Un esposo para Elizabeth (COMPLETO) romance Capítulo 43

Narra Gregory

No niego que al escuchar todo lo que dijo Melissa acerca de que mi mujer fue hasta la empresa de aquel maldito.

Hizo que mi furia creciera más y más.

Tenía ganas de matar a alguien.

Tenía ganas de ir a aquella empresa y partirle la cara a aquel idiota hasta el punto de terminar matándolo.

Pero antes de que hiciera eso quería enfrentar a Elizabeth.

Quería que me lo dijera en la cara si todo lo que dijo mi hermano es verdad.

Porque si era así, juro que hasta la misma Troya ardería y caería en pedazos.

Cabreado y enfurecido, decidí llamar a uno de mis colegas para que me informaran el paradero de mi mujer.

Así es, no solamente Burak le puso seguridad, sino que desde el momento que la encontré le asigné un guardaespaldas personal, sin que ella se diera cuenta.

—Lambert tiene información de dónde se encuentra mi mujer ahora—le pregunté a mi colega.

—¡Sí señor! Ella ahora se encuentra en la empresa del señor Edward—respondió él.

Al escuchar eso, apreté mis puños fuertemente.

En mi mente comenzaron a proyectarse imágenes no aptas tanto para niños como para un mafioso sediento de sangre.

Juro que mataré a ese idiota si la llego a tocar—pensé para mí mismo.

—Está bien Lambert. Sigue con tu trabajo—dije, dando por terminada la llamada.

Cada vez estaba más enfurecido.

De solo pensar que Eliza, estaba en los brazos de ese malnacido me hacía hervir de rabia cada vez más.

Frustrado decidí llamar a mi amigo Dante.

— ¡ey! ¡Qué ha pasado dragón! —respondió él.

—Estoy que echo humo amigo.

—Y eso por qué.

—Hoy fui a buscar a Elizabeth a su casa. Pero no la encontré. En ella solo estaba Samantha y Melissa, cuando entre le pregunté a mi hermano por ella, a lo que el muy infeliz me respondió que se encontraba con Edward en la empresa para gozar su última vez con él—le dije entre dientes, apretando fuertemente mi mandíbula, si mi madre me viera me diría que si sigo así podría romperme la mandíbula completa.

—Ja, ja, ja!—comenzó a reírse el muy desgraciado de Dante

—De que te ríes idiota.

—¡Ja, ja, ja! Hay perdón Amigo. Pero lo que me estás contando es completamente ridículo.

—Así. Y dime por qué te parece ridículo. Porque a mí me parece todo lo contrario.

—Hay hermano. Porque estás hablando de Elizabeth, amigo y no de cualquier mujer Gregory. Eliza te ama idiota y créeme que esa mujer sería incapaz de hacerte daño. Si ella fuera así no te perdonaría todo el daño que le causaste. Ella te ama Gregory, yo que tú iría de nuevo a su casa a esperar a que llegue para hablar con ella de una vez por todas y así aclarar las dudas. Pero eso sí, no cometas una estupidez que la puedas cagar y en grande.

—Lo se amigo, solo es que Melissa dijo—me cortó antes de que pudiera seguir hablando.

—Amigo acaso no sabes que estás hablando de la mismísima Melissa, la cual siempre nos hizo la vida imposible con sus bromas. Gregory lo que tu hermano quería era solo joderte con una de sus bromas. Créeme amigo, la conozco mejor que tú y sé que ella es capaz de cualquier cosa con tal de verte enfurecer, todos sabemos que su pasatiempo favorito es hacerte bromas pesadas y ella disfruta de eso. Y tú lo sabes mejor que nadie.

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