Triple penetración romance Capítulo 47

Sentí físicamente cómo todo dentro de mí caminaba por su polla y cómo mi intestino apretaba un objeto extraño.

Incluso tuve la sensación de que mi agujero de chocolate se estaba volviendo cada vez más pequeño.

Ya no tenía ningún reclamo por Karim, solo un interés puro en el conocimiento de lo nuevo y el deseo sexual.

Seguí con dos dedos follando el culo de Nurbek y chupando su polla. En algún momento, incluso lamenté haber aceptado tan rápidamente las condiciones de Ruslan.

De repente me di cuenta de que podía jugar estos juegos con cualquiera. ¡Y también pensé que cada hombre podría darme sensaciones inolvidables!

Nurbek levantó la cabeza, observando con interés lo que estaba sucediendo, y cómo yo estaba chupando mientras lo satisfacía con la boca y la mano.

– ¿Qué te parece, puta? ¿Te gusta? – Karim se agachó y lo susurró directamente en mi oreja, recogiendo mi cabello en su puño firme.

De mi ano por todo mi cuerpo emanaba un deseo incontrolable de follar, tanto que estaba lista para saltar sobre su pene solo para que Karim entrara aún más profundo.

Lástima que su pene era solo de longitud media.

– Es obvio que te gusta, ¿y si aumento la velocidad? – La voz de Karim hizo un poco de gruñidos, me emocionó aún más.

– ¿Qué pasa, puta? ¿Te gusta? ¡Ahora será aún más interesante!

Hice una mueca con una palabra sucia en mi dirección que ahora he escuchado de hombres tan a menudo. Pero el deseo de continuar con este sexo loco inmediatamente me sacó de la cabeza todos los pensamientos de incomodidad.

Esto demostró que era una ninfómana realmente loca, por muy avergonzada que fuera admitirlo.

Sacudí la cabeza, cómo anhelaba sentir un pene palpitante en mi agujero húmedo y excitado. ¡Quería sentir una polla con venas abultadas que me daría un placer indescriptible estando dentro de mí!

¡En este momento, realmente quería conseguir una polla en la entrepierna para la felicidad total!

Me estaba volviendo loco por la forma en que me follaba sin ceremonias este borracho caído.

Se comportó como si fuera Casanova, y eso me emocionó aún más.

Me mordí el labio, esperando la sensación de llenar mi ano con su esperma.

– ¿Puedes correrte dentro? – lo pedí.

– Oh, puta insaciable, ¿quieres mi semen en el culo? – En un instante agarró mi cabello en un puño, y de nuevo escuché su voz sobre mi oreja, – Solo haré todo cuando quiera.

– Ninguna mujer puede ordenarme, especialmente tú, ¿entiendes, putita? – me tiró del pelo detrás de él, lo que me dolió.

– Sí, lo entiendo. – yo respondí humildemente.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Triple penetración