¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 180

Capítulo 180

Anastasia se detuvo de repente y su expresión cambio ligeramente, puesto que este también era un tema que ella no queria tocar, así que lo rechazó de inmediato.

– No quiero hablar de eso.

– Todo está en el pasado, así que deberias ser más abierta y dejarlo ir, además, Alejandro ya está grande, así que no hay necesidad de obsesionarse con todo eso -aconscjó Elías, debido a que creia que la decisión de Anastasia de permanecer soltcra se debía a su pasado con él.

Aunque Anastasja sabia que el solo estaba siendo amable y que queria consolarla, ella no necesitaba eso en absoluto, así que levantó la cabeza y lo miró fijamente a los ojos.

– Presidente Palomares, ya es tarde.

Sin embargo, a Elías no le importó su respuesta y continuó sentado en el sofá con una expresión intensa en sus ojos, luego apoyó uno de sus codos en el reposabrazos y comenzó a golpear levemente el sofá con sus delgados dedos indice y mcdio; no tenía la intención de irse todavía

-Elias, ya casi son las diez de la noche, ihasta cuándo seguirás con esto? – Ella solo queria que se fucra, se preguntaba si el hombre no tenía que ir a casa o si simplemente no necesitaba descansar un poco

En ese momento se puso de pie, pero a proposito, dejó las llaves del auto en el sofá, luego se dirigió a la entrada y antes de salir, volicó en dirección a Anastasia y dijo:

-Pasame las llaves del auto, por favor.

Anastasia las miro y las tomó rápidamente para llevárselas, sin embargo, el hombre se negó a tomarlas, al final, la joven dio un paso fuera de la casa y estiró la mano para entregárselas, pero de repente. Elias estiró el brazo y la sacó fuera de la puerta, por lo que, al instante, se vio envuelta en el perfume masculino de la figura sornida que la sostenía; en ese momento, su cuerpo se puso rigido. Entonces, Anastasia levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de Elias, la agresividad en ellos era muy evidente; en eso, el hombre se inclinó un poco sobre ella y le dio un beso candente y húmedo en los labios, ni siquiera le dio oportunidad de rechazarlo debido a su agresividad

Por un momento, Anastasia se quedó sin aliento y se sentía un poco aturdida por el prolongado beso, entonces, cuando por fin pudo recuperar el sentido, trató de alejarlo, pero en eso, Elias apoyó la cabeza en su frente y su dulce aliento golpeó su mejilla mientras ambos jadeaban por lo bajo.

– Justo ahora me siento lo suficientemente satisfecho como para irme.

En ese instante, Anastasia levantó la mirada llena de rabia.

eAsi que no se sentiría satisfecho si no se aprovechara de mí? ¡En qué demonios está pensando! iParece que siempre viene ideas sucias en la mente!

-iSolo vete! – Ella lo empujó con fuerza y se dio la vuelta para entrar en su habitación, después, cerró la puerta tras de ella. En ese momento, su corazón latía con fuerza y todavía podia saborear

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-Senor Palomares, podria ensenarme a resolver esto:

Elias tomó el cubo y el mismo pareció cobrar vida al estar en sus manos mientras sus delgados dedos lo giraban con destreza; sus acciones eran demasiado clegantes para ser reales y en cuestion de segundos, habia completado los seis lados del cubo Rubik. Anastasia habia pasado por delante de ellos mientras guardaba algo de ropa y no pudo cvitar aplaudir en silencio al ver la rapidez con la que el hombre resolvia el cubo; en eso, penso que Elias era inteligente y que, si Alejandro convivía más con él, podria llegar a ser un ejemplo a seguir. De pronto, Anastasia recobro el sentido:

En qué tonterias estoy pensando? ¡No puedo creer que pensé en acercar a Alejandro a Elias para que lo eduque!

Justo eran las 9:30 de la noche cuando Anastasia se giró hacia su hijo, quien estaba sentado en el sofá.

– Alejandro, mira la hora, ¿qué se supone que deberías estar haciendo ahora? —preguntó.

El niño levantó la mirada para ver en dirección del reloj y dijo:

– Mami, ¿podrias darme otros 10 minutos, por favor?

– No, ya es hora de que leas uno de tus cuentos para dormir y que vayas a la cama, además, el señor Palomares también debe irse a su casa, se está haciendo cada vez más tarde. -Anastasia queria que Alejandro dejara de molestar a Elias, asi este último podria irse.

Sin embargo, el pequeño miró a Elias con tristeza.

-Senor Palomares, tengo que irme a dormir.

– Está bien, hazlo, es bueno que desde pequeño tengas un buen hábito de dormir, así podrás lener un estilo de vida saludable -dijo Elias, con la intención de alentar a Alejandro.

Al final, el niño se emocionó con sus palabras y se fue feliz a su habitación, así mismo, Anastasia fue detrás de él y lo arropo; luego, ajustó la temperatura del aire acondicionado y cerró la puerta tras de ella.

Al salir, se dio cuenta de que el hombre que estaba sentado en el sofá se habia desabrochado los primeros tres botones de su camisa y sus delicadas claviculas quedaron expuestas; así mismo, Alejandro ya no estaba a la vista, por lo que la expresión del hombre había cambiado por completo y miraba a Anastasia con detenimiento, dado que era ella la persona que queria ver sin ningún tipo de restricción; su mirada primitiva era bastante explicita.

– Hay que hablar. – La realidad era que Elias queria continuar hablando sobre el tema que no habian terminado en el auto ese mismo día: él queria seguir hablando sobre el voto de Anastasia de permanecer soltera por el resto de su vida, ya que queria ayudarla a sacar esa idea de su cabeza

Por otro lado, Anastasia se dio cuenta de que Alejandro se había quedado dormido y solo queria duchasse e irse directamente a la cama para poder descansar; por eso, ordenó la sala de estar y dijo sin levantar la mirada:

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-No estoy de humor para hablar, ya deberías irte a tu casa.

Luego de escucharla, Elías entrecerró un poco los ojos; la luz de la lámpara iluminaba fuertemente su figura y parecia que de él desprendia una fría elegancia desde su interior. Incluso, parecía aquel principe azul que recién había regresado de un baile.

-¿Podríamos hablar del padre de Alejandro? Me gustaría saber más sobre él -comentó de pronto, en voz baja.

 

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