¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 206

Capítulo 206
Temprano por la mañana, Anastasia dejó a Alejandro en la escuela. Mientras el pequeno entraba por las puertas, se dio la vuelta y le lanzó un beso. Al animarse con su dulce gesto, juro que conseguiria ese ascenso y se convertiría en la nueva directora adjunta para, por fin, tener un mejor sueldo.
No fue hasta después de llegar a la empresa y se sentó en su oficina cuando recordó que hoy iria Érica a trabajar. Al pensarlo, llamó a la extensión de Gabriela y le preguntó sobre esto. En poco tiempo, Gabriela vino corriendo a su oficina con la información.
-Señorita Anastasia, contrataron a su hermana como recepcionista.
Bien, como no tiene ninguna experiencia en la empresa, supongo que le vendrá bien trabajar en la recepción», pensó.
Al parecer, Érica llegó temprano a trabajar y se ganó con facilidad a las recepcionistas, con quienes se llevó bien al instante, al traerles lápices labiales de edición limitada como regalos, ya que no le hacía falta dinero, sumando puntos a su favor. Después de acomodarse en la recepción, Érica tomó el teléfono y encontró la extensión de Anastasia antes de marcarla.
-Hola, ¿quién habla?
– ¡Ya trabajo en tu empresa! ¿Estás sorprendida? -presumió Érica con una sonrisa en la cara.
Anastasia se quedó sin palabras y pensó: «Parece que papá no le contó como consiguió su puesto en primer lugar».
-En ese caso, será mejor que te esfuerces y dejes de preocupar a papá.
– Como si necesitara que me lo señaras. No le digas a nadie en la empresa que somos hermanas. No quiero que piensen que consegui este trabajo gracias a ti – Erica dijo con ironia.
-Debería ser yo quien lo dijera -contestó con sequedad.
Tras resoplar con indignación, Érica colgó el teléfono. Anastasia bajo el auricular y se levanto, pues tenia que ir a la tienda a ver cómo iban las cosas. Sin embargo, mientras se iba, Fernanda le dijo que competencia era feroz.
Ambas rivales comenzaron a buscar apoyo entre sus amigos y familiares, cosa que también aconsejaron a Anastasia. Sin embargo, no había forma de que esta consiguiera apoyo cuando, para empezar, ni siquiera tenia quién la ayudara, sino que solo tenía su suerte y talento innato de su lado.
Mientras tanto, en la sala de conferencias principal del Corporativo Palomares, el hombre que presidió la junta semanal se miraba tan sombrío como de costumbre.
-Eso es todo del informe semanal, presidente Palomares. ¿Hay algo más que podemos hacer por usted?
Elías examinó a los ejecutivos presentes y se relajó en su asiento para adoptar una postura más casual; luego, con un tono grave y bajo dijo:
– Necesito la ayuda de todos con algo.
Todos se pusieron tensos ante esto. En todo este tiempo, solo habían escuchado comentarios despectivos de su parte por su incompetencia, pero nunca una petición de ayuda.
-¿Qué sucede, presidente Palomares? Estoy seguro de que podremos ayudarlo como sea posible.
-Tengo una amiga que trabaja en una joyería y, en este mes, tuvo ventas bajas. Necesito que vayan a su tienda una vez y compren algo que no sea menor de un millón. -Los ejecutivos suspiraron de alivio; era la primera vez que escuchaban al presidente pidiéndoles algo tan extraño. Al tener en cuenta sus ingresos anuales, era bastante fácil que hicieran lo que les dijo. También, añadió Elias-: Si conocen a alguien interesado en comprar joyas, sería estupendo que también pasaran por la tienda.
-No hay problema. Nosotros pasaremos por la tienda de su amiga y la ayudaremos con sus ventas.
– Aun así, no vayan todos al mismo tiempo -interrumpió-Ray, prepare un programa para Leda. Esas ventas tienen que parecer creíbles.
-Sí, presidente Palomares -contestó Ray, intentando no reirse. Hubo varios momentos en los que tuvo que taparse la boca con la mano y bajar la mirada para ocultar que le daba gracia.
«¡El presidente Palomares está haciendo todo lo posible por apoyar a la señorita Torres! Todo lo que quiere hacer es competir por el puesto de director adjunto, pero el presidente ya tiene a los ejecutivos de su corporativo a bordo para aumentar sus
ventas», penso.
Mientras tanto, Anastasia fue a la tienda y habló con la gerente sobre las ventas de los últimos dos días. Debido a la ubicación no tan estratégica de la tienda, no parecía estarle yendo bien.
-¿No hay otra forma de conseguir más ventas, señorita Cazares? – preguntó a la gerente.
-Señorita Torres, si sugiere que hagamos publicidad, entonces necesitaremos un presupuesto más flexible. Dicho esto, si su empresa se dispone a invertir dinero, puede contemplar la posibilidad de conseguir que alguien de la alta sociedad o un influente promocione las joyas, pero usted tendría que pagarle.
Anastasia se quedó absorta en sus pensamientos, pues sabía que era una apuesta arriesgada, ya que había varios ejemplos de fracaso al contratar a influentes para hacer promoción. Además, tendría que pagar con el dinero de su bolsillo si quería hacerlo, por lo que la empresa no aprobaría un presupuesto para algo como esto. Solo era una diseñadora y, por el momento, se estaba enfrentando a su falta de conocimientos de mercadeo.

 

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