¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 362

Cynthia dormía profundamente, no parecía despertarse. Alain la puso sobre la cama. Ella pareció saberlo. Se dio la vuelta y se acurrucó en la colcha. Alain frunció el ceño y se inclinó para mirarla.

Estaba acostada de lado, su piel parecía de porcelana, tenía unas pestañas muy largas y sus labios eran rosados, increíblemente seductores..

Se agachó para besarla. Cynthia frunció el ceño cuando notó que la tocaban y gimió.

Medio dormida, abrió los ojos y vio el rostro de Alain de cerca. Le empujó débilmente porque no estaba muy consciente y dijo:

—Tengo sueño.

Su voz era ligeramente ronca y despertó el deseo sexual de Alain.

Alain no se apartó de sus labios y asintió.

Su beso no era fuerte, pero era muy apasionado. Cynthia podía sentir claramente su respiración agitada.

Se puso nerviosa involuntariamente, y la somnolencia se disipó bastante.

Alain era demasiado fuerte y dominante en la vida sexual. Cada vez, ella terminaba agotada.

—Alain... Tengo mucho sueño.

Habló con cautela.

Alain lamió sus labios y preguntó:

—¿Cómo me has llamado?

Cynthia estaba muy dormida y no entendió lo que quería oír en ese momento. Respondió con indiferencia:

—¿Alain?

Ella pensó: «¿Debería llamarle con nombre y apellido? »

De repente, sintió un escalofrió, le habían quitado la falta. Se apresuró a taparse, pero Alain fue más rápido. Agarró sus manos y las presionó sobre la cama. La miró amenazante.

—Dilo otra vez, ¿cómo me tienes que llamar?

Cynthia dijo temblorosa:

—¿Cariño?

Alain sonrió complacido.

Cynthia sabía que estaba de buen humor, se acercó y dijo cariñosamente:

—Quiero dormir.

Alain la besó en los ojos, se echó a reír al ver que la mujer cerró los ojos y le frotó el pelo.

—Vete a dormir.

Cynthia le besó en la mejilla para complacerle.

—Buenas noches.

Alain estaba muy alegre.

Pero Cynthia no lo vio.

Alain le quitó los zapatos. Tenía unos pies muy pequeños y blancos.

Cynthia aún no estaba dormida, sintió cosquillas por su toqueteo, pero no se movió. Disfrutaba del “servicio” de Alain.

Antes de que se diera cuenta, las comisuras de sus labios se levantaron ligeramente.

Escuchó a Alain irse a ducharse. Poco a poco, se fue quedando dormida. Antes de quedarse completamente dormida, sintió que se hundió la cama de su parte trasera. Pronto, un brazo la rodeó. Estaban tan cerca que podía oler la fragancia del gel de ducha del hombre.

Se durmió en este ambiente. Se despertó tarde en la mañana, eran casi las nueve. Era debido a que se acostó muy tarde.

Generalmente a esta hora, Alain ya se había ido a la empresa, pero no. Se sentó y preguntó:

—¿No tienes que ir a la empresa hoy?

Alain estaba de pie frente al espejo poniéndose la corbata y la miró.

—Allí ya tienen todo preparado, Chloe puede irse hoy.

Cynthia se bajó de la cama y le abrazó por detrás.

—Gracias.

Alain siguió ajustando el escote y preguntó:

—¿Cómo me lo vas a agradecer?

Cynthia se puso delante de él y empezó a arreglar su corbata.

— En el futuro, déjamelo a mí estas cosas.

Ella misma era diseñadora de moda y no tenía problemas para lidiar con esas cosas.

Ató la corbata, le abotonó el traje y le alisó el escote.

Se quedó muy satisfecha con su obra.

Dio un paso atrás para admirarle, tenía un cuerpo perfecto.

Las principales causas por la que atraía Alain a las mujeres eran su belleza y su riqueza.

Debía admitir que un hombre que además de tener éxito en su trabajo, era guapo, tenía un gran encanto.

Alain se complació por su admiración y preguntó sonriendo:

—¿Estás satisfecho conmigo?

Cynthia asintió solemnemente:

—Estás bien.

—¿Bien?

¿Por qué sonaba a insatisfacción?

Cynthia le bajó la cabeza y besó su barbilla.

—Me gusta mucho.

No podía negarlo, realmente le gustaba este hombre.

Alain se rio y le rodeó la cintura con los brazos.

—¿No te vas a cambiar?

Cynthia asintió apresuradamente.

El asunto de Chloe era muy importante.

Le pidió que la esperara y corrió al baño a cambiarse.

Alain ya tenía todo listo, ahora solo necesitaban subir a Chloe al avión.

Cuando Alain recibió la llamada, envió a Henry al hospital para que se ocupara del traslado de Chloe. Cuando llegaron al hospital, Henry había terminado.

Chloe sería acompañada por el personal médico hasta el hospital, y cuando llegasen, volverían.

Tan pronto como entraron, Henry se acercó y dijo:

—Ya está todo arreglado. Podemos ir al aeropuerto en cualquier momento.

Cynthia preguntó:

—¿A qué hora es el avión.

—Es un vuelo privado, podemos decidir la hora.

Respondió Henry.

Cynthia se quedó sin habla por un rato.

—Si ya está todo, vámonos.

El tratamiento de Chloe debía realizarse lo más temprano posible.

Henry asintió.

Desde que Cynthia llegó al hospital hasta que llevó a Chloe al aeropuerto, solo pasó media hora.

Chloe estaba acostada en la camilla, detrás de ella estaba el médico. Cynthia la acompañó hasta la puerta de embarque.

— Te iré a visitar cuando pueda.

Chloe asintió. No dijo nada, porque pensaba que la palabra “gracias” no podía expresar lo que sentía.

—Recupérate, todo saldrá bien.

Cynthia le estrechó la mano.

—Espero a que regreses y me ayudes a administrar la tienda de ropa.

Chloe asintió de nuevo.

Había lágrimas en sus ojos.

Subieron a Chloe al avión y, poco después, Cynthia vio despegar al avión.

En un rincón discreto del vestíbulo del aeropuerto, había dos hombres, uno serio y otro triste.

Si no fuera porque le sujetó Mauricio, Cristián ya se habría precipitado hacia Cloe.

Vio cómo se marchaba Chloe y no pudo hacer nada

No había nada que pudiera describir lo que sentía.

Él sabía que era mejor para Chloe si no aparecía.

Pero, estaba muy arrepentido.

Solo la había visto una vez desde que fue rescatada y fue cuando todavía estaba en coma. Después, cuando se despertó, no tuvo la oportunidad de hablar con ella.

Chloe no quería verla.

De repente se lanzó haia Cynthia.

Cuando Chloe se fue, Mauricio bajó la guardia. No esperaba que saliera corriendo.

Temía que Cristián le dijera algo indignante a Cynthia por la partida de Chloe, así que se apresuró a cogerle.

—¡Cristián!

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