¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 167

Capítulo 167 

–Eh... S–s... iMañana estoy libre! —respondió Anastasia mientras miraba a Elias, quien estaba manejando. 

IIO 

–Sé que es usual que estés ocupada en la noche porque necesitas cuidar de tu hijo, por lo que no es la hora indicada, es por eso que te invito a salir en la tarde. Entonces, está decidido. Salgamos juntas a comer. 

– Claro, señora Palomares –dijo con certeza Anastasia, al fin y al cabo, era la primera vez que Eva la invitaba a salir a comer, por lo que seria bastante grosero rechazar la invitación. 

– Muy bien, te contactaré mañana, debes estar muy ocupada ahora. Entonces, eso es todo. 

–Seguro, nos vemos mañana –contestó Anastasia y esperó a que Eva colgara la llamada para por fin suspirar de alivio; en ese momento, volteo a ver a Elías para hacerle una pregunta. 

–¿Sabes por qué la abuela me invitó a comer? En verdad solo quiere platicar conmigo? 

–Lo más probable es que quiera hablar contigo sobre el tema entre Miguel y tú –respondió Elías sin dejar de ver el camino y con su atractiva cara que no demostró expresión alguna. 

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–¿Qué? ¿Por qué? –parpadeó ella confundida. 

–Es porque Miguel te propuso matrimonio la última vez y ella se lo tomó en serio, así que lo más probable es que quiere hablar contigo sobre los preparativos de la boda. 

–icQué?! ¿Hablas en serio? –exclamó ella en un estado de shock bastante grande al escuchar las palabras de él. 

«¿En verdad la señora Palomares se tomó la propuesta en serio?». 

–Este es un problema en el que te metiste sola, así que, ino deberías estar preparada para las consecuencias? –resopló Elías con frialdad. Mientras tanto, ella se mordió su labio rojo; en efecto, todos se habían tomado la propuesta en serio, sin embargo, nadie se dio cuenta de que ella le había explicado la situación en privado a Miguel. 

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–Entonces, ¿qué debo hacer? Nunca tuve la intención de casarme con el ––expresó Anastasia lanzando un respiro profundo, después de todo, no quería afectar a las prospectas de Miguel. 

–Anastasia, debes ser franca. ¿Qué sientes por Miguel con exactitud? ¿Te gusta o no? –cuestionó él. Por casualidad, su auto frenó en un semáforo y dirigió su profunda mirada con atención hacia ella, por lo que, en ese momento, Anastasia se mordió el labio inferior. 

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–Nada más lo quiero como a un amigo, me agrada por su ingeniosa y divertida personalidad. También me agrada como logra llevar a cabo tal estilo de vida tan relajado y despreocupado, pero nunca pensé en casarme con él. Me agrada, mas no lo amo –dijo y en cuanto termino, de 

o en sí y volteó a ver a Elías—. De todas maneras, ¿por qué te estoy contando esto? 

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–Bueno, ya lo dijiste, así que el resultado no debería importar

Elías se miraba apartado, distante y frío frente a los otros, pero para Anastasia, él se había 

convertido de alguna manera alguien en quien confiar, aunque ni siquiera sabe cuándo pasó esto. 

–No quiero hablar de esto, sigo analizando en cómo explicar la situación mañana –contestó ella soltando un suspiro al hallarse en dicho apuro; al oír eso, Elias levantó las cejas y le dio una sugerencia. 

– Tengo un consejo. 

–iA ver! –exclamó ansiosa. 

– Mañana, lo único que debes hacer es confesar tu amor por mí enfrente de Miguel y la abuela –sugirió un plan a prueba de tontos; de manera repentina, los ojos de Anastasia se abrieron un poco. 

– En tus sueños! –se burló ella. No obstante, Elías no se encontraba afectado por la reacción de ella y no estaba ni un poco molesto o enojado en lo absoluto, al contrario, la sonrisa en su cara se hizo más grande. 

–De otra manera, yo podría confesar mi amor por ti. 

–¡No! iNi te atrevas a hacer algo drástico! La situación ya es muy complicada, así que no las empeores, ¿está bien? – Anastasia sintió de repente que él solo estaba ahí para crearle más problemas a propósito. En ese momento, la escuela de Alejandro estaba al alcance de los ojos cuando, de pronto, Elías se giró hacia ella. 

– Iré adentro para recoger a Alejandro, tú espera en el auto. 

–Alejandro es mi hijo, así que yo voy por él ––replicó Anastasia, pues se resistía a ser una molestia para él. 

–Le prometí a Alejandro en la mañana que vendría de forma personal a recogerlo en la tarde, así que debo cumplir con mi promesa –comentó él y abrió la puerta del auto y salió de este. 

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Con respecto a Anastasia, ella nada más pudo esperar sentada en el auto, aunque en realidad ella pudo unirse a él para así llegar juntos a la escuela, pero ella se sentía un poco timida, después de todo, no eran una pareja de verdad. Con anterioridad, Elías tenia que pretender que era el papá de Alejandro y acudía a los eventos deportivos, así que si alguno otro de los padres iniciaba la conversación, la cosa se ponía bastante incomoda. Por eso mismo, Anastasia decidió quedarse en el auto; poco después, miró a Alejandro salir de la escuela agarrado de la mano de Elías, se miraba bastante feliz, pues parecia que había un resorte en sus zapatos. En cuanto ella miro eso, no puedo evitar contener la sonrisa de su cara, ya que estaba llena de felicidad cada vez que miraba a Alejandro en ese estado lleno de emoción. 

–iMami! –exclamó Alejandro, después se subió al auto y se sentó en su asiento especial para niños, fue entonces cuando Elías se inclinó y le abrochó el cinturón de seguridad y la escena de ese momento mostraba a Elías actuando el papel exacto de un padre amoroso

 

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