Un disparo en mi corazón romance Capítulo 62

Jairo se sentó en silencio junto a la anciana, sosteniendo su mano firmemente. Al pensar en que su abuela lo dejaría pronto, él se sintió cada vez más angustiado.

Yolanda se puso el delantal, entró en la cocina y empezó a cocinar hábilmente. En menos de una hora, preparó bien una cena bastante exquisita.

Luego, ella puso los platos sobre la mesa uno por uno: Bacalao asado con jugo de limón y queso, bistec a la pimienta negra, sopa cremosa de champiñones a francesa, costillas de cerdo agridulces...

Justamente la abuela se despertó en este momento y Jairo la sostuvo hasta el comedor y la ayudó a tomar el asiento principal.

Oliendo el sabor rico de los platos, Ximena preguntó sonriendo:

—Yolanda, ¿los has preparado solo?

Yolanda se sentó junta a la anciana y dijo:

—Abuela, siempre me tratas muy bien desde que me mudé aquí, pero no he hecho nada para ti, por eso hoy quiero expresarte mi gratitud con esta cena.

Tras decir esto, le sirvió un trozo de bacalao asado a Ximena y dijo:

—Por favor, pruébalo.

Jairo se sentó enfrente de Yolanda con algo de asombro en los ojos. No esperaba que esta mujer fuera tan buena en cocinar. Los probó uno por uno y descubrió que todos sabían bastante bien.

Ximena también saboreó los platos uno por uno y elogió:

—Yolanda, no esperaba que fuera tan buena en cocinar. Ay, Jairo definitivamente será muy afortunado teniendo a una cocinera tan buena como tú a su lado. ¿Dónde has aprendido tus habilidades culinarias?

Yolanda esbozó una sonrisa y contestó:

—Antes no sabía nada de cocinar e incluso podía quemar la olla cuando freía los huevos, pero luego tenía que cuidar a un amigo mío, quien es muy quisquilloso en la comida, por lo que no me quedó más remedio que aprender a cocinar diferentes platos para satisfacerlo.

Mientras hablaba, le cortó un trozo de bistec para Ximena.

—Ah, resulta que es así. Vaya, el bistec también es muy delicioso y tiene una textura muy tierna —la anciana se rio de alegría.