Una Chica Diferente (COMPLETA) romance Capítulo 23

—Señor Marín.

—Señor Krause.

—Jared.

—Maximiliano.

El nerviosismo por parte de Jared es notable, se ha secado las manos más de diez veces desde que papá está aquí, sé que no se opondrá pero lo hará sufrir, me lo dijo.

—¿Quiere beber algo?

—¿Tienes cerveza?

—Sí, ya vuelvo.

Jared camina a la cocina a traer la cerveza de mi padre.

—Lo torturaras ¿verdad? –cuestiono.

—Sólo un poco pequeña. Se va a llevar lo mejor que tengo en el mundo, déjame divertirme. –hace un puchero infantil.

—No seas tan malo papi, es importante para mi.

—¿En serio lo es?

—Mucho papá.

—Sabes que es mayor, y que a los hombres como él y yo no nos gustan las cosas que te gustan a ti. No nos gustan "los reventones" o dormir hasta tarde.

—Jared se duerme hasta tarde cuando esta conmigo.

—¿O sea como?

—Uh...

—Aquí tiene señor Marín. –aparece Jared con la cerveza.

—Dime Max, Jared. Me haces sonar viejo. Digo estoy viejo pero hay que disimular.

—Si, lo siento.

—Así qué... ¿dónde se conocieron?

Jared intercambia una mirada fugaz conmigo.

—En un café señor Marín.

—Dafne dijo que se conocieron en un bar.

Sonrío un poco aguantando las ganas de explotar a carcajadas.

—Bueno ahí la vi, pero nos conocimos mejor en el café.

—¿A qué re refieres con mejor?

—Hablamos de nosotros. –responde.

—Jared, me queda claro que por esta niña me mentiste, pero no lo hagas de nuevo. Dafne dijo que dirías lo del café.

Jared me lanza una mirada acusadora y río.

—No pasará Max.

—¿Han dormido juntos?

Me paralizo y miro a Jared pero tiene puesta la mirada en papá.

—Sí.

La expresión de papá va de inquieto, incómodo y sorprendido.

—Ahí si debiste mentir.

—Usted dijo que...

—Sé lo que dije, pero es difícil escuchar que mi niña...ya sabes... hace eso.

Exploto a carcajadas y ambos me miran perplejos.

—¿Por qué no mejor cenamos?

—¿Usan protección? –cuestiona mi padre.

Jared y yo nos mantenemos en silencio.

—Papá... no creo que sea tema de conversación.

—¿Planean tener hijos?

—¡No! –responde Jared rápidamente–. No esta en nuestros planes.

Trago con dificultad y trato de de disimular mi sentimiento raro.

—¿Nuestros? ¿De modo que mi hija esta de acuerdo con eso? –cuestiona viendo hacía mi.

Jared fija su mirada en mi esperando una respuesta pero no sé que responder.

—¿Dafne? –me llama mi padre–, ¿estás bien?

—Sí, bien, todo bien.

—¿Segura?

—Sí papá, bien.

—Vamos a cenar entonces.

Mi padre camina hacía el comedor y lo sigo, Jared me detiene.

—¿Ocurre algo Dafne?

—No. –respondo mirando mis dedos.

Siento que si lo miro a los ojos este sentimiento de decepción acabara por salir.

—Dafne, mírame.

—Vamos a cenar, no quiero hacer esperar a papá.

Sigo mi camino y dejo de lado las lágrimas que amenazaban con salir. Respiro tratando de calmar mis emociones, Nelly tenía razón, esto es un problema que debo resolver, pero antes debo estar segura.

La cena pasa lenta, papá y Jared hablan de cosas que para mi no son interesantes, repaso una y otra vez la cuenta de los días, las fechas y probabilidades, aún son muy pocas, tres semanas, tal vez sólo sea estrés.

—¡Dafne!

Miro a papá y a Jared con el ceño fruncido.

—¿Qué? Lo siento, no escuché.

—Es tarde cariño, es hora de irme.

—Gracias por venir papá.

—No agradezcas nada. Yo siempre te apoyaré si te hace feliz. Jared lo hace contigo y tienes mi apoyo.

—Gracias papá, no esperaba menos de ti.

—Pero si te rompe el corazón, le rompo el cuello.

Sonrío a medias.

—No será necesario hacerlo. Confiamos en Jared.

—Fue un placer conocerte Jared, y ya sabes, cualquier cosa.

—Gracias Max.

—Ahora los dejo.

Mi padre besa mi frente y me levanto para acompañarlo hasta la salida.

—¿Esta todo bien?

—¿Por qué no habría de estarlo?

—Te dejé de ver mucho tiempo pero te conozco, ¿dime qué es?

—Yo... yo... yo sí deseo tener bebés.

–confieso.

—Mi niña, ¿por qué dijiste que no entonces?

—Yo nunca dije que no, Jared sólo descartó la idea.

—Eso es muy...

—Egoista de su parte. –termino por él.

—Pero puedes hablarlo con Jared, tal vez cambie de opinión.

—¿Y si no lo hace?

—¿Eso es en realidad lo que te preocupa?

Muerdo mi dedo y trato de no hacer contacto visual.

—Dafne...

—Yo creo que...

—¿Todo bien? –interrumpe Jared.

—Sí, todo bien.

—Bueno, te espero en... la habitación.

—Claro, ya voy.

Jared vuelve al interior de la casa y papá deja pasar el detalle.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una Chica Diferente (COMPLETA)