¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 609

Sin embargo, Chloe no le miró, se limitó a apoyar su barbilla y dijo con indiferencia:

—No le conozco mucho.

Con solo una frase dejó claro lo desconocidos que eran.

Cristián sintió amargura, pero no lo mostró y sonrió:

—¿Entonces somos extraños más conocidos?

Chloe le preguntó sonriendo:

—¿Nos conocemos mucho? ¿Por qué no me acuerdo?

Cristián no pudo mostrar la misma indiferencia de Chloe, frunció los labios y sacó su silla para sentarse:

—Puedes hacerme daño si eso te hace feliz.

—No mereces que te haga daño, no eres nadie para mí, no malgastaré ni una pizca de afecto en ti, así que ni siquiera te odio, simplemente me molestas.

Mientras decía esto, las manos de Chloe se apretaron con fuerza debajo de la mesa, sus uñas casi se hundían en su palma, el dolor era todo lo que necesitaba para mantenerse despierta y su tranquilidad aparente.

En verdad lo odiaba tanto que quería darle un par de bofetadas.

Cuando Cynthia salió con la leche, vio su gesto, y aunque se mostró indiferente, los pequeños gestos de su cuerpo fueron suficientes para demostrar que no estaba tan tranquila.

¿Cómo pudo actuar de esa manera si no tenía sentimientos hacia Cristián?

¿Qué escondía en su interior? Si realmente lo había superado, ¿por qué era necesario hacer daño tanto a él como a ella misma?

Respiró hondo y fingió no haber visto nada, preguntando mientras servía leche a Cristián:

—¿Qué tal la abuela?

Buscó deliberadamente un tema de conversación para tratar de aligerar el ambiente.

—Necesita que alguien la cuide.

Completamente incapaz de cuidar de sí misma, el único cambio era que ya podía hablar, antes no podía hacer ni eso.

—Cuida de ella.

—Lo haré, es la única familia que me queda y definitivamente la cuidaré.

Alain vino, sacó la silla y se sentó, miró a Cristián, pero no dijo nada.

Cristián sonrió:

—La próxima vez llamaré a Mauricio, así no te molestaré.

Alain cogió el vaso de lecha que le había servido Cynthia y le miró, pensando que lo había hecho a propósito, sólo para poder venir.

Como Chloe estaba aquí y sería extraño que no viniera.

No le desmintió, simplemente le preguntó:

—¿Ayer estabas borracho?

Cristián se aturdió por un momento, estaba borracho pero consciente, y de hecho había pedido deliberadamente al camarero que llamara al número de Alain.

Si no sería demasiada coincidencia llamar a él cuando tenía tantos números guardados en el móvil.

—¿Cómo puedo fingir eso?

Cristián no quiso admitirlo.

Alain le dirigió una mirada complicada:

—Tú lo sabes perfectamente.

No tenía tiempo de darle vueltas a su pregunta, cogió el huevo que tenía en el plato, rompió la cáscara y se lo entregó a su hija,

—¿Quieres aprender a pintar?

Calessia asintió inmediatamente,

—Sí.

Era algo que le interesaba mucho, le daba una sensación de logro ver que sus dibujos eran idénticos a los reales.

—Te llevaré hoy apuntarte en una clase de pintura, ¿quieres ir?

—¿De verdad?

Calessia no podía creerlo.

Claro que iba a ir, estaba muy emocionada, su papá era un hombre muy ocupado, ¿cómo iba a tener tiempo para ir con ella?

—Claro.

Ya había llamado a Henry, le había avisado de que hoy no iba a la oficina, y le había dicho que no le molestara si no era algo muy urgente.

Hoy pasaría tiempo con sus hijos.

—Wow, estoy muy feliz.

Bajó emocionada de la silla y corrió a abrazar sus piernas,

Chloe tocó las sábanas incómodamente,

—¿Qué me podría pasar?

—Mírame a los ojos.

Cynthia estaba muy seria:

—Mírame a los ojos si no has ocultado nada.

No estaba tratando de forzar a Chloe, sólo temía que, si se guardaba todo para ella, sería malo para ella.

Tal vez podría sentirse mejor si lo dijera.

Chloe no se atrevió a mirarla y dijo disimulando:

—Estoy bien, te preocupas demasiado.

—Ojalá fuera eso, pero tus comportamientos me preocupan.

Cynthia extendió la mano y la tomó entre las suyas,

—¿No confías en mí?

Chloe agachó la cabeza.

Tenía los ojos enrojecidos y sentía demasiada tensión en la garganta como para hablar, tampoco sabía cómo decirlo.

Al recordar el momento en que se enteró de la noticia, todavía podía sentir ese dolor, en ese momento estaba desesperada, no tenía valor ni siquiera de vivir, su vida no tenía sentido.

Una vez que pasó por el proceso más doloroso, aprendió a ser lo suficientemente fuerte como para estar tranquila, contenida y estoica cuando volvió a ver a Cristián.

Se mostró confiada frente a Cristián, pero ignoró a Cynthia.

Levantó los ojos lentamente, con un dolor profundo en ellos, pues había perdido la capacidad de ser una mujer.

—Ya sabes, estaba embarazada.

Ella dijo en una voz ronca.

Cynthia asintió,

—Lo sé.

—Yo...

No pudo forzarse a decir que estaba bien, su corazón aún le dolía al mencionarlo.

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