Una virgen para un millonario romance Capítulo 51

David

(Hace un mes)

***

Casi me convierto en un asesino. Si los guardias no hubieran aparecido a tiempo en la oficina del bastardo, lograron sacarme a tiempo del cadáver maltratado de la persona más vil que he conocido.

Ni siquiera una persona.

Y mierda maloliente.

Es un idiota asqueroso, ya que se atrevió a levantar la mano contra una chica y quería violarla.

Lo dejé en el suelo como una bolsa de estiércol. Lo pateó hasta que dejó de retorcerse y mugir. No quería mancharme las manos de sangre, así que usé los pies.

Llorando, asustado, infeliz.

Vi a Anna así.

Me di cuenta de que no puedo soltar más. El mundo interior se puso patas arriba, allí se desató un terrible apocalipsis.

¿Por qué Anya?

¿Por qué me influyes tanto?

Cuantas veces me he hecho esta pregunta y no he encontrado respuesta.

Con ira y furia, desenredé las diminutas asas de los estranguladores. Apenas se contuvo para no empujar ese maldito cinturón por la garganta de un gordo hijo de puta.

Pobre bebé. No me he sentido tan mal como el infierno en mucho tiempo. Fue como si me mataran a golpes. Así me sentí cuando la miré. Pequeño, flaco. Vencido. Con un vestido roto, con la cara pálida, manchada de lágrimas y sangre en los labios. ¡Perra!

Recogí a Anya y llevé a la niña al hospital. Menos mal que no estaba gravemente herida, porque llegué justo a tiempo, como sabía. Y luego decidí que ella se quedaría a mi lado, así que la traje del hospital a mi casa. Tenía miedo de que de repente ella se enfermara.

Allí le presenté condiciones, de las cuales ella no se atrevió a rechazar. Pudimos negociar con Anya. Aceptó vivir en mi casa y convertirse en mi juguete.

Pero mi alma estaba desgarrada por un dilema: no puedo dejarlo entrar en mi alma, pero tampoco puedo empujarlo lejos y para siempre. No importa cuánto lo intente, se siente atraído por ella como un puto imán.

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