Eran las ocho y media de la noche.
Cuando Estela regresó, la puerta de la villa seguía abierta, como si la hubieran dejado abierta a propósito para ella. Como últimamente Rosaura no bajaba. Por eso, esta vez lo hizo Camilo.
Normalmente, se habría emocionado, pero hoy, sólo se sintió triste.
Lo hizo Camilo era porque quería decirle a marcharse.
Pero Estela era muy terca, quería comportarse en contra de su hermana.
Tocó el perfume con afrodisíaco que compró. Luego empujó suavemente la puerta del chalet y entró rápidamente en su habitación mientras el pasillo estaba vacío.
Pero cuando cerró la puerta, hizo deliberadamente un fuerte ruido para que todas las personas en esta casa lo pudieran oír.
Como era de esperar, Camilo bajó del dormitorio de arriba rápidamente.
Se acercó a la puerta de la habitación de Estela.
Tocaba fuertemente la puerta.
—Ya voy.
La voz de Estela salió rápidamente de la habitación, y luego se escuchó sus pasos.
Sus movimientos parecían un poco vacilantes.
La puerta se abrió desde el interior.
—Hermana, ¿me estás buscando...?
Las palabras no habían terminado, y Estela se sorprendió al ver a Camilo, e inmediatamente se congeló.
—Camilo, ¿por qué vienes?
El movimiento de quitarse la ropa se detuvo, se podía ver sus pechos.
Mirando de arriba a abajo, las curvas eran muy hermosas.
Camilo lo vio todo el cuerpo de Estela.
Sin embargo, el ambiente no se volvió embarazoso. Como si no lo hubiera visto, la expresión de Camilo no cambió. S voz no tenía emoción:
—Ordena tus casas, mañana...
—¡Ah!
Sin embargo, en ese momento, Estela soltó de repente un grito, se asustó y se puso la ropa para cubrirse el cuerpo. Sus mejillas estaban rojas, y miró a Camilo con una cara asustada y tímida.
—Perdona...
Aparentemente avergonzada, Estela cerró la puerta.
No tardó mucho, Estela volvió a abrir la puerta desde el interior, su ropa estaba bien ordenada. Miró a Camilo:
—Lo siento, no esperaba que viniera fueras tú, así que...
—No pasa nada.
Camilo no quiso seguir este tema, y en su rostro sólo apareció indiferencia. Para él, lo que acababa de ver era sólo carne, no hablar de que ella también llevaba ropa interior. A sus ojos, aparte de Rosaura, ninguna otra mujer podía despertar su interés, aunque está desnuda.
Cuando Estela miró al hombre y vio que su expresión seguía fría. Supo Camilo no estaba interesado por su cuerpo. Ya sea que ella usara la belleza, tomara la iniciativa de acercarse o lo sedujera, no tuvo ningún efecto.
Estaba desanimada, pero escondió sus verdaderas emociones. Al fin y al cabo, todavía tenía otra medida, y esta medida era imposible de fallar. Estela miró a Camilo y dijo:
—Camilo, ¿de qué quieres decirme? Entra.
Camilo estaba a punto de decir que no, pero delante de él, Estela ya había tomado la iniciativa de entrar en la habitación. Incluso sirvió té para Camilo.
Camilo se volvió impaciente, y el ambiente de esta habitación tensó. La expresión de él significaba una advertencia silenciosa.
Las lágrimas cayeron de los ojos de Estela de repente, y miró a Camilo con lástima:
—Camilo, quieres echarme, ¿no te gusto?
—No me gustas.
Palabras frías, sin vacilación.
Esto hizo que Estela se congelara.
Camilo no tenía ninguna simpatía a Estela, y la forma en que miraba a ella era aún más despiadada.
Al enfrentarse Camilo, Estela sentía que se enfrentaba a un iceberg, y aunque utilizara toda su fuerza y temperatura, no podía derretirlo.
Camilo miró a Estela y su expresión. Sus cejas se fruncieron ligeramente.
Aparte de Rosaura, no le importaban los sentimientos de otras mujeres, pero desde la tarde hasta ahora, el amor de Estela por él se había mostrado sin reservas.
Siendo querido por ella, este asunto hizo que Camilo se sintiera disgustado. Trató a Estela con más indiferencia.
—Regresa y no tengas ningún pensamiento que no debas tener.
Camilo advirtió con voz fría.
Después de decir eso, tuvo la intención de marcharse, el olor y la gente de aquí le hacían sentirse aburrido.
Pero apenas había dado unos pasos cuando sintió una extraña sensación en su cuerpo, sus piernas y manos no tuvieron fuerza inmediatamente.
Sin embargo, en el interior de su cuerpo fluye un deseo que recorre su cuerpo y que finalmente se acumula en las entrepiernas.
El rostro se puso hosco en la cara de Camilo y su mirada se volvió aterradora.
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