30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 145

Rosaura estaba tan avergonzado.

«Una película así no podía ser adecuada para nosotros, ¿no? Realmente no somos una pareja.»

Rosaura giró la cabeza y le dijo:

—Señor González, ¿por qué no vemos Los Luchadores Milagrosos?

Camilo levantó la mano y tomó los billetes, sacudiéndolos delante de ella.

—No hay otra opción ya que los he comprado.

Rosaura se quedó sin palabras.

Al final, Rosaura sostenía un cubo de palomitas y Camilo dos vasos de Coca-Cola, esperando a que empezara la película en el área de descanso.

Durante este periodo, no paraban de aparecer mujeres encantadas con el rostro de Camilo. Esta noche se portaban muy discretamente, pero aún así llamaban mucho la atención.

Afortunadamente, como estaban en un lugar como un cine, con coca y palomitas en manos y no había otro más a su lado, en general otros pensaban que eran pareja y ninguna mujer se acercó a coquetear con Camilo, pidiéndole el número de teléfono o algo así.

Por eso no fueron demasiado molestados.

Lo único que sorprendió a Rosaura fue que finalmente había gente que se acercaron a ellos, y era numerosa.

Y el objetivo era ella.

—Señorita, ¿eres Rosaura?

—Eres Rosaura, ¿verdad? He visto tu lanzamiento esta noche, el Amor de Ilusiones que has diseñado es hermoso, y eres aún más guapa en persona que en la televisión.

—Me he convertido en tu fan esta noche después de ver la transmisión en vivo, eres la mujer más talentosa y hermosa que he visto, ¿puedes darme tu autógrafo?

—Este es el Señor González, ¿verdad?

Un grupo de personas se reunió a su alrededor hablando con entusiasmo. Además, al ver el ruido que se hacía por acá, creció el número de curiosos.

Rosaura no esperaba que empezara a tener fans en menos de unas horas después de su presentación que se había efectuado hoy mismo.

Se trataba de un júbilo, mientras tanto, una molestia.

Mirando a los fans que le tomaban fotos sin cesar, ella sintió muy molesta. Ahora estaba con Camilo, y si salía a la luz la noticia de que los dos se presentaban juntos en el cine, ¿qué pensaría la gente?

Rosaura no se atrevió a seguir pensando en ello.

—Me habéis confundido con otra persona, no soy Rosaura —Se levantó con la cabeza inclinada y dijo en voz baja a Camilo—. Señor González, vámonos.

Camilo, sin embargo, no parecía sentir ninguna molestia:

—No ha empezado la película.

«Está aquí repleto de gente, ¿y sigue él intentando ver la película?»

A Rosaura le dolía aún más la cabeza.

—La veremos en otro momento, hay demasiada gente aquí.

—Está bien.

Su tranquilidad casi volvió loca a Rosaura.

Por no hablar de los zumbidos de la multitud a su alrededor, había otro flujo constante de gente que se les acercaba, que todos sostenían los teléfonos en la mano haciendo fotos y grabando vídeos a ellos dos.

Ella tardó un rato y luego tiró con fuerza del brazo de Camilo.

—Señor González, en serio, vamos.

Fuera de su imaginación, lo levantó ella bastante fácilmente. La dejó él tomarle de la mano, siguiéndola con dos tazas de coca en la otra mano.

—Disculpe.

Con la cabeza inclinada, Rosaura atravesó la multitud con la única intención de salir, pero en este entonces, Camilo la sujetó de repente de la mano y la trajo hacia la entrada del cine.

El corazón de Rosaura latía rápidamente mientras se apresuraba a empujar a Camilo.

—Gracias...

Camilo se fijó en ella sin hablar. Aunque sólo la había abrazado en un poco tiempo, esto lo hizo adicto y quería tenerla en sus brazos todo el tiempo.

Pero antes de que esta idea suyo pudiera ponerse en práctica, Rosaura ya se había adelantado con toda prisa.

Al encontrar los asientos reservados, Rosaura se sentó.

En el pasado cuando veía películas con amigos, ella se sintió relajada, e incluso con Miguel también cómoda y feliz, pero en este momento estaba muy tímida. Al notar sentarse a su lado el cuerpo alto del hombre, su cabeza estaba en blanco. Por ende, ella siguió comiendo palomitas como para desviar su atención.

Camilo le echó una ojeada.

«No es comida saludable, pero ¿parece que las disfruta mucho?»

Rosaura no se atrevió a mirarlo y éste, en cambio, tenía la vista clavada en ella.

Los dos sentados así, cada uno sostenía sus propios pensamientos, hasta que llegó la hora de empezar la película y la gente entró y se sentó una tras otra.

Debido a la escasa luz, nadie reconoció a Rosaura. Por fin ella podría ver la película a gusto.

Se trataba de un romance, una historia de amor puramente hermosa en la que el protagonista masculino siempre había gustado de la femenina en los años de estudiante y seguía persiguiéndola después de haber crecido.

Le había él confesado su amor 99 veces y también, sido rechazado 99 veces. Su último intento era esperarla bajo la casa de la heroína con rosas, pero los dos no se encontraron. No tuvo él la oportunidad de decirle la centésima confesión, y para él fue la última. Cuando finalmente se rindió y se marchó frustrado, la heroína apareció y corrió hacia él.

Ella dijo:

—Has dado 99 pasos hacia mí, y el último me toca a caminar hacia ti.

Esta escena era muy conmovedora, y en la sala había incluso varias parejas emocionadas tanto que no pudieron contenerse besar en el acto.

En medio de la luz tenue y la atmósfera romántica, toda la sala estaba llena del amor.

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