30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 115

Cuando Rosaura entró en el coche, Camilo se quedó en la puerta para despedirla, y sólo entonces el corazón colgante de Rosaura se calmó por completo.

Ya Camilo estaba realmente sobrio.

Era mejor que estuviera sobrio, si no, no le permitiera salir de ninguna manera.

Gloria conducía mientras observaba la figura del hombre a través del espejo retrovisor.

—Oye, de veras es un hombre extremadamente guapo, se ve tan sexy llevando una bata, me da ganas de desnudarlo.

La imagen de Camilo con su ropa interior en el baño surgió en la mente de Rosaura.

Sus mejillas se sonrojaron.

—Chica mala, ten cuidado por dónde vas.

—Puf, Rosaura, ¿no puedes dejarme verlo ahora? Oye, no ha pasado tanto tiempo, lo estás tratando como si fuera tu propio hombre.

—De qué tontería estás hablando, no tengo ninguna relación con él —dijo Rosaura incómoda.

Pero Gloria no la creyó.

—Si realmente no tengas relación con él, ¿te pediría que lo recogieras cuando estaba borracho? En medio de la noche, vosotros dos estáis solos y hasta se cambió de ropa, si digas que no te ni hiciste nada, nadie te creerá.

—Realmente nada. —dijo Rosaura sin confianza, la forma en que Camilo se quitó la ropa, casi lo había visto todo, esta noche.

Miró a Rosaura, Gloria dijo sonriendo:

—Rosaura, en realidad, creo que el señor González siente algo por ti.

—Tiene alguien. —dijo Rosaura.

Su corazón no pudo evitar sentir un poco de incomodidad y continuó:

—Los hombres, tal vez a todos les gusta jugar con mujeres.

—Un hombre como el señor González, ¿qué clase de mujer no puede conseguir, si le gusta flirtear con una mujer, hay un papel para ti? Está rodeado por muchas descaradas hace tiempo.

Gloria siempre sintió que Rosaura no pudiera ver claramente la intención por Camilo.

Ella añadió:

—Además, si esa Serena es la verdadera novia de Camilo, ¿por qué no fue ella la que vino a recogerlo esta noche cuando estaba borracho?

—Tal vez... porque fue Roberto quien me llamó, pensó que Camilo y yo éramos la pareja.

—Falso, lo sé, Roberto y Camilo, y Serena, ellos crecieron juntos y son amigos. Con la relación de los dos hombres, quién le gusta realmente a Camilo, Roberto debe saberlo mejor que nadie.

Ese Roberto, era obvio que sólo le daría la oportunidad a la persona que le gustaba a Camilo.

Pero, Rosaura no sólo había visto el pasado entre Camilo y Serena, sino que también había encontrado lo diferente que Camilo la trataba.

Se hizo confusa, y sacudió la cabeza con fastidio.

—De todos modos, pase lo que pase, no quiero involucrarme en sus asuntos, sólo quiero retirarme rápidamente del matrimonio con él. —dijo Rosaura con determinación, como si se decidiera por sí misma.

Miró el anillo de diamante rojo que llevaba en el dedo y dudó un momento antes de quitárselo.

Desde el principio, sabía muy claramente que ella y Camilo eran de dos tipos, entre ellos nunca había habido una posibilidad.

Gloria escapó un suave suspiro.

Ciertamente Gloria conocía los sentimientos en el corazón de Rosaura, y comprendía sus razones para no querer pensar más en la posibilidad de una relación con Camilo.

Le pareció que era una lástima.

***

Ese día, cuando estaba a punto de salir del trabajo, Rosaura fue llamada a la oficina de Camilo.

Cuando entró, vio que el hombre se ponía la chaqueta y parecía dispuesto a marcharse.

«Entonces, ¿qué sentido tiene llamarme en ese momento?»

Preguntó confundida:

—Señor González, ¿para qué quiere verme?

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