¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 150

Curvó sus labios y dijo medio indiferente:

—¿Hace mucho calor?

Cynthia siguió su mirada y descubrió que aún no se había bajado la falda que se había levantado para conducir más cómodamente.

Cuando quiso explicarse, Alain abrió la puerta del coche, sacó la chaqueta del traje y se la puso.

—Sube.

No sabía cuando se había quitado el traje, pero parecía que aún permanecía su temperatura corporal y su fragancia única. Olía fresca y agradable.

Cynthia se inclinó para subirse al auto. Recordando la visita de Benjamín a la tienda, de paso preguntó:

—Benjamín me ha actualizado un poco sobre el tema de revertir el caso, ¿no piensas hacerlo ahora?

Alain la miró.

—¿Te ha buscado?

Cynthia asintió honestamente

—Sí.

—No es oportuno hacerlo ahora.

Después de todo, Flavio acababa de entrar a la cárcel, si ahora continuaban revelando que Yaiza estaba involucrada en un caso de asesinato, se habrían enemistado con la familia Haba por completo.

No tenía miedo a la familia Haba, pero las familias opulentas jugaban con sus reglas.

Sin embargo, teniendo en cuenta lo que dijo Gabriel la última vez, se notaba que estaba muy insatisfecho con él. Se preguntaba lo que podría hacerle a sus espaldas.

—No te preocupes, lo llevaré a cabo, solo que ahora no es el momento adecuado.

Cynthia se quedó tranquila. A pesar de que ese asunto estaba relacionado con ella, era más importante para Benjamín. Al fin y al cabo, su hermano murió en ese asunto. Aunque su hermano tenía la culpa, no era como para quedarse sin vida.

Alain tomó su mano y la sostuvo en su palma.

La palma grande parecía tener un poder mágico relajante, haciendo que el estado de ánimo de Cynthia se calmó gradualmente.

—Cuando llegue el momento, no tendrás que presentarte.

Alain ya lo había pensado. Solo era necesario que Benjamín se presentara al juzgado para entonces.

Los Haba ya tenían a un hijo en la cárcel, si su hija también entrara, habrían perdido todo su respeto.

Seguramente en ese momento no podrían contener su odio, por lo que quien estuviera tomando la delantera, se convertiría en el objetivo de venganza de los Haba.

No podía poner a Cynthia en una situación tan peligrosa.

—Vale.

Cynthia no pensaba tanto como él, ya que hacía mucho que se había enemistado de Yaiza.

Estaba un poco cansada, así que se reclinó en la silla y cerró los ojos.

El ambiente del coche se fue silenciando gradualmente, los dos dejaron de charlar, pero cada uno tenía sus propios pensamientos.

De repente, Cynthia se acordó de algo y se volvió para mirar a Alain.

—¿Qué ha sido de Samara? ¿Han averiguado algo? ¿Por qué apareció de repente? ¿Fue instruida por alguien?

La mirada de Alain parpadeó, en lugar de mirarla, dijo débilmente:

—Aún lo están investigando.

No dijo nada sobre la muerte de Samara para que no se rayara.

Él investigaría la causa de su muerte y quién logró sacarla de la prisión.

Cynthia asintió con la cabeza, luego se apoyó en el respaldo de la silla preparándose para seguir descansando. En ese momento, el teléfono vibró en su mano. Enseguida su mano se estremeció como si hubiera sido electrocutada. Estaba agitada. Bajó la cabeza para deslizar la pantalla del teléfono. Entonces apareció otra foto, era la escena en la que tomó el dinero que la mujer le dio.

Luego llegó otro mensaje de texto: «Vendiste tu cuerpo por dinero y te quedaste embarazada accidentalmente, no quieres saber quién es el padre de tu hijo, ¿verdad?».

Sus manos seguían temblando, la ansiedad se apoderaba de su corazón y rápidamente tecleó una serie de palabras: «¿Quién eres? ¿Qué propósito tienes? ¿Por qué sabes de esto?».

Esa vez ella apenas vaciló y apretó el botón de enviar.

—¿Qué te pasa?

Alain notó su malestar.

Cynthia no podía detener la aceleración de su respiración, era incontrolable. Mintió sacando una excusa cualquiera:

—Chloe me envió un mensaje preguntando por el trabajo.

Alain no dudó de sus palabras, pero sus ojos recorrieron su rostro.

—Si te pasa algo, dímelo.

—Sí.

Cynthia bajó la cabeza.

¿De qué manera podría contarle ese asunto?

¿Debía decirle que había vendido a sí misma?

¿Que había traicionado a su cuerpo?

No sabía cuántas cosas más tenía el otro, solo temía que la humillación que pasó en aquel entonces quedara expuesta delante de la gente.

Especialmente delante de él.

Después de todo, estaba demasiado insegura y desconfiada de Alain.

Entre ella y Alain había una distancia enorme.

¿Realmente no le importaba que ella no era virgen?

¿No le importaba que tuvo hijos?

Solo evitaba el tema.

No era que no le importaba.

Simplemente ignoraba esas cosas deliberadamente.

Pronto llegó un mensaje de nuevo.

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