¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 907

La puerta no tardó en abrirse, pero Calessia estaba muy nerviosa porque iba a conocer a un anciano.

Henry también la había visto crecer.

Un año no era ni largo ni corto, pero habían pasado muchas cosas. Calessia también había cambiado mucho. Se dio cuenta de que había un lado oscuro en este mundo.

Al cabo de un rato, la puerta se abrió.

Henry, con traje, tenía el mismo aspecto que cuando era joven. Su rostro tenía la huella de los años. Al ver a Calessia, no se sorprendió en absoluto.

Se hizo a un lado y dijo:

—Pase, por favor.

Calessia apretó los labios y le saludó en voz baja:

—Hola, Henry.

Tarareó.

Entró en su habitación.

La habitación era exactamente la misma que ella, sólo que en un piso diferente.

—Bueno...

—Si quieres preguntar algo, por favor, adelante —Henry fue bastante directo. Mirándola, lanzó un ligero suspiro:

—Chica, nos has preocupado mucho. Los dichos de un anciano rara vez son falsos, pero tú no escuchaste...

Calessia bajó ligeramente la cabeza.

Ella sabía que él la regañaría cuando se encontraran.

—Henry —le miró con una sonrisa y le dijo:

—¿No podemos dejar de hablar de cosas del pasado, vale?

Henry se sentó:

—¿Te has decidido? Puedo resolver los problemas aquí por ti. Puedes volver...

—No, Henry —le interrumpió Calessia—, He cometido el error, ¿Por qué debería dejar que resolvieras los asuntos por mí? Ya soy adulta. Puedo resolverlos por mí misma.

Henry la miró sin expresión durante unos segundos.

Bajo su mirada, Calessia se sintió un poco incómoda.

—¿Sí, Henry?

Henry se levantó y sacó una unidad USB del armario con el candado. Se acercó y se lo dio.

Calessia extendió la mano y la cogió. Preguntó:

—¿Qué es esto?

—Mírate —Henry empujó el portátil delante de ella.

Estaba confundida. Inserta la unidad USB en el portátil y abre el archivo.

Pronto, Calessia vio el videoclip. Ensanchó los ojos.

—¿No es esto...

En el vídeo, vio la escena en la que Ada la secuestró en la villa.

—¿Por qué lo tienes? —preguntó Calessia.

—Después de saber que te había pasado algo, llegamos un poco tarde al venir corriendo. Afortunadamente, te rescataron y le pediste a alguien que cambiara el informe de ADN del muerto por una muerte falsa. Sin embargo, la persona a la que se lo pediste no tenía ningún antecedente ni red. No pudo hacerlo por ti en absoluto.

De hecho, Calessia también sabía que Edmundo no podía cubrir todo el incidente sin dejar rastro para poder engañar a Gael.

No se dio cuenta hasta más tarde.

—Por cierto, he oído que un hombre y una mujer murieron en el incendio. ¿Qué pasó, Henry?

—Se dice que los dos hombres que te secuestraron eran un hombre y una mujer. Uno de ellos fue utilizado para cubrir tu identidad —Mientras Henry hablaba, aún podía recordar el terrible aspecto que tenía Alain en ese momento. Había trabajado para Alain durante casi toda su vida y había visto las diferentes caras de Alain.

Sin embargo, ésa fue la única vez que Alain quiso matar a alguien sin ningún cuidado.

En cuanto al fuego, fue porque Alain también quería que experimentaran la experiencia de quemarse.

—No le hicimos nada a esa mujer también por tu culpa —Henry tomó un sorbo de agua.

Después del incidente ocurrido a Calessia, habían hecho muchas cosas. Cubrieron la verdad de que no había muerto, descubrieron las pruebas de que le habían tendido una trampa, se pusieron en contacto con el hospital por ella y la ayudaron a entrar en el Grupo RM.

Debido a sus antecedentes familiares, fundó la Fundación Ensueño. Con la ayuda de Mauricio y la inversión de Alain en la fase inicial, se desarrolló muy bien.

La Fundación Ensueño tenía una buena reputación y ayudaba a mucha gente.

La escuela primaria en la que enseñaba Luciana se había convertido en una escuela de educación de talentos con integridad y capacidad política. Contaba con fuertes recursos e influencias pedagógicas, ayudando a los niños nacidos en familias ordinarias.

Además de dar a luz a dos hijos para Mauricio, el mayor éxito de Luciana fue fundar la Fundación Ensueño y cumplir su sueño.

Calessia comprendió que la venganza que había pensado se basaba en su ayuda. Lo único que necesitaba era seguir su acuerdo y continuar.

De repente, se sintió un poco frustrada. Desde la infancia, fue mimada por mucha gente. Podía conseguir todo lo que quería y siempre estaba libre de preocupaciones. Después del incidente, quiso confiar en sí misma por primera vez.

Sin embargo, volvió a cometer un error: todavía estaba bajo la protección.

Era bastante testaruda y siempre tenía ganas de superarse. Después de este incidente, hizo como si no hubiera pasado nada.

Henry nunca había esperado que ella entendiera todo y acudiera a él tan rápidamente.

Si no fuera por Edmundo, Calessia no habría acudido a él tan pronto.

Sin embargo, se sintió muy afortunada de haberlo hecho, ya que llegó a conocerlo todo.

De repente recordó su propósito de venir aquí.

Pensando en Edmundo, el chico martillado de su habitación, Calessia no sabía qué hacer.

En ese momento, Henry ya tenía una familia e hijos.

—Bueno, Henry, ¿cuándo vas a volver a casa? —preguntó Calessia.

—Todavía no he resuelto los problemas aquí —Henry la miró:

—¿Por qué te importa?

—Me temo que podría afectar a tu relación con tu mujer si estás mucho tiempo fuera de casa.

Henry se atragantó.

—¿Por qué te preocupas tanto por mí? —Se sintió halagado, preguntándose por qué Calessia se preocupaba por su relación con su esposa.

Calessia puso una sonrisa irónica, preguntándose cómo debía empezar.

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