Alain recogió la chaqueta del traje que había tirado en el sofá y salió de la oficina.
Cristián y Mauricio se quedaron quietos.
—¿Solo hay esta forma?
Preguntó Cristián.
Mauricio lo miró.
—Flavio está muerto. Esto es un hecho. Un caso de muerte se puede descubrir en cualquier momento. Si Elio no se rinde, Cynthia siempre será la sospechosa. No es muy probable hacer que Elio mismo lo suelte. Además, este método no tiene nada de malo, no es casarse de verdad. Me aseguraré de atrapar Amalia mientras que aparezca. Entonces...
Ya no serían el lado pasivo.
Cristián lo pensó, solo podía ser así, ahora no quedaba otra.
Alain salió de la empresa, condujo hasta el hospital. Al pasar por una librería, detuvo el coche, pensando que Cynthia se aburriría en el hospital estando todos los días allí. Ella era diseñadora de moda, entonces la compró un libro sobre este tema para pasar el tiempo.
La librería tenía dos pisos, con una estantería de cinco metros de ancho erguida en el medio, que iba desde el primer piso al segundo piso, trasmitía un ambiente lleno de sabiduría.
Cada libro tenía su sección. Cuando buscaba libros sobre diseño de ropa, pasó por el área de libros para padres y sin darse cuenta vio un libro.
«Embarazo y nacimiento». Sintió curiosidad por lo que lo sacó y lo abrió. La primera parte del catálogo era cómo se combinaba el óvulo y el esperma.
Arqueó levemente las cejas. ¿No sabría un adulto este tipo de cosas?
La segunda parte era cómo el óvulo fertilizado ingresaba al útero femenino.
El tercer capítulo, ¿de qué dependía el sexo del feto?
El cuarto capítulo trataba sobre los cambios en el cuerpo de una mujer durante los meses de embarazo.
Al principio se vio atraído porque el título del libro era «Embarazo y nacimiento», como Cynthia estaba actualmente embarazada, por eso estaba interesada.
Finalmente vio lo que le interesaba. Estaba a punto de abrirlo, vio a unas mujeres con niños en la mano, cerró el libro, fue a la caja para pagar y se subió al coche con el libro.
Cuando llegó al hospital, tomó el libro, salió del ascensor y se dirigió a la habitación donde estaba Cynthia.
Estaba la habitación en silencio.
La persona que custodiaba la puerta le vio bajar del ascensor, se puso erguido.
—Presidente Alain.
Alain asintió levemente.
Caminó hacia la puerta de la sala, Alain abrió suavemente la puerta, temía despertar a Cynthia si estuviera durmiendo, abrió poco a poco la puerta y vio a la mujer sentada frente a la ventana.
Llevaba un camisón holgado de seda blanca, sentada en una silla, mostrando la mitad de sus delgadas y blancas piernas, sus pies eran bonitos, e incluso sus tobillos eran hermosos.
El camisón era de manga larga. Los puños estaban cosidos con una borde de encaje de adorno, mostrando la muñeca. Sostenía las tijeras, recortando las ramas y hojas de las flores, había una delicada botella de vidrio sobre la mesa, que ya había insertado algunas flores en ellas.
La flor que envió Arturo la otra vez fue tirada a la basura por Alain. Cuando fue a la empresa, recordó que Cynthia dijo que le gustaba las flores, y fue a la floristería. Tal vez fue porque era un hombre, no prestó mucha atención a las flores, ni siquiera sabía qué era lo que simbolizaban las rosas.
Hasta que el jefe de la floristería lo presentó, dijo que las rosas representaban el amor.
Recordó que Arturo había regalado cinco flores, así que preguntó:
—¿Qué podían representar cinco flores?
El dueño de la floristería dijo:
—La rosa representa el amor, y cinco significa que no hay arrepentimientos.
Alain resopló, ¿qué quería decir Arturo?
¿Amar a Cynthia sin ningún arrepentimiento?
Jaja.
Más tarde, Alain compró un ramo de lirios porque el dueño de la floristería dijo:
—Los lirios simbolizan el amor eterno.
Él quería tener un amor eterno con Cynthia.
En cuanto a Arturo, ¡que se fuera sin ningún arrepentimiento!
Iba a la empresa y no iba a volver. Pidió a la floristería que entregara la flor. Cynthia estaba durmiendo, así que Vega la dejó en la mesa. Cynthia se despertó y vio, pidió a Vega que comprara una botella, porque ella quería poner las flores en él. En realidad, no esperaba que Alain la comprase flores.
Alain entró y se paró frente a ella.
—¿Te gusta?
Cynthia levantó la cabeza, su largo cabello colgaba. Cuando miraba hacia arriba, el pelo destapaba su carita. Estaba sorprendida. Se enojó mucho cuando Alain tiró las flores. Cynthia sentía que él no era el tipo de hombre que compraría flores para las mujeres, pero estaba muy feliz, y una leve sonrisa se desbordó en la comisura de sus labios.
—Me gusta.
Alain se burló.
—Qué hortera.
Cynthia quería decir, ¿por qué la regaló si era hortera?
Pero las palabras cambiaron al decirlo:
—A mí me gusta lo hortera.
Acarició los pétalos, tenía una textura delicada y una leve fragancia.
El escote de su pijama era redondo y los puños estaban decorados con encaje de varias capas, el escote era un poco abierto que tenía al descubierto su cuello y su clavícula.
Alain tomó posesión de su cuerpo y presionó sus labios contra su clavícula. Sus labios estaban un poco fríos, pero muy suaves. En el momento en que tocaron su piel, el cuerpo de Cynthia se tensó y luego le empujo ligeramente y susurró:
—Vega está limpiando el baño.
No estaría muy bien que los viera así.
Alain con sus labios pellizcó un trocito de piel en su clavícula, jugueteó con ese trozo de piel, aunque no lo hizo fuerte aún dolía un poco, Cynthia frunció el ceño.
Alain sonrió.
—Por la noche, te dejo morderme.
Él tampoco sabía que habría imágenes.
No se recomendaba tener vida sexual en los primeros tres meses. Si fueran a tenerla, no podía ser intensa. Después de que la posición fetal fuera relativamente estable después de tres meses, deberían tener cuidado en la vida sexual de no apretujar el abdomen de la mujer embarazada, y qué posturas eran óptimas para no presionar el abdomen de la mujer, debería tomar…
A continuación, se mostraron muchos ejemplos.
Varias posiciones.
***
—En cuanto te estabilices, ¿probamos esto?
Dijo Alain con interés.
Cynthia tembló, antes le veía tan concentrado, ¿estaba mirando a eso?
Alain miró a su rostro enrojecido y bajo su voz:
—Si no hablas, lo tomaré como que lo quieres.
Cynthia se acurrucó en sus brazos, no habló. Sin saber lo que estaba pasando, quería...
Antes tampoco sentía que realmente necesitaba tanto una vida sexual. Si Alain no la tocaba, tampoco pensaría en eso, pero esta vez no sabía por qué, su cuerpo lo reclamaba inexplicablemente.
Trató de calmarse, auto hipnotizarse y dejarse dormir.
Alain miró a la mujer en sus brazos que estaba acurrucada como un gato, tenía una suave sonrisa en su rostro.
Pasó las páginas, en este capítulo trataba sobre los cambios en el cuerpo de una mujer durante los primeros meses del embarazo.
Después de que una mujer estuviera embarazada, su cuerpo sufriría muchos cambios. Los pechos se sentirían hinchados, dormiría mucho más, podría darse calambres en las piernas por la noche y las areolas se oscurecerían gradualmente con el tiempo del embarazo...
Bajó la cabeza y descubrió que la respiración de Cynthia no era constante, no como si estuviera dormida. Dejó su libro y la abrazó de lado.
—¿Qué pasa?
Cynthia se calmó bastante:
—No es nada, simplemente no me duermo.
La nuez de Alain subía y bajaba, él estaba sufriendo más que ella, pero se contuvo al pensar en las palabras del médico.
Él le enganchó el escote de su ropa.
Cynthia se cubrió la mano apresuradamente.
—¿Qué estás haciendo?
Él se rio.
—Déjame ver.
Su voz era ronca, pero estaba enmascarada por la risa.
—El libro dice que cambiarán, déjame ver si las tuyas han cambiado...
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