¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 132

Yaiza se volvió para mirar a Eurobio, sonriendo fría y aterradoramente.

—Estás ansioso de que Flavio y yo muramos para que te puedas apropiar de la propiedad de toda la familia solo, ¿verdad?

—¿A estas alturas todavía no sabes arrepentirte y sigues peleando con tu propia familia?

Gabriel no quería ponerse enojado, pero después de escucharla, no pudo evitarlo.

Dio golpes en la mesa con fuerza, haciendo vibrar el techo. Miró a su hija jadeando.

—Ya que tú provocaste este asunto, deberías ser tú quien le diera fin.

En ese momento Gabriel tomó una decisión.

—¿Por qué?

Yaiza no estaba convencida. Lo había hecho de todo corazón por el bien de la familia, pero solo porque no lo logró, ¿tenía que irse a morir?

—Papá, cuando me reconociste en ese entonces, ¿era porque era alguien cercano de Alain? Y ahora que no tengo nada que puedas sacar provecho, ¿quieres dejarme tirada?

Como había dado con lo que pensaba, el rostro de Gabriel cambió.

—¿De qué puedo aprovecharme de ti?

Cuando Flavio dijo que ella era la hija perdida de la familia Haba, dudó de si debería reconocerla o no. Después de todo, creció afuera y no le tenía ningún cariño.

En las familias opulentas existían una división de la propiedad.

Más tarde, supo que ella había estado al lado de Alain, y que a Alain le gustaba mucho. Por eso estuvo dispuesto a reconocerla y anunciar su identidad al público.

Pero no esperaba que, en lugar de ayudar a la familia, trajera tantos problemas a la familia.

En el pasado, Flavio pasaba un poco de los asuntos familiares, pero nunca había causado problemas a la familia.

Pero ahora, empezó a cometer delitos con ella, haciendo que toda la familia Haba se metiera en líos.

—¡Tú sabrás bien de qué!

Yaiza solo sintió que su corazón se rompió en innumerables añicos, y que ya nunca volvería a estar como antes.

—Pensé que tenía un hogar volviendo a la familia Haba. Pensé que teniendo a mi familia tendría a alguien que me proteja. Pero no disfruté de ninguna calidez por tu parte. Solo me tratas bien cuando quieres sacar provecho de mí. Cuando ya no soy útil para ti, me puedes abandonar sin piedad. ¿Te crees que no soy humana? ¿Te crees que no siento dolor?

¿Acaso en el mundo de los ricos no había misericordia y solo daban consideración a los intereses?

—¿Crees que no pienso por el bien de la familia?

Ella cuestionó.

—Sí, he metido a mi familia en problemas porque soy una incompetente, pero ¿no sentís ni pizca de lástima por mí?

—No estamos diciendo que te vayas a morir. Tampoco cometiste un delito capital. Solo queremos que asumas las consecuencias de lo que has hecho. ¿Por qué nos sueltas tanta historia?

Eurobio se burló.

—No paras de decir que quiero tomar el poder de la familia, pero en esta familia, excepto yo, ¿quién de vosotros ha dado todo de su parte? Solo yo he dado de mí para a honrar a los padres y administrar la empresa.

—Qué bien suena lo que…

—¡No sigáis!

Flavio interrumpió a Yaiza, se acercó a Gabriel, y se arrodilló.

Miró a su padre y a su madre. Se inclinó con las manos en el suelo y les hizo una reverencia humildemente, no se levantó.

—Mamá, papá, todo es culpa mía, yo me haré responsable de las consecuencias de este asunto.

En un instante, todo el salón se quedó en silencio.

Zara se secó las lágrimas de la cara, extendió la mano para tirar de su hijo, y dijo sollozando:

—Eres un hombre, no puedes arrodillarte tan fácilmente.

Y menos ahora que ya era un adulto.

—Sois mis padres, arrodillarme ante vosotros no es algo humilde. Me disteis la vida, pero no os he honrado, al contrario, traje un desastre para la familia, es mi culpa.

Flavio no quiso levantarse del suelo.

—Me habéis dado la libertad de estar en el extranjero para que pueda dedicarme a lo que me guste. Además, me habéis apoyado económicamente. Sé que eso es vuestro gesto de amor por mí, pero yo… os he decepcionado.

Levantó la cabeza para mirar a Yaiza.

—En cuanto a mi hermana, siento culpa por ella. La perdí cuando era niña, por eso ha sufrido mucho afuera. Ahora me toca hacerme responsable de su culpa.

—¿Estás seguro?

Antes de que Gabriel pudiera hablar, Eurobio estaba ansioso por hablar.

—¿Que te haces responsable de su culpa? ¿Alain estará de acuerdo?

—No te preocupes por eso, Eurobio.

Flavio era consciente de la ambición que tenía Eurobio de tomar el poder solo, pero era el que mandaba de la familia y tenía alguna capacidad.

Por lo que no quería pelearse con él por la toma de poder.

Miró a Eurobio.

—Después de todo, Yaiza es nuestra hermana, somos parientes consanguíneos. Trátala mejor, no seas demasiado dura con ella. Todos vemos con claridad las cosas que haces por la familia, nadie te va a arrebatarte nada.

—No es necesario que te pongas emotivo ahora.

Eurobio volvió la cabeza.

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