Un trato acertado romance Capítulo 7

Natalia no podía creer lo que escuchaba.

«¿Quizás tenía que atender algo importante y por eso tenía tanta prisa por irse? Si es así, puede que vuelva más tarde. Es decir, tiene que hacerlo... ¿no?»

Así pues, pidió a la enfermera una nota adhesiva y garabateó su número de contacto. Se lo devolvió a la enfermera y le dijo:

—Este es mi número de teléfono móvil. Si vuelve, por favor, déselo.

Mientras tanto, en la sala de conferencias de la sede del Grupo Thompson, el ambiente era solemne.

Hugo estaba de pie al frente de la sala como un rey que vigila a sus súbditos. Su fría mirada recorría a todos los presentes.

Al notar que hacía tiempo que no veía a varios de ellos, sus labios se movieron. De repente, se le escapó una carcajada.

—¿Estamos repartiendo dividendos hoy? ¡Todos ustedes están presentes! Vaya, qué rara ocasión...

Su profunda voz sonó autoritariamente, atravesando el aire y golpeando a los hombres sentados junto a la mesa. En ese momento, ninguno de ellos se atrevió a hablar. La razón de la concurrencia total era que la noticia del secuestro de Hugo se había extendido. Todos los que se enteraron vinieron a averiguar la verdad.

Si el rumor era cierto, entonces el Grupo Thompson iba a sufrir un nuevo cambio de liderazgo.

Pero el hecho de que Hugo estuviera ante ellos ahora y pareciera perfectamente bien, les hizo comprender que la noticia no era más que un rumor.

Tras varios segundos de silencio, Miguel Lanari, el más veterano de los presentes, declaró:

—¡Jajaja! Es que hace mucho tiempo que ninguno de nosotros, los viejos, venimos a la empresa. Hemos pensado en pasarnos y ver cómo va la empresa.

Sus palabras parecieron cortar la tensión en el aire. Tras su atrevida declaración, el resto de los hombres expresaron su acuerdo. Sin embargo, Hugo no era ajeno a lo que pensaban esos viejos zorros astutos. Pero, no hizo ningún movimiento para exponerlos aquí mismo.

«Oh, ¿es así? Si quieres decirlo así, entonces dos pueden jugar a ese juego...»

—Yo tampoco los he visto a todos en años. ¿Qué tal si comemos todos juntos? Hugo siguió la corriente y preguntó.

—Me temo que tendré que rechazar su invitación. Todavía tengo algo que hacer en casa, así que me voy a despedir. Tras esto, Miguel cogió su bastón y se levantó, dirigiéndose a la puerta.

Bajo su dirección, el resto de los hombres presentaron sus excusas y se fueron también. Pronto, sólo Hugo permaneció en la sala de conferencias.

Capítulo 7 Averiguar quién es el autor intelectual 1

Capítulo 7 Averiguar quién es el autor intelectual 2

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