¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 298

Alain volvió a la habitación. Cynthia estaba sentada a la cama de espaldas a él.

—¿Al final vamos?

Alain se quedó junto a la puerta, mirando su espalda en silencio, se contuvo las ganas de preguntarle si había algún secreto entre ella y Carmen, porque si quería contárselo, no se lo habría ocultado hasta ahora.

—Si quieres ir, no iré en tu contra.

Su voz era muy débil.

Cynthia se puso de pie y se volvió para mirarlo.

—Simplemente no quiero que te lleves mal con tu familia.

Alain no respondió.

—Es tarde, vete a la cama temprano.

Cynthia se acercó.

—¿Estás enojado?

Alain la miró, después de un largo rato dijo:

—No.

A medida que se acercaba el Año Nuevo, las calles se ponían más bulliciosas y animadas. Cada uno decoraban sus casas con grandes faroles rojos. La sensación de Año Nuevo se notaba en todas las partes.

A la mañana siguiente, Cynthia fue a la tienda temprano. Dado que el año nuevo estaba por venir, le gustaría darles a todos unas vacaciones, para que aprovecharan este momento para descansar bien.

Chloe no parecía animada, solo estaba callada sentada en su puesto. Cynthia recibió una llamada de Cristián anoche, le preocupaba que se habían peleado, por eso se acercó y se sentó a su lado.

—¿Qué tal con Cristián?

Chloe dijo débilmente:

—Bien.

No quería hablar de su problema con Cristián. Ella fue quien decidió casarse con él, tenía que solucionar por su cuenta ese problema.

Cynthia le dio unas palmaditas en el hombro.

—Cuando me necesites, no dudes en decírmelo.

Chloe sonrió y dijo:

—Claro.

En este momento, Emma se acercó.

—Chloe, una mujer está preguntado por ti afuera.

«¿Una mujer? ¿Quién?».

—Quizás es una clienta, ha especificado que quiete verte, no te puedo quitar la clienta.

Emma le guiñó un ojo ambiguamente.

Alguien preguntó por su nombre, eso indicaba que reconocía su diseño.

Chloe se puso de pie.

—Vale, voy a recibirla.

—Adelante.

Cynthia hizo un gesto con la mano.

Cuando Chloe bajó las escaleras, la ropa en el escaparate de la tienda estaba cubierta, porque temían que cogiera polvo durante las vacaciones. Cuando la tienda estaba abierta, lo limpiaban todos los días.

Elisa estaba sentada en el sofá para los invitados. Al oír los pasos, giró su cabeza, entonces vio que Chloe se acercaba.

Cuando Chloe vio que era ella, vaciló en sus pasos, pero pronto volvió a la naturalidad, era obvio que esta mujer vino a asustarla.

Aunque no era la triunfante en la relación, no podía perder en ímpetu.

Así mantuvo una sonrisa.

—Hola, ¿estás aquí para hacer ropa?

Elisa también sonrió.

—Creo que ya sabes quién soy, ¿estás libre? Déjame invitarte a un café.

Chloe se negó cortésmente:

—Disculpa, todavía tengo que trabajar, me temo que no tengo tiempo para tomar un café contigo.

—Me tienes miedo.

Elisa la provocó deliberadamente.

Chloe frunció el ceño.

—¿Por qué te tendría miedo?

—Si no me tienes miedo, ¿por qué ni siquiera puedes tomar un café conmigo?

—No nos conocemos de nada, ¿por qué debería tomar un café contigo?

Chloe preguntó retóricamente.

—Es cierto que no nos hemos visto muchas veces, pero recuerda que soy la novia de Cristián...

—Exnovia.

Chloe recordó.

Elisa sonrió levemente.

—Bueno, aunque sea la exnovia, nos hemos amado. Y tú eres su actual esposa. Hemos tenido al mismo hombre, ¿eso no quiere decir que tenemos algo que ver?

—Puedes decir lo que quieras aquí.

Chloe no cambió de idea.

Sentía rechazo y miedo hacia esta mujer.

—Está bien.

Elisa se recostó en el sofá.

—No me importa decirlo aquí.

Chloe la miró.

—¿Qué quieres contarme? ¿La historia de amor que has tenido con Cristián? Lo siento, no me interesa escuchar eso. Si no estás aquí para hacer ropa, lo siento, no puedo recibirte. Además, ya estamos de vacaciones. Si necesitas algo, ven el próximo año.

Después de hablar, Chloe se volvió y subió las escaleras.

—¿Sabes algo de los padres de Cristián?

Los pasos de Chloe se detuvieron. Lourdes y Cristián habían mencionado el tema en el hospital esa vez.

Cristián sentía rechazo al tema, por lo que no sabía mucho sobre eso.

—Sois marido y mujer, ¿no te ha hablado ni de sus padres?

Elisa sabía que Cristián no quería que otros lo supieran.

Apostó a que Cristián no se lo dijo a Chloe.

Mientras Cristián no le hubiera dicho nada, podía provocar su relación mencionándolo.

Chloe se agarró a los pasamanos de las escaleras y siguió apretándolos con fuerza. Ocultar las cosas era lo peor en un matrimonio.

Eso demostraba que Cristián no confiaba en ella, por eso no tomó la iniciativa de contarle sus cosas.

Ella pensó que se llevaban bien, pero ahora resultó que su relación era más frágil que todo.

Se derrumbaba nada más con la aparición de una exnovia.

Aunque ahora le dolía el corazón, no lo demostró frente a Elisa.

—Claro que lo sé.

Chloe trató de fingir estar tranquila delante de la otra.

Elisa la miró fijamente y luego sonrió como si supiera todo.

—¿Sí?

—Entonces dime, ¿cómo murieron sus padres?

Chloe volvió a mirarla.

—¿No lo sabes? ¿Por qué me lo preguntas?

Elisa se rio.

—Te estás engañando, te puedes engañar a ti misma, pero no puedes engañar la relación que tenéis. Te voy a ser sincera, mi propósito de regresar esta vez es reconciliarme con él.

Chloe sintió el pasar de muchas emociones en su interior.

—Deberías decírselo a él.

—Claro que se lo diré, además, hemos quedado esta noche.

Elisa la miró.

—Veamos por quién se preocupa más.

Después de hablar, Elisa se volvió y se fue.

Chloe se quedó parada en las escaleras, al igual que su situación actual, atrapada en el medio de una relación rara, se sentía tan horrible que le costaba respirar.

Quería confiar en la relación que tenía con Cristián.

Sin embargo, era obvio que su relación era frágil, porque ni siquiera tenía confianza entre sí.

Quería creer en Cristián, pero las sucesivas preguntas de Elisa le hicieron descubrir que Cristián no confiaba en ella en absoluto.

—¿Ha venido por un diseño?

Emma bajó.

Chloe dijo con rigidez:

—Se ha equivocado de persona.

Emma frunció el ceño.

—¿Qué quieres decir?

Chloe no explicó, se apresuró a bajar las escaleras.

—Avisa a Cynthia de que me he ido.

Salió corriendo de la tienda sin esperar a la respuesta de Emma, detuvo un taxi al costado de la carretera para dirigirse hacia el bufete de abogados.

Quería buscar a Cristián para aclarar el asunto, si de verdad quería reconciliarse con Elisa, se lo podía decir directamente, no era necesario lastimarla con ocultárselo.

Su mente estaba hecho un caos durante todo el camino, había pensado en mucho lo que podía decirle a Cristián.

Quería que Cristián conociera la ansiedad y el miedo que sentía.

Pronto el auto se detuvo en el bufete de abogados y Chloe pagó para bajar del auto.

Ella quería entrar, pero Cristián salió rápidamente, como si tuviera alguna urgencia.

—Cristián.

Chloe lo llamó.

—¿Por qué estás aquí?

Cristián se acercó.

—Quiero hablar contigo y preguntarte algo.

Dijo Chloe.

—Tengo algo que hacer ahora, ¿puedes ir a la oficina y esperarme allí?

Chloe de repente sintió una tristeza invadiendo su interior, su cuerpo se balanceó involuntariamente, como si iba a caerse al suelo de un momento para otro.

«¿Qué va a hacer? ¿Va a ver a Elisa?».

Quería aparentar con buena cara, no quería que la viera como una perdedora, pero sintió que su corazón se estaba rompiendo en pedazos.

—Fuera hace frío. Entra primero. Volveré pronto.

Cristián le dio una palmada en el hombro y antes de que Chloe pudiera hablar, se subió al auto y se fue.

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