¡Vete, papá! romance Capítulo 34

Se sintió aliviada.

Jacob no se dio cuenta de que Arturo se acercaba, y cuando se dio cuenta, su hombro estaba siendo apretado con fuerza por la mano de Arturo. Tembló de dolor y soltó el agarre de Lucía.

Arthur rodeó rápidamente la cintura de Lucía con la otra mano y la acercó a él.

Sus ojos se agudizaron cuando vio que la muñeca de ella se ponía roja. Apretó más el hombro de Jacob y éste llegó a agacharse de dolor.

Arthur soltó de repente a Jacob antes de que pudiera forcejear. Jacob perdió el equilibrio, tropezó y casi se cayó.

Cuando se puso en pie, vio que Arthur, que estaba protegiendo a Lucía, le miraba con ojos furiosos.

Jacob miró la mano de Arthur alrededor de la cintura de Lucía, abucheó groseramente y dijo con sarcasmo: "¿La escolta apareció tan pronto?". Pero no recibió respuesta.

Arthur había cambiado su atención hacia Lucía. Le cogió la mano y le frotó suavemente la muñeca con el pulgar, con simpatía en los ojos.

"No me duele mucho". Mirando a los ojos preocupados de Arturo, Lucía se sintió muy conmovida.

"¿Estás segura?" Arturo miró a Lucía con desprecio por la forma en que se hacía la dura.

Luego dijo: "Me he vengado de ti".

Ese era el estilo de Arturo. Se vengaría de alguien que hiciera daño a las personas cercanas a él sin ninguna piedad.

Al oír esto, Lucía sonrió a Arturo. Resultó que Arturo no dejaría escapar del castigo a nadie que le hiciera daño.

Se miraron cariñosamente. Todos pudieron notar el afecto en sus ojos.

La rabia se apoderó de Jacob. Jacob estaba pensando en las palabras más sucias que podría decir, pero una voz detrás de él le obligó a tragárselas.

"Señor Taylor, parece usted muy interesado en mi ejecutivo..."

Jacob miró hacia atrás y vio a Eduard caminando hacia él con una sonrisa falsa.

¿Por qué se unía a la pelea?

Eduard era más difícil de tratar para Jacob que Arthur. La sucursal de Davonnis que dirigía Arthur sólo se había desarrollado en Athegate en los últimos años. Jacob no lo conocía muy bien. Sólo se enfrentó a Arthur en un negocio hace dos años.

A diferencia de Arthur, Eduard era un nativo poderoso en Athegate. Se decía que tenía tratos con el inframundo. Por lo tanto, Jacob tenía miedo de él.

Mientras Jacob reflexionaba, Eduard se había acercado a Arturo y Lucía. Se dio cuenta de la intimidad entre Arturo y Lucía, y de las marcas rojas en la muñeca de Lucía.

"Señor Taylor, ¿no es muy grosero de su parte?" Con una emoción insondable en sus ojos, miró fijamente a Jacob y le dijo cosas muy duras.

"¿Grosero?" Jacob quería irse, pero habría sido humillante para él hacerlo, así que dejó escapar una carcajada. "Sabes que Lucía es mi ex mujer, ¿verdad? ¿De verdad no conocíais su escándalo hace cinco años?"

Jacob se burlaba de ellos por proteger a una mujer a la que descartó.

Lucía frunció el ceño ante las palabras de Jacob. Arturo la miraba fijamente, por lo que enseguida notó su disgusto.

Jacobo cambió de color ante las palabras de Lucía. Su corazón se estremeció. "¿Lucía se ha enterado de algo?

Los tres notaron la mirada culpable de Jacob. Eduard, que no sabía la verdad, comprendió de nuevo el escándalo de Lucía hace cinco años.

Al oírla defenderse, Arturo sintió lástima por Lucía. Sabía que Lucía no provocaría a Jacobo hasta que hubiera descubierto cómo demostrar su inocencia.

Arturo puso su mano alrededor de la cintura de Lucía y la llevó a su lado.

Luego le susurró al oído: "Lucía, no desperdicies tu aliento con un tirón. Vamos a casa".

Lo único que le importaba a Arturo eran los sentimientos de Lucía.

Lucía quería irse. Miró a Eduard y vio que éste asentía para mostrar su conformidad. Entonces se giró y se apoyó en los brazos de Arturo y le susurró: "De acuerdo. Vamos a casa".

Lucía se sintió incómoda al decir una palabra más a Jacob.

Cuando Lucía le respondió, Arturo se dirigió a la entrada con ella en brazos sin mediar palabra.

Parecían estar muy unidos cuando Arturo hacía de escolta.

Jacobo odiaba verlo. Sabía que molestar a Lucía no le serviría de nada, pero no pudo evitar abalanzarse sobre ellos para separarlos. Jacob sólo dio un paso adelante y entonces Eduard le detuvo.

"Señor Taylor, el Grupo Webbex ya le pertenece. No abuse de su suerte".

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