¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 255

Anastasia se vio interrumpida por la culpa que sentía Elías―Es mi culpa. Debí de evitar que esto pasara, y ahora tu padre no estuviera sufriendo. ―¿Cómo es esto tu culpa Elías? Solo quiero pedirte que ayudes a mi padre esta vez. Si puedes ayudarlo a cancelar la adquisición, haré lo que quieras para recompensarte ―dijo Anastasia. Después de todo, uno debería ser humilde y rebajarse cuando pides un favor. En la otra línea, Elías se mantuvo en silencio por unos segundos, y cuando habló de nuevo, su voz era ronca. ―¿Estás dispuesta a hacer lo que sea? De alguna manera, Anastasia sintió una corriente por todo su cuerpo mientras su rostro se calentaba. Elías ni siquiera había dicho nada de manera coqueta, pero podía sentir su cuerpo debilitarse un poco después de escuchar sus palabras. ―Sí, haré cualquier cosa dentro de mis capacidades para recompensarte.―Anastasia cerró sus ojos y fue con todo esta vez. De todas maneras, ya había perdido su orgullo frente a él. ―Está bien. Yo resolveré la adquisición de la compañía de tu padre. Dile que no se preocupe.―La voz de Elías sonaba baja pero poderosa, incluso tranquilizadora. Era como si todo lo que dijera le daría a quien fuera paz mental. Anastasia dio un suspiro de alivio, y le agradeció:―Gracias, Presidente Palomares. ―Llámame Elías. Su orden sonaba irrefutable, dejando a Anastasia sin otra opción más que obedecer su petición. ―Gracias, Elías ―repitió Anastasia, con su rostro ardiendo. Elías se rio por eso y preguntó:―¿Esto significa que nos hemos reconciliado? Anastasia se quedó en silencio por un momento cuando recordó cómo llegó a la decisión de trazar una línea entre ellos la última vez. Ahora era una dolorosa bofetada en su rostro. ―Está bien, dejaré de molestarte. ¡Adiós!―Elías ya no quería avergonzarla, así que colgó. Al bajar el teléfono, Anastasia se acostó en su cama débilmente y puso las mantas sobre su rostro. Sin embargo, recobro sus sentidos con rapidez y llamó a su padre. Después de pasarle el mensaje de Elías a su padre, Franco sonó sorprendido.―¡Esa son buenas noticias, Anastasia! ¡Ahora mi compañía tiene esperanza! Me siento tranquilo ahora que el joven Elías está dispuesto a ayudarnos. Anastasia entendió como se sentía su padre. La compañía era como su tercer hijo, uno al que nunca renunciaría. En la residencia Torres, Érica se dio cuenta que su madre estaba sentada en el sofá pensativa después de la cena. Cuando bajó las escaleras, su madre aún seguía ahí, así que se sentó a su lado y le preguntó:―Mamá, ¿estás preocupada por la compañía de papá? Además de la compañía de su esposo, Noemí estaba angustiada por la conversación que su esposo había tenido con Anastasia antes. «Dijo que le entregaría la compañía a Anastasia y después a Alejandro, pero nunca menciono una palabra sobre Noemí y Érica». Parecía que ya no las dejaría tener la compañía. ―Érica, estoy segura de que sabes quién esa la hija favorita de tu padre. Deberías de trabajar más arduamente. ―¿A qué te refieres con eso? Papá siempre prefiere a Anastasia, y ella siempre es una mujer astuta.―Érica no podía admitir que era inservible. Noemí era consciente de la habilidad de su propia hija, pero estaba muy cansada como para criticarla, e hizo que viese a su hija a los ojos con una mirada seria. ―¿Adivina que escuche de tu padre cuando regresé por mi bolso esta tarde? ―¿Qué fue lo que dijo? ―Tu padre planea dejar que el hijo de Anastasia herede la compañía, y en este momento está entrenando a Mario para que se case con ella en el futuro y le ayude a manejarla. ―¿Qué pasa con nosotros? Mamá, ¿Qué hay de mí? ¿Qué obtengo yo?―Érica estaba tan ansiosa que salto del sofá y miró a su madre. ―¿Qué más obtenemos si la compañía va a ser heredada por Anastasia y su hijo? No obtenemos nada. Tu padre nunca planeo dejarnos nada. ¡Ja! Finalmente, veo sus verdaderas intenciones. Solo le importa Anastasia y su exesposa. ¡Supongo que nuestra relación no significa nada para él!―Noemí rechinó sus dientes con rabia.
 

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