¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 317

Capítulo 317

Sin mencionar que todas esas cosas eran las cosas que él estaria dispuesto a hacerle a Alma también. Tal vez incluso la había llevado al chale! Elias no sacaba nada de provecho de ella, pero estaba claro que Alma lo admiraba y que lo cortejaba. Se habrán atraido el uno al otro emocional – y fisicamente a primera vista?

Anastasia luego cerró los ojos e intentó silenciar su mente. Tener una imaginación tan viva no era algo muy bueno debido a que ella ya se estaba imaginando todo tipo de cosas que harían Elias y Alma; en su mente, ese hombre era como un lobo salvaje, el cual nunca estaba satisfecho con lo que queria. Ella no tenía idea de cuánto tardó hasta que por fin se quedó dormida debido al cansancio; no obstante, incluso en sus sueños veía todavía a Elías y a Alma comportándose con intimidad en cada lugar posible que podia pensar, ya haya sido en la oficina, en el chalé o en el hotel. No tenia idea de que apretaba su frente durante todo su sueño.

Su alarma por fin timbró y abrió los ojos de inmediato, pero sus sueños permanecieron vividos y lo último que recordó de ese sueño fue que había recibido la invitación para la boda. Anastasia estaba furiosa mientras que se sostenia el rostro. ¿Por qué Elias se había convertido en una pesadilla de la que no se podia deshacer?

Después de prepararse un café, fue a llevar a Alejandro a su escuela volando para luego correr hacia la empresa. Estaba a solo unos cuantos minutos de poder ganarse su premio por asistencia completa, pero no tenia las energias suficientes como para luchar por ello; al final, llegó tarde y tambien perdió su premio. Se sentia desesperada mientras que entraba a su oficina, bebiendo su café.

-iLa señorita Durazo volvió a recibir flores! ¡Y es un ramo grande, esta vez!

-Debió haber sido del presidente Palomares.

-Ya me imagino que sí. ¿Quién más seria asi de generoso aparte de él? -Dos asistentes que estaban hablando sabian con claridad que Anastasia estaba cerca y subieron el tono de voz-. iLa señorita Durazo está muy feliz ahora! Y quién sabe, puede que se convierta en nuestra jefa en el futuro.

-Sí, estoy segura de que lo seria.

En efecto, había un ramo de flores en la oficina de Alma, pero ella era la única persona que sabia que no eran de Elias; eran de Raúl. Todos los demás tenían la idea de que fue Elias y ella no queria aclararlo porque a veces esos rumores se podían convertir en realidad cuando pasaran por suficientes oidos.

Anastasia llegó a su oficina y puso a un lado su bolsa para poder llamarle a Gabriela.

– Por favor hazme un café. – Luego encendió su computadora y se había comprometido a que terminaría su trabajo. Ya no podía permitir que la relación de Elías y Alma la molestara más. Eran las 10:00 de la mañana cuando el teléfono de su oficina sono-: Hola, ¿quién habla?

– Ven a mi oficina. -Se escuchó una voz profunda e hipnotizante del otro lado de la llamada,

pues ¿quién más pudo haber sido si es que no era Elias? Aun así, Anastasia no lo queria ver.

– Podemos hablar por el teléfono, presidente Palomares.

-Es algo del trabajo. -El colgó la llamada en ese segundo, por lo que ella se puso de pie y se fue de su oficina mientras que se mordia el labio inferior cuando recordó que el seguía siendo su jefe. Elias estaba parado en frente de su ventana que daba desde el piso hasta el techo de la oficina presidencial y ese día estaba vestido de un traje negro como el carbón con una camisa negra en el interior; ese traje cosido a la perfección destacaba su línea de la cintura tan guapa y sus hombros anchos, haciéndolo lucir que estaba a la moda. Ella tuvo que admitir que era el hombre más apuesto dentro de un traje que había visto en su vida tan pronto como sus ojos aterrizaron sobre él.

—¿Para qué me necesita, presidente Palomares? – pregunto para poder llegar al grano. La mirada atenta de Elías notó que lucia pálida ese día y que tenía ojeras alrededor de sus ojos, lo cual le indicaba que no había dormido bien.

¿Habrá sido por mi?- Se preguntó y su corazón lloraba por ella en ese momento.

– No has subido ningun boceto durante este mes, ¿a qué se debe eso? ¿No te sientes de humor para trabajar? – Después de todo, sí había dicho que quería hablar sobre el trabajo y el rostro de Anastasia se volvió aún más pálido cuando escuchó eso, por lo que le tuvo que explicar:

– Tomé unos cuantos proyectos grandes, por lo que no me pude enfocar mucho en mi trabajo de siempre.

-¿Eso es lo que ocurre? – Justo cuando acababa de terminar de hablar se escuchó que alguien tocó a la puerta-. Entra -dijo con su voz profunda y Fernanda entró tras haber empujado la puerta; fue tomada por sorpresa cuando vio que Anastasia estaba en la oficina, ¿Por qué no entras, Fernanda? – le preguntó mientras que apretaba la mirada. Ella se aproximó y bajó la caja de joyeria que sostenía.

-Presidente Palomares, estos son las pulseras de pareja que pidió.

 

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