«¿No confía en mí?».
El hombre se inclinó, dejando que su barbilla descansara sobre su hombro, su voz era tan suave como si estuviera soplando el cabello que había al lado de sus oídos intencionalmente, luego dijo ambiguamente:
—No me acostaré con ninguna mujer excepto tú, solo tú puedes estimular mi potencial.
¡Se notaba que tenía un fuerte deseo de sobrevivir!
Como estaba demasiado cerca, su aliento daba en sus oídos, produciendo un poco de cosquillas, Cynthia se apartó y lo miró.
—¿Puedes ponerte en serio?
«¿Cuándo no me he puesto en serio?».
Hablaba muy en serio al explicar que realmente no quería acostarse con otras mujeres. Tampoco había mujeres en sus contactos. Aunque había, eran por el trabajo, podía prometer que no había absolutamente ninguna mujer con la que tenía relaciones indebidas.
Temía que Cynthia no le dejara en paz con este tema.
De pronto, Cynthia supo lo que estaba explicando, se volvió para mirarlo y sonrió.
—¿No te lo dicho antes? Si me pones los cuernos, te lo devolveré con el doble.
Alain:
«Qué mujer...».
Cynthia no continuó diciendo tonterías con él, en cambio se puso más solemne.
—Sé que no quieres que intervenga en estas cosas. Tampoco tengo la capacidad de ayudarte. Lo único que puedo hacer es cuidar bien a los niños y a mí para que no tengas preocupaciones. Al final, todo lo tienes que solucionar tú. Me parece que no es fácil lidiar con Norberto. El número que guardé en tu teléfono es de Elijah. Si surge algo que te es inconveniente hacer, deja que lo haga por ti.
Después de hablar, levantó la cabeza para mirarlo.
—No me importa qué método uses, tienes que castigar a la persona que intimidó a Chloe, ¿me lo puedes prometer?
Alain la tomó en sus brazos, inclinó la cabeza y la besó en la frente, no se fue de inmediato, sino que se pegó contra su frente, susurrando suavemente:
—Te lo prometo.
Obteniendo la respuesta que quería, Cynthia salió de sus brazos.
—Te dejo lidiar con tu trabajo.
—Es casi mediodía, vete después de la comida.
Alain tomó su mano con fuerza, sin intención de soltarla.
Cynthia luchó un poco, pero no consiguió sacar su mano, entonces dijo seriamente:
—Voy al hospital a ver a Chloe.
Alain no tuvo más que soltarla.
—Me iré a casa inmediatamente después de ver a Chloe.
Cynthia dijo antes de irse.
Alain asintió.
Después de salir de la empresa, Cynthia se subió al coche desde el aparcamiento subterráneo y se dirigió al hospital.
Cuando llegó al hospital, llamó a Mauricio y le preguntó dónde estaban.
Mauricio dijo que Chloe había sido enviada a la sala de observación y le dijo que la sala de observación estaba en el tercer piso.
Cynthia encontró la sala de observación en el tercer piso, allí vio a Mauricio atendiendo el teléfono en el pasillo, parecía que estaba hablando de trabajo. Al verla venir, Mauricio dijo algunas palabras a la persona de la llamada antes de colgar.
—Chloe está descansando en la habitación, Cristián está con ella adentro.
Mauricio dijo.
Cynthia asintió con la cabeza y luego dijo:
—Si tienes algo que hacer te puedes ir. Yo me ocuparé de aquí.
Mauricio realmente tenía algo que hacer, pero también tenía algunos escrúpulos.
—¿Puedes?
Después de todo, estaba embarazada.
—Estoy embarazada, no enferma. Ve con tus asuntos. Yo me ocuparé de aquí. Te llamaré si pasa algo.
Cynthia volvió a decir con tono firme. Como Mauricio no pudo decir nada más, se fue.
Después de ver salir a Mauricio, se dirigió a la puerta de la sala de observación. A través de la ventana de la puerta, vio a Cristián con ropa de paciente de rayas azules sentado en la cama. Cynthia se paró un rato frente a la puerta antes de abrirla suavemente.
Cuando Cristián escuchó el ruido, pensó que era Mauricio, así que no miró hacia atrás, se limitó a estarse en silencio en el borde de la cama mientras miraba a Chloe.
Cynthia miró a Chloe que estaba durmiendo y dijo en voz baja:
—Cristián, sal conmigo, tengo algo que decirte.
Al notar que la voz no era de Mauricio, Cristián volvió la cabeza, luego de ver a Cynthia, se quedó en silencio por unos segundos antes de asentir.
Se puso de pie para colocar bien la colcha de Chloe, entonces se volvió y dijo:
—¿Necesita ser hospitalizada?
—El médico dijo que no hace falta y que es mejor reponer en casa.
Cristián frunció los labios, al final expresó sus pensamientos internos a Cynthia:
—Quiero llevarla a casa para cuidarla. Sé que definitivamente me dirá que no. ¿Puedes ayudarme a persuadirla?
Chloe no tenía a parientes que la cuidara, pero ahora necesitaba que la cuidaran, él quería cuidarla personalmente.
Cristián temía que Cynthia pudiera tener preocupaciones y rápidamente explicó:
—No tengo intención de pedir que me perdone, ni mostrar deliberadamente mi lado bueno delante de ella, simplemente quiero cuidarla, no tiene por qué sentirse agobiada.
Cynthia entendió lo que quería decir Cristián, solo quería cuidarla, pero teniendo en cuenta su relación de antes, ¿era posible que Chloe aceptara su cuidado como si nada?
A menos que Chloe lo perdonara, era imposible que aceptara su cuidado.
—No voy a persuadir a Chloe.
Cynthia miró a Cristián.
—Tienes que tener claro que aún no te ha perdonado, ¿con qué razón quieres que acepte tus cuidados?
—Pero ¿quién puede cuidarla?
Cristián se apoyó contra la pared con tristeza y se deslizó al suelo. Su respiración emitía tristeza y dolor.
—Yo la cuidaré. Cuando se despierte la llevaré de regreso a la villa. Sabes que hay muchas habitaciones en la villa. Contrataré a una sirvienta más. No tengo problemas en cuidarla. Si quieres verla, puedes pasarte por la villa.
Cynthia también tenía la misma idea que Cristián, no se quedaba tranquila dejando que otros la cuidaran.
Cristián susurró:
—Gracias.
—No hace falta, que la cuide no tiene nada que ver contigo.
Tenían una buena relación desde cuando estaban en la Nación A, luego Chloe se vino a la Nación Z con ella, hacía nada la ayudó a establecer «La Nube Bordada». Su relación superaba el simple concepto de amistad. Se apreciaban y se apoyaban mutuamente, eran como parientes.
Al ver a Cristián tan abatido, sintió un poco de lástima.
—Anímate, no conseguirás recuperar a Chloe con esta pinta.
Cristián la miró.
—Cynthia, ¿qué crees que debería hacer?
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