¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 374

Cuando el coche se detuvo, Cynthia vio claramente qué era la sombra oscura.

Se arrojó sobre el capó del auto, llorando y gritando.

Cynthia estaba un poco aturdida.

—¡Baja!

La mujer señaló a Cynthia. Su rostro era sombrío, como si fuera una bestia hambrienta.

Cynthia miró la mujer y rápidamente la reconoció. ¿No era la mujer arrogante de la guardería de ese día?

¿Por qué detendría su auto?

Pronto Cynthia lo supo. Sacó su teléfono móvil y revisó las últimas noticias. Por el video subido por Álex, se investigó al vicealcalde de la Ciudad B y descubrieron que…

Rápidamente hojeó la noticia. Corrupción, soborno, amantes…

Todo tipo de actos ilegales.

—Abre la puerta, puta.

No supo cuando la mujer corrió hacia la ventanilla del auto y golpeó con fuerza la ventana de vidrio. Trataba de romperla y coger a Cynthia.

Cynthia se calmó ante la locura de la mujer y llamó al 110.

La mujer vio la pantalla del teléfono de Cynthia y dijo:

—¡Jamás te dejaré en paz!

Después de hablar, la mujer salió corriendo.

Cynthia colgó y rápidamente arrancó el coche y se marchó.

De regreso a casa, Carmen estaba en el salón enseñando a Alessia a escribir. La niña tenía mucho talento. Nunca había ido a la guardería. Tenía una letra muy ordenada para ser la primera vez que escribía y aprendía con mucha rapidez.

Carmen estaba muy contenta. Cuando vio a Cynthia entrar por la puerta, la hizo un gesto con la mano.

—Ven aquí, rápido.

Cynthia dejó la llave y se acercó.

—Mira la letra de tu hija.

Dijo Carmen.

Cynthia se inclinó y vio en el cuaderno las palabras oro, madera, agua, fuego y tierra. Estaba claro y ordenado. La niña miró a Cynthia con ojos brillantes, esperando a que la elogiara.

Cynthia la frotó el pelo y le dio un beso en la frente.

—Mi hija eres la mejor y la más inteligente.

Con el elogio de Cynthia, Alessia escribió con más ganas.

Cynthia tiró de la camisa de Carmen y le susurró:

—Mamá, ven conmigo un momento.

Carmen asintió y le dijo en voz baja a su nieta:

—Sigue escribiendo, voy a cogerte un zumo,

La niña escribía con atención. Sin levantar la cabeza, respondió:

—Vale.

Carmen siguió a Cynthia adentro.

Cerró la puerta de la habitación y Cynthia dijo sin rodeos:

—En estos días, llévate a algunas personas contigo cuando salgas.

Si esa mujer apareció hoy, tal vez también aparecería mañana. Si no la veía, tal vez transferiría el resentimiento a los niños.

Tenía que tomar precauciones con anticipación.

De lo contrario, no se quedaría tranquila.

Carmen no sabía esto y preguntó:

—¿Pasa algo? ¿Es grave?

Cynthia dijo:

—¿No has visto las noticias últimamente?

Carmen negó con la cabeza. Desde que los dos niños vivían aquí, centró toda la atención en ellos. Cuando los niños se iban al jardín de infancia, investigaba sobre la comida en casa para cocinárselos cuando regresaran.

Los fines de semana tenía que llevarlos al zoológico, al parque de atracciones y al Aquarium. Tenía un horario muy lleno y no tuvo tiempo para ver las noticias.

Al escuchar lo que dijo Cynthia, pensó que probablemente estaba relacionado con las noticias recientes. Encendió el teléfono y buscó las noticias populares y vio la noticia del vicealcalde.

Carmen levantó la cabeza...

Cynthia asintió.

—Este video del vicealcalde lo subió Álex.

Carmen abrió los ojos.

—Fue la última vez...

Sabía que los dos niños se habían peleado con otra niña cuando la maestra de jardín de infancia citó a los padres la última vez.

Pero no sabía los detalles.

Cynthia le explicó:

—La niña con quien se peleó Alessia podía ser la hija ilegítima del vicealcalde...

Carmen entendió rápidamente: la niña era la hija ilegítima del vicealcalde, entonces su madre sería la amante, ¿no?

El vicealcalde fue investigado por el vídeo que subió Álex. Ahora que descubrieron que el vicealcalde cometió varias infracciones, ¿la mujer quería venganza?

—No te preocupes.

Carmen sabía del asunto y tomaría las precauciones necesarias.

Cynthia asintió.

—Mejor que no vayan al jardín de infancia estos días.

Podrían volver cuando todo quedara zanjado y cojiera a los que deberían coger. De lo contrario se preocuparía con los dos en la guardería.

Carmen aceptó.

—Es lo mismo si les enseño en casa.

Cuando dijo esto, Carmen se acordó de Álex.

—Álex no quiso ir a la guardería desde hace tiempo. Él era todavía un niño, pero se quejaba de que sus compañeros eran demasiados infantiles. Afortunadamente, pronto podrán ir a primaria.

Cynthia sabía que Álex era muy maduro.

Carmen dijo:

—Ve a verle, últimamente cuando vuelve se mete en la habitación todo el día.

Cynthia asintió, abrió la puerta y salió.

De pie en la puerta de la habitación de Álex, llamó.

No había sonidos adentro, giró la manija y la puerta no estaba cerrada. Abrió la puerta y vio que estaba encendida una lámpara. Álex estaba acostado en la cama, mirando algo con mucha atención que no escuchó a alguien tocar la puerta. Cynthia se acercó con pasos suaves.

Había una gran cantidad de datos digitales en su tableta.

Cynthia no entendía nada de esto.

Llamó en voz baja a su hijo:

—Álex.

Álex se dio cuenta de que había alguien en su habitación, se volvió y vio a Cynthia. Gritó:

—Mami.

Cynthia sonrió.

—¿Qué estás haciendo Álex con tanta atención? Ni siquiera escuchaste que entré.

Álex sonrió.

—El profesor de AC me envió un problema matemático para que lo resolviera. Me parece muy interesante.

Se lo señaló a Cynthia con entusiasmo:

—Mami, mira, ¿qué orden tienen estos números?

A Cynthia no le llamaban los números y negó con la cabeza. No podía entenderlos.

—Mira.

Señaló Álex.

—Los números de arriba son números compuestos y las líneas horizontales son números singulares. Todos tienen un orden. Es fácil averiguar sus respuestas una vez que encuentras el orden.

A Álex se le iluminaba la cara cuando hablaba de lo que fascinaba.

Cynthia se sentó al lado de la cama y cogió a su hijo en brazos.

—¿No quieres ir a la guardería?

Álex asintió con sinceridad.

—Demasiado infantil, la maestra me trata como a un niño.

Cynthia lo besó en la mejilla y abrazó a su hijo con fuerza.

—Entonces, ¿a dónde quieres ir a estudiar?

Álex bajó la cabeza y susurró:

—Todavía quiero ir a AC.

No era que Cynthia no quisiera que su hijo no fuera allí, pero todavía era muy joven y solo tenía matrícula parcial en AC.

—Álex, tienes talento, pero aún eres muy joven. Si no experimentas lo que deberías experimentar ahora, puede que te arrepientas después. Cada etapa tiene su diversión. Si no lo has vivido, te faltará ese fragmento en tu memoria, ese fragmento estará en blanco. Cuando necesites completar el contenido, no podrás. Si quieres ir, definitivamente te apoyaré. Siempre que tengas buenas calificaciones, puedes saltarte grados ya sea que estés en primaria o secundaria. Si te quedas en la escuela secundaria y la secundaria durante unos años y pasas por ese el proceso, ya serás mayor. Y podrás hacer la matrícula completa en AC. ¿No sería mejor?

Álex lo pensó detenidamente, y era verdad.

—Mami, te escucharé.

Álex se acurrucó en sus brazos.

—Mami.

—¿Sí?

Cynthia miró a su hijo.

Álex sonrió.

—¿Sabes? Mi profesor ha venido a la Ciudad B.

Cynthia parecía un poco sorprendida.

—¿Tu profesor de AC?

Álex asintió.

—Tiene otra identidad.

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