de la presidencia de la empresa de una vez... - Dejé escapar una risa sarcástica y comenté mientras giraba mi silla observándolo.
— ¡Thalles, Thalles, continúa desafiándome, esta silla es legítimamente mía!
Soy el primogénito, el primer hijo, y así como yo serán mis herederos, que continuaron con la herencia de nuestro padre, no sé por qué te quejas, al fin y al cabo nuestro padre también te dejará bien…
- Cállate, crees que eres demasiado, pero igual voy a hacer que te caigas de tu caballo, ¡Theodore se va a equivocar!
Y estaré allí para verte caer.
- Seguí mirándolo sonriendo y le dije de una manera tranquila y serena, supongo que eso solo hizo que su odio aumentara más, cuando yo tenía esa costumbre de ser sarcástica y burlona.
"¡Tú tienes tus armas y yo tengo las mías!"
Y créeme, usaré lo mejor para destruirte si sigues queriendo algo que es mío, ahora sal de mi habitación necesito trabajar, a diferencia de ti tengo más funciones y responsabilidades que fueron dadas por nuestro padre, por favor vete. ..
Thales me mira de manera poseída y se va, cerrando la puerta, después de que crecimos, cada uno siguió un camino diferente, prácticamente nos convertimos en enemigos, el único problema de mi hermano es que es demasiado codicioso, mientras que yo soy inteligente y lo sé. cómo hacer que esta empresa avance, pero Thalles no está en condiciones de hacerlo, a la primera oportunidad hará que esta empresa se hunda con él.
Nuevamente tome mi celular y había otro mensaje de Bruna, quien me decía que me fuera al diablo y a la mierda y que más podía esperar de ella, a veces me preguntaba si realmente se crió en un convento?
Pues la chica tenia la boca bastante sucia, pero se la iba a poner en el eje con el tiempo, le mande otro mensaje aun mas maltratado, pero no me contesto, asi que decidi llamarla quien encima eso, rechazó la llamada en mi cara, seguí en mi insistencia, quería escuchar su voz, pero no me contestó y cuando pensé que tal vez me podría contestar, creo que apagó su celular así que no la molestaría, porque el número solo iba al buzón de voz, solté uno, hijo de puta sin pensarlo dos veces.
Así que decidí llamar a Raúl, preguntándole si podía almorzar hoy en su casa, para tratar de acercarme a Bruna, ya que ella aún estaba muy lejos, a la vez él accedió, me pareció una excelente idea, mientras caminaba hacia el estacionamiento, me imaginaba cómo se vería la cara de Bruna cuando me viera almorzando con su familia, apuesto a que no sería lo mejor.
Sin embargo, quien había comenzado todo era ella misma, ahora le haría pagar con el mismo veneno que me derramó, vería si de verdad le gustaba que la desafiaran.
El tráfico en Nueva York no era el mejor, parecía que esa maldita fila de autos no se movía y suspiré profundamente, pero no iba a renunciar a este almuerzo, porque solo quería ver a mi futura esposa. cara cuando me viera, estoy seguro de que su cara cambiaría de inmediato, quería ver si era tan escandaloso frente a su padre y me trataría mal, o sería cordial al menos frente a su padre.
Después de casi media hora en este maldito tráfico, finalmente estaba a unas cuadras de la casa de la familia Reis, tan pronto como crucé las puertas y bajé de mi auto, toqué el timbre y pronto una de las mucamas vino a abrir. dándome la bienvenida, así que Raúl estaba en la sala esperándome ya.
“¡Teodoro, por fin!
Te tomaste un tiempo, ¿verdad?
Apuesto a que debe ser por el tráfico, esta vez es horrible, sobre todo para los que vienen de la dirección de la empresa de tu padre...
— ¡No te preocupes, creo que después de la lección que le di, ella aprenderá a respetarte mejor!
— ¡Entiendo perfectamente, señor Raúl!
Tendré mucha paciencia, al principio yo tampoco quería este matrimonio, pero mi padre tuvo que aceptarlo, él también pensó que aún no era el momento, pero ya me había explicado que nuestra familia siempre se casaba muy temprano. ...
— ¡Exactamente mi hijo!
Con el tiempo creo que ustedes dos también se asentarán, es solo cuestión de tiempo.
El señor Raul y yo, luego cambiamos de tema y comenzamos a hablar de negocios, mire de vez en cuando hacia el pasillo donde me dijo que se hospedaba Bruna, pasaron unos minutos hasta que la vi entrar, traía puesto un vestido azul con su se me pego el cabello y tambien me habia puesto un labial rosa, me habia hecho un maquillaje normal, en cuanto ella puso sus ojos en mi su sonrisa murio al instante, poniéndose totalmente seria no queria creer que me estaba pasando de nuevo que yo' m frente a ella, solo sonreí y caminé hacia ella tomando su mano para besarla mientras ella continuaba mirándome seriamente.
— ¡Ay, mi prometida, estás maravillosa como siempre!
Tomé la decisión hoy de venir a almorzar contigo, espero que no te importe, ¿de acuerdo?
Bruna me miró con los ojos prácticamente en llamas, pero cuando notó que su padre lo miraba serio, lo disimuló y comentó con algo de ironía en sus palabras.
—Sí, claro, ¡será un placer contar con la compañía de mi futuro esposo!
Creo que deberíamos sentarnos, mi madre mandó decir que el almuerzo ya está servido, vamos Theodore...
Ella me tendió la mano para que la tomara, tuve que felicitarla, pues sabía comportarse perfectamente frente a su padre, pero creo que pronto se vengaría o arreglaría, sin embargo acepté llevarla mano y en cuanto le aseguré sentí que apretaba bastante fuerte clavándose en sus uñas, dejé escapar un gemido bajo mirándola, mientras ella me sonreía maliciosa y maliciosamente al mismo tiempo, también decidí corresponder apretándola mano fuerte y me di cuenta que ella contuvo el dolor para que su Raul no se diera cuenta...
Si ella quería que fuera así, belleza, pero que no pensara que yo tampoco le pagaría todo lo que me hizo, ya estaba imaginando cómo sería nuestra vida a partir de ahora cuando estuviéramos casados, uno hora estariamos matando en otra, nos amamos quiza, con el tiempo sabre que pasara en este matrimonio, pero si ella piensa que me va a hacer rendirme, alejándome de todo lo que es camino, se equivoca ahora más que nunca me siento desafiado y llevaré esta peste al altar, le guste o no. Soy Theodore Scheineid, Bruna tendrá que hacer mucho más que eso para que renuncie a ella, y puedo No espere a tenerla entre mis brazos en cuanto pruebe a Theodore cambiará su pensamiento sobre mí y dudo que no se enamore…
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