"¡Este es el baño de mujeres, te has equivocado de lugar!" Iris terminó fríamente y continuó limpiándose las manchas de sangre de las manos.
Rubén sonrió y burló mientras abrió descuidadamente el grifo para lavarse las manos.
"¡Realmente te subestimé! Creía que te habías encaprichado, pero no esperaba que encontraras a tu nuevo amante tan rápido."
Los ojos de Iris brillaron, ¡no quería prestarle atención! Sacudiéndose las gotas de agua de las manos, se dirigió directamente hacia la puerta.
Al ver que se iba...
¡La agarró por el brazo! ¡La tiró hacia atrás y la inmovilizó contra la pared!
"¿De quién son los niños? ¿Cuándo te enrollaste con Julio?"
¡Aunque llevaban divorciados cuatro años!
Todavía la trataba inconscientemente como si fuera un objeto privado. La mirada y el tono de su voz seguían pareciendo lo mismo que los de un emperador.
Iris fue incapaz de moverse, y le miró con indiferencia y seriedad: "¡Señor Esteban, por favor, ten un poco de respeto, si quiere hablar de asuntos de negocios, por favor, vaya a la oficina! Si quieres hablar de asuntos personales, lo siento, ¡sin posibilidad!"
Al oír esto, las comisuras de sus labios mostraron una sonrisa sombría y fría. Su cuerpo se movió unos centímetros hacia delante, ¡acercando a los dos!
Iris frunció el ceño y su corazón se tensó como un reflejo.
¡Érase una vez, él tenía el dominio y el control absolutos frente a ella! Casi setecientas noches de pesadilla habían dejado una horrible sombra en su cuerpo y en su mente.
Aunque habían pasado cuatro años, el miedo a él todavía existía en su cuerpo.
"Rubén, suéltame, estamos en la empresa, no te hagas tontería ..."
"¿De qué tienes miedo? ¿Miedo a que te digan que te liaste con tu exmarido sin vergüenza en el baño de la empresa?"
"Estás loco, ¿verdad? Te lo advierto, ¡cuida tu palabra con respeto!"
"Eres una puta miserable y deseosa, ¿cómo mereces respeto?"
''No te pases de la raya.'' ¡Iris forcejeó indignado varias veces!
Pero fue en vano.
Rubén tenía los brazos clavados en la pared para que no pudiera luchar. Era tan alto que su sensación de opresión y conquista era abrumadora.
"¿No te gusta así? Oh~, ¡no esperaba que después de cuatro años, aún te gustara tanto fingir ser inocente!"
Diciendo eso, Rubén se quitó las gafas de montura negra y le miró a los ojos con maldad. "Esta cara de zorra, pura y lujuriosa, a Julio también le gusta mucho, ¿verdad?"
Iris estaba completamente aterrorizada. "Loco, ¿qué estás haciendo? Suelta ..."
Por su reacción de pánico, Rubén se rio satisfecho.
Antes de que se divorciaran...
Cada vez que estaban en la cama, le gustaba castigarla con la forma más dominante y extremadamente agresiva.
¡Ya que se había esforzado tanto por meterse en su cama! ¡Entonces le mostraría el horror de estar en su cama!
"¿Qué? ¿Tienes miedo de que te vean? ¿Tienes miedo de que Julio te deje cuando se entere?"
"¡Iris, no finjas ser tan pura! ¡Guarda tus ideas malas antes de que sea demasiado tarde!"
"¡Divorciarme de ti fue lo mejor que hice en mi vida!"
¡Estas palabras enfurecieron completamente a Rubén! ¡Bajó ferozmente la cabeza y bloqueó ferozmente sus labios!
Su beso, como siempre, ¡era tan agresivo que quería comerse viva a la gente!
"... Suéltame..."
Rubén volvió a levantar la cabeza, con la cara llena de burla: "Vaya, ¿crees que seguiré tocándote? ¡No te hagas ilusiones! Creo que las mujeres que se han acostado con otros son sucias."
Después de decir eso, Rubén soltó a Iris con resentimiento y se dirigió hacia afuera.
Iris se deshizo del control, su cara estaba hecha un desastre, ¡y su pintalabios se desparramó por el beso!
"¡Rubén, para!"
"¿Qué? ¿Quieres rendirte?"
Rubén se dio la vuelta con desdén, Iris ya se había quitado los zapatos de tacón, como una leona, ¡abalanzándose sobre ella! Levantando los tacones, le golpeó una docena de veces en su cuerpo.
"¿Por qué me intimidas tanto? ¿Qué te debo? ¡Siempre estás en lo alto!"
¡Rubén estaba tan aturdido por la paliza que se olvidó de contraatacar y se limitó a aguantar la paliza!
Durante todos los años que había conocido a Iris, ¡ella siempre había sido una oveja! No podía golpear a la gente, ¡ni siquiera podía hablar en voz alta!
Pero ahora, ella se había quitado los zapatos y le había pegado, ¡lo que realmente le sorprendió!
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Venganza de su esposa billonaria