Fernanda se despertó en coma después de dos días de la operación y lo primero que dijo fue:
—¿Dónde está el bebé? ¿Qué tal está? ¿Está herido?
Por dormir tanto, le salió una voz muy fea.
Alejandro le dijo cogiéndole de la mano:
—No le pasó nada, lo protegiste muy bien, no se había herido.
Fernanda se sintió aliviada, miró el techo.
—Menos mal que está bien, sino no sé qué deciros.
Ella no dijo directamente el nombre de Carmen, por si Alejandro no estuviera contento.
Alejandro miró hacia abajo, sabía lo que Fernanda estaba evitando, se rio con amargura.
—Nunca en mi vida he tenido un bajón así…
—Mi culpa.
Fernanda sabía que todo lo que había ocurrido era por ella.
—Soy demasiado egoísta, sólo pensando en mí e ignorándote a ti.
—Tú no tienes la culpa, yo no tengo la culpa, ni ella tampoco, ha sido el destino.
Él le dio unas palmadas en la mano.
—No pienses en nada, cuídate primero.
—Fui a buscar a mi hermano, dijo que no atrapó a nadie.
—No digas eso, ya está, si quieres ir, nos divorciamos cuando estés bien.
—Yo no me voy a divorciar contigo, me quedo contigo y con el bebé.
Ella le cogió de la mano a Alejandro.
—No puedo dejarlo solo sin madre.
Cynthia se puso a llorar cuando escuchó eso, le sintió muy mal.
Ella no podía juzgar a nadie, cada uno tenía sus propias razones, posiciones y dificultades.
—¿Y luego?
Cuando Carmen le estaba contando la historia estaba muy tranquila, como si la persona que estaba dentro no fuera ella y ni estuviera involucrada.
—Fernanda no pudo caminar debido a la lesión de su pierna…
—¿Pero no era que con la placa de acero ya podía caminar?
—Sí, lo era, pero fue solo después de la operación, descubrió que podría haber sido porque su pierna había estado atascada durante demasiado tiempo y le había lastimado los nervios, aunque le haya puesto la placa de acero, no pudo ponerse de pie ni caminar. Fernanda no podía caminar, Elio quería aún menos que Alejandro se separase de ella, pues nos encerró a mí y a Santino durante todo el tiempo, todo el mundo sabía que éramos pareja, así que nadie sospechó de que me fugué con él.
—Y después…
Fue muchos años después, Alain tenía seis años.
Fernanda escuchó una conversación entre Elio y Manuel accidentalmente, y se enteró de que Carmen había sido encarcelada.
También fue por esto que Carmen lastimó su cuerpo, cuando Elio la llevó, acabada de dar a luz a Alain, la encerró en un lugar frío y húmedo y no pudo volver a tener hijos.
Fernanda no esperaba que Elio le mintiera, hasta su padre Manuel lo sabía, ella empujó la puerta y les preguntó:
—¿Cómo podéis hacer eso?
Ella estaba extremadamente furiosa.
—Fernanda, ¿por qué estás aquí?
Elio se levantó desde la silla, le miró a su hermana.
—Lo hacemos por ti.
Fernanda gritó como una loca:
—¿Por mi bien vais a cometer un delito? ¡¿Quién os ha dado el derecho de quitar la libertad de otros?!
—Necesitas calmarte.
Elio con una cara seria.
—¿Tú y Alejandro no estáis bien estos años? Eso es suficiente, ¿hay algo más en que estés descontento? ¿Si no fuese por ti, cómo podría arriesgarme a ser despedido para hacer esto?
Fernanda se quedó mirando a Elio durante mucho tiempo y le dijo casi llorando:
—Déjala ir.
Elio frunció el ceño.
—Ella nunca se había fugado con Santino, mi hermano los atrapó aquí, te llamó porque mi hermano le amenazó con la vida de Santino, todos esos años, ella había sido encarcelada aquí.
Alejandro no podía escuchar nada, solo una frase, ella nunca se había fugado con Santino, sino que había sido encarcelada aquí.
Santino también fue salvado por Fernanda.
Elio no los encarceló en el mismo sitio.
Alejandro como si tuviera las piernas muy pesadas, muy difícil de andar cada paso, él casi no la podía ni reconocer, ¿dónde podía ver a esa mujer fuerte y hermosa? Era como una marioneta atormentada y sin alma, no tenía otro pensamiento más que respirar.
Cuando vio a alguien entrar, Carmen se encogió más en la esquina, parecía que tuviera miedo de que entrara alguien.
Alejandro se puso de rodillas frente a ella, quitó el pelo que le tapaba los ojos, Carmen tenía mucho miedo, su cuerpo estaba temblando, empujó a Alejandro.
—No me toques.
Alejandro había sido empujado, pero su posición no cambió, dijo con una voz baja:
—Soy yo.
Carmen se quedó mirándole, después de mucho tiempo, como si se hubiera acordado de él, le reconoció y le salieron lágrimas por los ojos.
Alejandro la abrazó.
—Te llevo afuera.
—Cuando me sacaron, mi mente estaba confundida, no podía recordar de casi nada. Más o menos un año, empezó a recuperarse y volver a la normalidad lentamente, la última vez que la vi me pidió disculpas, a partir de entonces no nos habíamos visto más, luego me enteré de que estaba embarazada, y más tarde la noticia de su muerte.
—¿Entonces Alain tiene un hermano de distinta madre?
Cynthia instintivamente pensó que el niño de Fernanda era de Alejandro.
—No, Alejandro me dijo que el niño no es suyo, creo que es del hombre este que estaba esperándola.
Carmen miró a Cynthia, le tocó la cara.
—Ni un mes después de su muerte, Alejandro y yo nos casamos, Alain se sintió muy infeliz por esto, en los años que estuvo encerrada, Fernanda realmente lo trató muy bien, debido a eso, Alain se ha negado a aceptar mi presencia hasta ahora.
—¿Es porque no le puedes decir?
Cynthia se sentía mal por mucha gente, sobre todo, por Alain, su madre biológica estaba delante suya, pero él no lo sabía.
Si algún día se enterase de que Carmen era su madre, ¿cómo enfrentaría la indiferencia de todos estos años?
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