—No te preocupes, no te codicio, si realmente tienes miedo de que te persiga, me iré, no tienes que hacerlo.
Se quitó la servilleta dejó el cuchillo y el tenedor en la mano y se levantó,
—Siéntate y come, para tu tranquilidad me voy.
Cuando terminó, saludó a Cynthia y le dijo,
—Cynthia, te dejo.
Cynthia no podía decir nada, sólo podía mirar.
Cuando Cristián se fue, Cynthia tiró de Chloe y le dijo que se sentara.
Cuando se sentó y no pudo comer, Cynthia le entregó un papel:
—Llora si quieres, quizá te haga sentir mejor.
Alain y Elijah se marcharon y Cynthia les echó una mirada, asumiendo que no le parecía bien estar aquí, y no preguntó nada.
En realidad había razones para ello y el hecho de que Alain tenía algo que decir a Elijah.
La última vez, Elijah le hizo un favor, pero ambos estaban bastante ocupados y ninguno se sentó a hablar en condiciones.
Después de este incidente, Alain supo que el padre de Cynthia no era un hombre sencillo en el pasado, de lo contrario, no habría tenido esta conexión.
Aunque no se trataba de hacer nada, las pistas proporcionadas eran difíciles de conseguir; al fin y al cabo, no podía investigar cosas tan lejanas.
—¿Ha ido bien? —preguntó Elijah.
Cuando no está jugando, es el tipo de persona que un niño lloraría al verlo.
Pero cuando no es serio, cuando es juguetón, tiene los pies en la tierra.
Rara vez frenaba su sonrisa y casi siempre sonreía y reía.
Alain dijo,
—Se ha creado un grupo de trabajo desde arriba para investigar, y con lo mal que van las cosas, definitivamente habrá una investigación seria.
—Si necesitas ayuda sólo dilo.
En su mente no se trataba de un extraño, sino del marido de Cynthia, es decir, del yerno de su hermano mayor.
Alain no quería molestarle demasiado; por ahora era suficiente.
—Llevaré a Chloe de vuelta primero —Cynthia se acercó, no podía comer aquí y no era un lugar para sentarse mucho tiempo, Chloe no quería volver a la casa de campo así que se llevó a Chloe a dar un paseo.
Alain dijo,
—Te llevaré.
Estaba preocupado por Cynthia, que también estaba embarazada y tenía que cuidar de la gente, y temía que estuviera demasiado cansada.
Chloe ciertamente no quería demasiada gente alrededor en esta época del año y Cynthia declinó,
—No vamos a casa ahora, podríamos pasar el rato, he reservado a Elijah una habitación en el hotel, puedes enviarlo allí a descansar.
Ella había querido que Elijah se quedara en la villa, pero no había espacio en la villa, y con dos criadas, y Alejandro y Asher, y Chloe y los niños, el resto de la habitación era un cuarto de servicio y un estudio, y no podía empacar, y reservó buenos hoteles.
Elijah hizo un gesto con la mano,
—Dígame el lugar y yo mismo iré, estoy muy viejo, dónde necesito que me lleven, me tratan como a un niño.
Cynthia sonrió,
—Elijah, no has comido bien en la comida, pide algo para comer en el hotel si tienes hambre y te recogeré por la noche.
—No te preocupes, puedo cuidar de mí mismo, tú ve a cuidar de Chloe, vosotros id a hacer lo que tengáis que hacer, no os preocupéis por mí —Elijah parecía completamente como si pudiera comer en cualquier lugar—. Sólo dame la dirección de la villa, yo mismo iré por la noche.
Ese era el personaje de Elijah, y Cynthia dijo la dirección y Chloe y se fue.
No sabía si Alain había enviado a Elijah o si el propio Elijah había vuelto al hotel.
—¿Vamos al cine? —dijo Cynthia.
Chloe no habló.
Cynthia suspiró y miró hacia otro lado,
Como resultado, Cristián le tiró,
—¿Qué? ¿Quieres irte ya?
El gerente se miró la mano que agarraba su camisa y le devolvió la mirada,
—No hagas una escena aquí, o si no, no me culpes por no ser educado.
—¿Por qué estás siendo grosero conmigo? —Cristián estaba siendo deliberadamente implacable, estaba de mal humor y estaba a punto de asfixiarse.
—¿Vas a pegarme? Hazlo —Cristián le gruñó mientras lo agarraba por el cuello.
El olor a alcohol le invadió la cara y el gerente frunció el ceño,
—Será mejor que me sueltes, no quiero darte una lección.
—¿Eres un puto pelele si tienes los cojones de darme una lección? Si eres un pelele, no ladres como un perro...
El gerente cedió y llamó a alguien para que viniera,
—Sacad a este lunático de aquí.
—¡Tú eres el que está loco!
El director le miró con enfado, entrecerrando los ojos,
—Me debes una paliza, ¿no?
Cristián asintió con la bebida en las venas,
—Sí, lo debo.
En este momento sí quería pelear con alguien, sentía que iba a morir.
Esto llegó a los oídos del director como una provocación, sólo para verlo llamar a los dos guardias de seguridad y ordenar que
—¡Golpead!
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