Ni siquiera se atrevió a decir quién era realmente Calessia. Porque podía ver que Doria era una persona extremadamente posesiva y celosa.
No quería que Doria pensara lo contrario.
—Como sólo es la ex novia de Gael, no hay nada que temer —Miró a Lautaro:
—Mi amigo me ayudó con una idea.
—¿Qué idea? —Lautaro miró la cara de Doria y tuvo un mal presentimiento en su corazón.
Doria le apartó y le preguntó en un susurro:
—¿Es el señor Sánchez un buen hombre?
Lautaro se quedó sin palabras.
¿Qué clase de pregunta de mierda fue esa?
—¿Es un hombre responsable? —preguntó Doria con más franqueza.
Entonces Lautaro comprendió:
—Por supuesto. ¿Cómo puede un hombre sin integridad y responsabilidad llegar a donde está hoy? Hay muchas mujeres a las que les gusta el señor Sánchez. Si vas a renunciar, no te voy a obligar.
Primero explicó y luego hizo concesiones para obtener ventajas.
—¿Cuándo he dicho que me iba a rendir? Nunca ha habido nada que haya querido y que no haya podido conseguir —Se inclinó más hacia Lautaro y expresó la idea de su amiga:
—Ya que el señor Sánchez es responsable si me acuesto con él, ¿se casaría conmigo?
Lautaro se quedó helado un momento.
Bueno...
—¿Qué pasa? —Doria levantó una ceja:
—¿No dijiste que me ayudarías incondicionalmente? ¿Por qué no hablas?
Lautaro tragó saliva:
—¡No me mires con esos ojos! ¿No te atreves a decir que Gael nunca ha tenido una mujer? —Doria no sintió nada.
Lautaro se quedó sin palabras.
¿Cómo no había descubierto antes que Doria era una mujer tan abierta?
—¿Por qué no hablas? —Doria dejó escapar una carcajada:
—¿Te sientes culpable?
Lautaro se aclaró la garganta y dijo:
—Creo que es más confiable que cultives tu relación con el señor Sánchez lentamente. No va a durar mucho tiempo sólo con tu apariencia y tu cuerpo, ¿verdad? Creo que es mejor hacerlo a mi manera.
—Dígame, ¿cuál es el porcentaje de éxito con su manera, y cuánto tiempo tendría que perder? —Ella levantó la voz— Sólo dame un tiempo y el porcentaje de éxito.
Lautaro se quedó sin palabras, pues también estaba inseguro.
—¿No puedes decir nada? Porque no te conoces a ti mismo, ¿verdad? —Doria leyó la mente de Lautaro y dijo— Ahora te daré dos caminos. Una es que aceptes mi idea y me ayudes, o dos, que terminemos nuestra cooperación por completo, y entonces iré a decirle a Gael que tú arreglaste todas mis visitas a su casa, y también llevaré esa ropa que me enviaste para mostrársela, y preguntarle si es del estilo que le gusta.—
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