¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 386

Capítulo 386

Con lo astuto que era Mario, sabia lo que Noemi veia en él. Por lo que se dijo que, a partir de ese momento, trabajaría junto a ese par de madre e hija para apoderarse de la Constructora Torres.

En cuanto Elías regresó a su oficina, le pidió a Fernanda que lo acompañará, queria que investigará al cliente de Alma y el motivo detrás del secuestro en el estacionamiento del cafe. Por obvias razones, la mujer no se pudo negar y enseguida le solicitó a Alma el perfil de su cliente.

– Alma, ¿cómo conociste a esa persona?

Ante la pregunta, la mujer se mostró cooperativa.

-Ella fue quien se acercó a mí, pero nos conocimos en una cena.

-¿Son cercanas?

– No, ¿está todo bien, Fernanda? – Alma fingió estar preocupada.

-Sí, ya puedes regresar a tu trabajo. – Fernanda sabía que no podía decir más. Al parecer, ella misma tendría que visitar a este cliente.

Luego de regresar a su oficina, Alma soltó un suspiro de alivio. En realidad, había pasado días horribles últimamente, ni siquiera había podido descansar porque luego de que el intento de secuestro falló, su padrino fue detenido y los hombres de Raúl le hicieron saber que ella tendría que continuar por su cuenta. La chica odiaba a Anastasia, porque mientras estuvo en el extranjero, estaba confiada en que podría ganarse el corazón de Elías, pero una vez que Anastasia entró a escena, se dio cuenta de que ella era lo único que le importaba.

Mientras tanto, esa misma tarde, Fernanda se reunió con el cliente de Alma. Como esta última ya había hablado con la persona y se habían puesto de acuerdo, fue que al final, Fernanda no pudo conseguir nada. Eso mismo se lo dijo a Elías y también le compartió el perfil de la persona; el hombre miró con detenimiento la información del cliente y luego penso en el secuestro de Anastasia; estaba claro que algo había salido mal, sobre todo cuando sus guardaespaldas se dieron cuenta de que los secuestradores tenían más de 20 minutos estacionados en el lugar.

Entonces, Elias le ordenó a Ray:

– Investiga a esta persona.

Era una mujer de unos 50 años, a juzgar por su aspecto, era probable que fuera una conocida de Raúl y este debió pedirle que atrajera a Anastasia a ese café, por eso es que los hombres ya la estaban esperando. Todo comenzaba a cobrar sentido cuando lo ponía de esa manera. Por otro lado, Alma pidió permiso para encontrarse con Luis, entonces, se vieron en un café.

– Luis, detuvieron a mi padrino, por eso tienes que ayudarme con el resto del plan.

–Entrégame las fotografías de mi hijo o no te ayudaré —respondió Luis.

–Ya olvidaste a dónde perteneces? Las fotografías de tu hijo están en nuestras manos, y ahora que mi padrino me cedió todo el poder, puedo hacer lo que yo quiera -dijo con maldad mientras sostenia una taza.

Luis apretó las manos y pudo sentir como la rabia crecía dentro de él, pero al final, sabía que no podía hacer nada.

-¿Qué quieres que haga? – preguntó el hombre.

-Quiero que encuentres la oportunidad perfecta para acercarme a Elías, entonces, quedaré embarazada y daré a luz a su hijo -anunció ella sin pudor.

Ante eso, Luis intentó persuadirla.

– Ahora que tu padrino te dejó el negocio, ¿por qué no tomas la empresa? Podemos hacer grandes cosas juntos y ya no te preocuparías por nada por el resto de tu vida.

-¿Cuánto serías capaz de darme? Por lo que sé, tu hijo casi se ha deshecho de todo tu patrimonio, crees poder darme unos 5 millones? Si no, entonces no vale la pena que hablemos.

-Lo que Alma pedía era como un robo a plena luz del día, es más, ella estaba planeando una salida, porque una vez que les diera a la familia Palomares otro heredero, tendría más que esa cantidad que había pedido.

– No será sencillo que te acerques a él.

– Por eso necesito de tu ayuda -dijo ella-ipiensa en tu familia y en su futuro!

Por desgracia, Luis sabía que no tenía otra opción más que ceder.

– iBien! He estado organizando un evento benéfico y lo invitaré, mientras tanto, tú también deberías buscar una oportunidad para acercarte a él.

– ¡Sí! Creo que ahora sabes qué hacer en dado caso de que Elias pregunte por mi.

–iRelájate! No te venderé sabiendo que mi hijo está en tus manos -respondió el hombre mientras cerraba los ojos. Ese estaba siendo un final demasiado amargo para su vida.

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