¡Vete, papá! romance Capítulo 156

"¿Te llamo por tu nombre?" Arthur no se creía que llamara a Juliana por su nombre cuando estaba borracho. ¿Había entendido algo mal?

"Arturo, estás conmigo porque te gusto, ¿no es así?". Juliana miró a Arturo con ojos tristes.

"Julia, tal vez me has entendido mal..." Para dejar las cosas claras, no tuvo más remedio que decir esas palabras hirientes.

"¡Basta!" Juliana apartó la mirada y su voz entrecortada dijo: "Soy tan sucia. Debería haber sabido antes que nadie me querrá. Haz como si esta noche no hubiera pasado nada".

Tras decir eso, Juliana se secó los ojos con rabia y se dispuso a marcharse.

Pero en cuanto se levantó, le flaquearon las piernas y se desplomó en el suelo. Arthur se apresuró a acercarse a ella para comprobarlo.

Las sábanas se desprendieron del cuerpo de Juliana y las marcas que tenía se revelaron ante Arthur. Como hombre, Arthur sabía lo que significaba y recordó que algo había pasado con su cuerpo.

Arthur ya no podía negar el hecho de que se había acostado con Juliana. Pero lo que no sabía era que había sido causado por las drogas y que no tenía nada que ver con Juliana.

"Julia, ¿puedes levantarte?" Sabiendo por qué las piernas de Juliana eran débiles, Arturo reprimió su fuerte sentimiento de vergüenza y ayudó a Juliana a ponerse en pie.

"¡No me toques!" Juliana se sacudió repentinamente la mano de Arturo, volvió la cara hacia otro lado y dijo con tristeza: "¡Por favor, ten un poco de respeto por mí!"

Arthur se quedó helado, incapaz de pronunciar una palabra. No podía hacer nada para compensar a Juliana.

Observó en silencio cómo Juliana se vestía con pánico. Ella ni siquiera lo miró. Arthur, que era racional y sobrio, no sabía qué hacer ahora.

Y... ¿Y Lucía?

Los ojos de Arturo se oscurecieron al pensar en Lucía. Si ella lo sabía, ¿qué pasaría? No podía imaginar las consecuencias que tendría que afrontar.

Hizo daño a dos mujeres.

La mente de Arturo estaba hecha un lío. Pensaba en cómo llevarse bien con Juliana en el futuro, y cómo explicarle esto a Lucía, si admitir su error u ocultarlo.

Era el director general de Davonnis, que tenía un alto coeficiente intelectual y solía tomar las decisiones con decisión, pero ahora estaba perdido sobre qué hacer como las hormigas en una sartén caliente.

Cuando Arthur se perdió en sus pensamientos, Juliana se vistió. Había mirado disimuladamente a Arthur por el rabillo del ojo varias veces, con un placer disimulado en sus ojos.

Después de arreglarse el pelo, dudó un rato antes de decirle a Arturo: "Arturo, sé que ahora estás en un dilema. No te preocupes. No le diré a nadie lo que ha pasado esta noche en toda mi vida".

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