¡Vuelve conmigo,mi cariño! romance Capítulo 92

Yaiza sentía odio al recordar que él le había traicionado.

¿Era falso el afecto que le daba?

¿Por qué la había traicionado?

Yaiza se quedó en la puerta temblando.

—Flavio...

Flavio se acercó. Al ver la herida que tenía en la rodilla, frunció el ceño con fuerza.

—¿Te has peleado con alguien?

¿De qué otra manera podría ponerse así?

Yaiza negó con la cabeza y miró a Flavio.

—Flavio, ¿es falso tu afecto por mí?

—Claro que no.

Flavio realmente la adoraba. En parte ella se perdió en ese entonces por su culpa. Por eso a lo largo de los años, había estado viviendo bajo la culpa. Y finalmente la encontraron de nuevo.

La culpa y la lástima que sentía por ella.

En ningún momento fueron falsos.

—Ja, ja...

Yaiza se echó a reír, pero al segundo siguiente la sonrisa desapareció completamente, dejando solo la histeria.

—Si me adoras de verdad, ¡¿cómo pudiste traicionarme por una mujer?!

—¿De qué estás hablando?

Flavio estaba confundido escuchando lo que decía.

—Venga, ve a tu habitación.

Cogió a su hermana que estaba casi fuera de control. Gabriel no estaba muy contento por la cancelación del compromiso, de modo que el ambiente en casa era desagradable y opresivo.

Si Gabriel la escuchara armar alboroto, seguramente se pondría airado.

Yaiza casi entró a su habitación siendo empujado por Flavio.

—Siéntate, iré a por los medicamentos. Hay que desinfectar tus rodillas, de lo contrario se infectarán.

Yaiza no pareció entenderlo, solo estaba sentada sin mover, mirando hacia algún lugar sin enfoque.

Ella pensó que al convertirse en la hija de la familia Haba, podría estar con Alain, poseería una identidad noble, un amante envidiable y un hermano que la adoraba.

Entonces no habría nada que se podía quejar de su vida.

Sin embargo, no fue así en absoluto.

Todo cambió. Era cierto que obtuvo una identidad noble, pero no obtuvo a Alain. Ahora incluso el afecto que le daba de Flavio iba a ser arrebatada por esa mujer.

Cynthia destruyó su amor y afecto familiar.

Su mano se hundió en la colcha para apretarse poco a poco y los nervios que había en el dorso de su mano estaban haciéndose más evidentes, eso ya demostraba lo enojada que estaba.

Flavio entró con el botiquín y se puso en cuclillas frente a ella para limpiarle la herida de la rodilla. Temiendo a que sintiera dolor, lo hizo con mucha suavidad y ligereza.

—Flavio.

Yaiza bajó la mirada.

—¿También eres tan gentil con Cynthia?

Hoy Yaiza se estaba comportando de manera rara.

—¿Qué es lo que intentas decir?

Flavio dejó el antiséptico que tenía en su mano y decidió que debía tener una buena charla con ella.

—Yaiza, Alain no es el único hombre en este mundo. No tienes por qué amarle solo a él. Eres genial, puedes encontrar un hombre excelente...

—Cynthia tampoco es la única mujer en este mundo, entonces ¿por qué te gusta?

Antes de que pudiera terminar de hablar, Yaiza lo interrumpió.

Flavio no pudo encontrar ningún argumento para refutar.

Sí, cuando estaba intentando convencer a su hermana, se olvidó de su obsesión.

—Flavio, puedes traicionar a tu hermana por la mujer que te gusta, tu amor es realmente grandioso.

Yaiza mencionó repetidamente esa frase, así que tuvo que prestarle atención.

—Yaiza, ¿la viste?

—Sí.

Yaiza no lo negó.

Flavio frunció el ceño.

—Dijiste que te traicioné, ¿a qué te refieres?

¿Acaso tenía algo que ver con Cynthia?

—¿Y me lo preguntas a mí?

Yaiza se rio con sarcasmo.

—¿No sabes lo que hiciste tú mismo?

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