30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 176

Era la primera vez que Rosaura se vio que Camilo estaba enfermo y se encontraba tan vulnerable, lo que la hizo entrar en pánico. Sin pensarlo, preguntó:

—¿Qué quieres que haga para que estés más cómodo?

—Abrázame.

Su voz era baja, y su cuerpo podía caer en cualquier momento.

Rosaura pensó que era incapaz de sostenerse y le pidió que lo sujetara, así que se apresuró a rodear su cintura con los brazos.

Estaba a punto de ayudarle, pero no esperaba que Camilo actuara como si hubiera recibido algún tipo de permiso y, de repente, rodeó la cintura de Rosaura con los brazos y la besó.

Los besos eran suaves.

Al instante, hizo que Rosaura entrara en pánico. Ella se congeló, se dio cuenta de que Camilo…

En este momento se apreció la verdadera intención de Camilo.

Estaba luchando, pero Camilo no le dio oportunidad, empujó a Rosaura contra la pared.

La habitación se sumió en la oscuridad cuando la espalda de Rosaura tocó el interruptor en la pared.

La oscuridad maximizó los sentidos.

En ese momento Camilo no podía contener el deseo de su cuerpo.

En la oscuridad, la habitación estaba caótica.

Rosaura cayó sobre la cama, y entonces Camilo se apretó encima de ella.

Ella sintió que el cuerpo de Camilo era aún más robusto en la oscuridad.

Mientras Rosaura lo miraba, un vago recuerdo salió de nuevo en su mente.

En una misma habitación poco iluminada, el hombre se apretó contra ella...

Su voz demoníaca sonó en su cabeza.

—Si te atreves a provocarme, tienes que pagar el precio.

El precio.

Ella lo había pagado.

Hacía mucho tiempo que no recordaba aquella noche de pesadilla. Pero en este momento, la figura de Camilo frente a ella parecía a la del hombre de su memoria.

El mismo olor, el mismo peligro.

El cuerpo te Rosaura se tensaba y ella no puede distinguir la pesadilla y la realidad.

Y el miedo que había sido reprimido en lo más profundo de su corazón se despertó de nuevo.

Todo su cuerpo tembló aún más.

Según su voz, como si estuviera llorando:

—No me toques, no me toques.

—¡Vete!

Por la culpa del hombre, toda su vida estaba arruinada. Su matrimonio sólo podía convertirse en un trato, y ya no tenía valor para amar a Camilo. Después de esa noche, su vida era un desastre, como si hubiera caído en una situación desesperada que casi la asfixiaba...

Camilo no pudo aguantar, pero aun así hizo lento su movimiento para aliviar el miedo de Rosaura.

Sin embargo, ella seguía teniendo miedo.

Al sentir su cuerpo y su voz, los movimientos de Camilo se detuvieron.

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