Una Chica Diferente (COMPLETA) romance Capítulo 24

—Sí, segura. –respondo apenas.

—Oh Daf, yo... no sé que decirte.

—Tal vez es una señal Nelly.

—¡Estás loca! ¿Cómo esto puede ser una señal?

—Piénsalo un poco, Jared no quiere bebés, el resultado fue negativo, creo que es mejor que pasara así.

—Tú querías tener un frijol en tu vientre Daf.

—Pero no fue así, y como ya te dije supongo que es mejor.

Nelly se sienta frente a mi y se llena la boca de galletitas de nuez y le toma a la botella de leche. Sabe que se ve asquerosa pero no le importa. Lo que me impresiona es la capacidad que tiene para meter todas esas galletas sin morir por asfixia.

Mi celular suena desviando mis pensamientos, un número desconocido manda varias imágenes a mi WhatsApp. En todas ellas aparece Jared con la pelirroja, pero no es todo, hay una chica junto a ellos, cabello negro, no puedo verla bien pues la foto esta tomada desde muy lejos.

"Él siempre vuelve al mismo infierno... no importa cuantas veces te diga que no tiene contacto con su amante o con su hija, aquí esta la prueba, él mismo la trajo a Colombia, en compañia de su amante. Me pregunto como reaccionará su hija cuando sepa que su madrastra tiene su edad..."

—¿Daf?

—¿Pierdo la cabeza ahora? –cuestiono a la nada.

—¿De qué rayos hablas?

—Jared... y ella.

Le muestro el teléfono a Nelly y ella niega conforme termina de leer.

—¿Qué piensas?

—No sé, no sé que pensar.

—¿No harás un drama por esto verdad?

—¿Tú qué harías?

—Hablar. –responde como si fuera obvio.

—Hablar, eso haré.

—Daf me asustas, no tienes expresión facial.

—Lo siento.

—Llamaré a Jared.

—¡No! Me voy a casa, si llama o viene dile que estoy allá.

—Dafne en verdad me das miedo.

—También yo me doy miedo por todas las cosas que estoy pensando en este momento.

—Por favor Daf no vayas a cometer una...

—¿Locura? No soy tonta Nelly, sólo iré a casa y dormiré.

Me levanto del sofá y camino hasta la puerta, me asusta el hecho de no haber reaccionado ante el mensaje.

Hubiese muerto de coraje y celos... pero supongo que la decepción de un negativo es más fuerte que Jared haciendo quien sabe que rayos con esa mujer.

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—Déjame verla Nelly.

—Ya te dije que Dafne salió de aquí hace tres horas. Dijo que estaría en casa.

—Pues no esta, ni en mi casa ni en su casa y Max no sabe nada de ella. Si esta aquí por favor dímelo y me iré tranquilo.

—Jared te juro que no esta aquí, ella salió hace tres horas, justo después de ver el...

—¿El qué?

—El mensaje en su celular.

—¿Qué mensaje?

—El que le mandaron de un número desconocido y fotos de ti con la pelirroja y otra chica, tu hija según entendí.

—¿Qué?

—El mensaje decía que tú las trajiste a Colombia, a ambas.

—Eso es ridículo.

—Más ridícula fue la inexpresión de Dafne. Ni se inmutó al verlas, el resultado de la prueba la dejo rara.

—¿De qué hablas?

—Dafne tiene un atraso, se practicó una prueba y fue negativo el resultado. Ella anhelaba un positivo pero con tus constantes NO hacía los bebés creyó que era lo mejor. Una "señal" como ella dijo.

—Pero usamos protección.

—Si bueno, condones vencidos, cosas del destino... en fín. Ella lo creyó.

—Ahora entiendo, por eso preguntaba.

—Debes encontrarla Jared, esta realmente triste por eso.

—¿Sabes donde puede estar?

—No, o tal vez si, en el bar dónde...

—Nos conocimos.

—¡Buscala ya!

Corro hasta mi auto y no dudo en arrancar en dirección al bar. Espero que este ahí, me mata no saber donde esta y ahora que sé sobre la prueba me urge encontrarla, no quiero que le pase nada malo.

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—Eso parece una escena de novela.

—Lo sé, patético.

—¿Lo amas a pesar de que es mayor que tú?

—Sí, como no tienes idea.

—Eso responde muchas dudas.

—¿Cómo cuáles?

—Como el rechazo hacía Alexander y su relación seria.

—Supongo que si, pero con Jared es diferente, él me llena en todos los sentidos.

—¿Y qué demonios haces aquí?

—No estoy embarazada.

—¿Y eso es malo?

Me encojo de hombros sin querer contestar. Supongo que Jared no quiere hijos porque ya tiene a Grecia.

—¿Quieres un consejo?

—Si digo que no de todos modos me lo darás así que sueltalo.

—Vive el momento.

—¿En serio? Yo estaba pensando en no vivirlo.

Me da una mirada fija y luego pone los ojos en blanco.

—Si vas a decir cosas obvias mejor guardate tus consejos.

—Me refiero a que no apresures las cosas, en esta vida las cosas llegan cuando deben llegar, no podemos ni detenerlas ni adelantarlas. Si algo en esta vida es para tí llegará. ¿comprendes?

—¿Quién eres hombre?

—¡Dios! –dice abriendo sus brazos.

—Payaso. –río.

—Ves, esa es la Dafne que conocí, no la mal vibrosa y amargada de hace cinco segundos.

»No debes sólo dar por sentado y comprendido algo que no ha sido claro. Hay una explicación para el asunto de la pelirroja y tu Jared créeme, sólo déjalo hablar, también los hombres necesitamos el beneficio de la duda.

»Una relación sin confianza es como un café sin cafeína, una barra de chocolate sin azúcar, y una tarde de películas sin palomitas, funciona pero sabes que tarde o temprano querrás eso... cafeína, azúcar, palomitas...

—Confianza. –termino por él entendiendo el punto–. Después de todo creo que no eres Dios definitivamente, pero eres un hombre inteligente.

—Tengo experiencia en eso de las peleas de pareja sólo eso. Estoy felizmente casado durante diez años. Sé lo que es eso y no es fácil, pero tampoco imposible siempre que ambas partes esten sincronizadas.

La campanilla de la entrada hace el típico ruidito cuando la puerta se abre, con cara de preocupación, pelo alborotado y traje desaliñado aparece Jared. Al verme se pasa las manos por la cara y patea una mesa, su actitud me sorprende. Camina hacía mi y yo lo miro expectante.

Contrario a lo que pensé que haría él me abraza a su cuerpo y besa mi cabeza. No dice nada por algunos minutos.

—Me estaba muriendo Dafne.

—Lo siento.

—No, yo lo siento. Debimos hablar y debí decirte pero no lo sé, hubo demasiada emoción de mi parte y...

—Jared, yo entiendo, es tu hija. No te diré que no quiero explicaciones porque las quiero, pero aquí no, vamos a casa.

—Siento haber dicho que no quería bebés. Yo creí que tú no querías. Creí que seria egoísta pedirtelo o siquiera planearlo. Lamento que haya sido negativo mi vida, también anhelo un bebé.

—Todo a su tiempo, si esta en nuestros caminos un bebé, llegará. No podemos adelantar o atrasar las cosas. Seremos pacientes, ¿si?

—Lo seremos, pero nada nos impide empezar a planearlo ¿Quieres iniciar con ese bebé?

—Siempre será un gusto hacerlo si es con usted señor Krause.

—No perdamos el tiempo entonces, vamos por ese bebé.

Agito mi mano en el aire despidiéndome de Matt quien se encuentra del otro lado de la barra. Fue bueno tener una opinión del club masculino.

Aún hay cosas que Jared debe explicar, pero por ahora vamos a amarnos como siempre pero esta vez con aprobación.

Aunque si lo piensan bien... nunca la necesitamos.

24

—¿Falso negativo?

—Sí, también hay un falso positivo en el que la maldita prueba te hace creer que estas embarazada cuando no lo estas y viceversa. Pero ustedes no tienen porque preocuparse si fueron al ginecólogo. ¿cierto?

—Bueno...

—¿No fueron al ginecólogo Jared?

—Pues no, ni siquiera sabia de esos falsos resultados, ni siquiera supe que ella tenía un atraso o que había hecho la maldita prueba. ¿Qué te hace creer que fuimos a ver uno?

—Por lógica, idiota. –asegura Noely poniendo los ojos en blanco–. Tienes que llevarla y que vean si es en verdad negativo o no.

—¿Tienes alguno en mente?

—No, pero puedes buscar uno en internet. O pregúntale a Gabriel, su hermana tiene uno muy bueno.

—Lo haré, llamaré a Dafne.

—Bien, te dejo. Debo arreglar unas cosas con... bueno no importa. ¿Nos vemos en la noche?

—Claro, ahí estaremos.

—Mantenme informada de lo que les digan.

—Claro, adiós.

Noely se va con cara de pocos amigos al ver entrar a Gabriel, ellos tuvieron algo antes de que ella se casara, ahora lo odia por ser ocho años menor que ella.

—Que actitud de tu prima.

—Ya la conoces, no debería sorprenderte.

—¿Me sigue odiando?

—Parece que si.

—¿Qué sucedió con Dafne y el problema de tus mujeres. –cuestiona riendo.

—Imbécil, no son mis mujeres, eso suena como que tengo un harem.

—Bueno, ¿en qué quedo?

—Le conté todo a Dafne.

—¿Y qué dijo?

—No me quiere cerca de Galilea, eso fue una decisión que no cuestionare. Pero hay algo de lo que no estoy seguro de querer hacer.

—¿Y qué cosa es?

—Dafne quiere que me acerque a Grecia, dice que tengo derecho a estar con ella si ella lo desea.

—Concuerdo con Dafne.

—¿No crees que es un error? Ella creció sin saber nada de mi. Sería incómodo.

—¿Por ti o por ella?

—Por Natasha. Ella nunca me mencionó, Grecia apenas supo de mi hace tres días que casualmente alguien le contó de mi.

—¿Fue la pelirroja?

—No, Mabel. Al parecer se mueve mejor que las sombras.

—¿Esa mujer se atrevió a revelar un secreto de años así como si nada?

—Sí, lo hizo. Y lo hizo sólo porque sabe de Dafne.

—Digo debe odiarte por lo del divorcio pero esto es demasiado. ¿Qué gana ella con eso?

—No lo sé, conflictuar las cosas entre Grecia y Dafne, o Grecia y Natasha, no lo sé.

—Esta loca.

—Esta herida y no la justifico pero un poco la entiendo.

—Peor aún, odio la vibra enferma de Mabel.

—Resulta que ella "planeó" todo, sabía que yo iba a ir y tendría la oportunidad de tomar las cosas en su beneficio, y así fue. Le mandó fotos a Dafne diciendo que yo las había traído a Colombia.

—Ves, siempre dije que era una mujer extraña.

—Si, lo sé, lo recuerdo perfecto.

—¿Entonces que harás?

—Pues primero que nada iré al ginecólogo.

—¿Te duelen los ovarios?

—¡Pedazo de animal! No es por mi, es porque no sé si Dafne esta embarazada.

—Wo,wo,wo, para ahí. ¿Qué carajo dices?

—Eso, ayer se practicó una prueba que salió negativo pero Noely dice que no son muy confiables, así que debo llevarla al ginecólogo y ver que tan real es ese resultado.

—No inventes, sigues teniendo puntería. –señala riéndose–, creí que lo tuyo ya no funcionaba.

—Pues ya ves que no es así, Dafne le dice el martillo de Thor.

—Oh amigo que asco, jamás volveré a ver el martillo de Thor igual. Siento que veré tu miembro en su lugar.

Estallo a carcajadas al ver su expresión de asco. Ya era hora de que alguien le diera una lección.

—Noely mencionó que tu hermana tiene un ginecólogo muy bueno, ¿podrías darme su número?

—Se lo pediré a ella y te lo mando. Ahora debo vomitar.

Veo salir a mi amigo fingiendo asco, o tal vez si lo sienta, en fin, alguien debía hacerlo.

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