¡Vete, papá! romance Capítulo 40

"Lucía, ven a mí", llamó Arturo a Lucía, que estaba aturdida.

Lucía, que seguía absorta en sus pensamientos, se sorprendió con las palabras de Arturo. Se sonrojó y se levantó para caminar hacia él.

Arthur, con toda naturalidad, rodeó la cintura de Lucía con su mano y dejó que se apoyara en él. Tras notar que la mano de Lucía estaba un poco fría, cogió el mando a distancia y subió la calefacción. Lo hizo tan rápida y directamente que Lucía no pudo evitar reírse. "Mi temperatura corporal es naturalmente baja. En realidad no tengo frío".

"No. Puedo hacer que te calientes hasta que se te calienten las manos". Arthur insistió, aunque sintió un ligero calor seco al subir la temperatura.

Lucía no iba a discutir con Arturo. Comprobó que los papeles del escritorio de Arthur habían sido atendidos, así que charló con él y miró los adornos del escritorio.

Había una de las fotos de la graduación de Arthur, una de sus fotos familiares y una foto de él con una hermosa chica.

Lucía no le prestó especial atención, pero Arthur sostenía el hombro de la chica en la foto, y ésta apoyaba su cabeza en su hombro. Sonreían de forma alegre y natural y se mostraban muy íntimos. Por el contrario, él parecía más serio en la foto de familia, lo que demostraba que él y aquella chica debían tener una relación especial.

Arthur supo inmediatamente a quién miraba siguiendo su mirada. Sonrió al ver la extraña mirada de Lucía.

Arthur habló entonces: "Es la hija del mejor amigo de mi padre. Aunque parezca elegante, en realidad es una marimacho. "

Lucía echó un vistazo a la chica de la foto y pensó que debía ser una chica alegre con una sonrisa tan brillante. Luego preguntó con curiosidad.

"¿Se llama elegante?"

"Sí, mi tía la llamó Juliana, Juliana Knight", respondió Arturo con una sonrisa.

"Juliana... Es un nombre muy clásico".

"Sí, pero no hace honor a su nombre. Su madre abogó por la educación americana y la envió a nuestra casa a una edad temprana. Está más cerca de mis padres que de los suyos y ahora trabaja en el extranjero", dijo Arthur.

Lucía asintió y miró a Arthur por un momento. Los amigos de la infancia eran los más propensos a desarrollar un amor secreto entre ellos. ¿No había pasado algo entre Arturo y ella?

Lucía se armó de valor para preguntar directamente.

"¿Ella y yo?" Cuando Arturo escuchó la pregunta de Lucía, levantó las cejas sorprendido y luego se rió a carcajadas, como si hubiera escuchado algún comentario absurdo.

"¿De qué te ríes?" Lucía ya estaba avergonzada, pero lo estaba aún más por su risa.

Arturo, sin su habitual calma, comenzó a explicarse.

"Se parece más a un hermano que a una hermana. ¿Qué crees que nos va a pasar a mi hermano y a mí?".

Lucía se sonrojó al escuchar esto... Sí parecía que lo estaba pensando demasiado.

Pero ahora que estaba con Arturo, no pudo evitar darse cuenta...

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