Un disparo en mi corazón romance Capítulo 80

Nunca había visto a Jairo sonreírle así.

Tampoco esperaba que Jairo viniera a contemplar la ceremonia de premiación de Yolanda. Había pensado que él iría directamente al Registro Civil a esperar a Yolanda.

Después de todo, ellos iban a divorciarse pronto.

No obstante, ahora, le preocupaba a Briana que Jairo se sintiera poco a poco atraída por Yolanda y se enamorara de ella al final.

Desde niña, Yolanda era una persona tan encantadora que podía atraer la atención de los demás dondequiera que fuera, y era como si tuviera un campo magnético natural que podría atraer a la gente a su alrededor hacia ella.

«¡Maldita sea! ¡¿Qué demonios tengo que hacer para ganarme a Yolanda?!»

Briana tuvo que apretar los dientes firmemente para controlar su ira extrema.

***

En ese momento, Yolanda llevaba un ramo de lirios blancos con una mano, un trofeo de cristal y su bolso de cuero con la otra, y un gran sobre rojo en el brazo, que posiblemente contenía un cheque o dinero en efectivo.

Llevando tantas cosas en las manos a la vez, Yolanda sentía los brazos doloridos y cansados y quisiera bajarlos el suelo y sentarse para descansar un rato, pero la ceremonia no había terminado y no podía abandonar el escenario.

Esto era la razón por la que no le gustaba participar en estos eventos como este, porque eran muy aburridos y fatigosos.

Pero para el dinero, ella decidió aguantarse hasta el final, tratando de mantener una sonrisa amable en el rostro.

A continuación, el alcalde Rivera Sánchez se despidió del público agitando la mano varias veces y abandonó el escenario.

La última parte de la ceremonia era para que los periodistas hicieran preguntas.

Con el permiso del presentador, una multitud de reporteros con cámaras se arremolinó en la primera fila y comenzó a hacer preguntas uno tras otro.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un disparo en mi corazón