En el estudio de la familia Talens.
La decoración de líneas blancas y negras se basaba en el tema del color frío, haciendo que el estudio fuera lujoso y serio. Todo el espacio parecía extremadamente riguroso. En cuanto alguien entraba en el estudio, podía sentir el estrés en la atmósfera de forma subconsciente.
En ese momento, en el sofá de cuero negro estaba sentado un anciano con el pelo gris y la cara llena de arrugas. Era evidente que tenía al menos setenta años.
Sin embargo, los años de precipitación no suavizaron sus bordes y esquinas, sino que sus ojos eran tan afilados como una antorcha. Emanaba un aura agresiva. Era un superior acostumbrado a dar órdenes.
Con sus ojos afilados, miró a Camilo que estaba de pie frente a él.
Preguntó con voz vieja pero seria:
—¿Has ido a ver a Rosaura García hace un momento?
Fue al grano.
Camilo frunció ligeramente el ceño. Su suposición de antes se había confirmado. Efectivamente, Ramón había sabido que Rosaura era su prometida en Ciudad de Sur y se había enterado de lo que había pasado entre ellos.
En ese caso, Camilo no quería ocultar nada. Quería hablar con su abuelo con franqueza.
Camilo se puso de pie. Frente al agresivo anciano, no fue ni demasiado humilde ni demasiado arrogante. No mostró ninguna debilidad.
Respondió con voz profunda:
—Sí.
—Rosaura es mi prometida. No dejaré que se case con Lorenzo —dijo enfatizando cada sílaba para mostrar su determinación.
Nadie podría hacerle cambiar de opinión.
Ramón frunció el ceño profundamente. Inmediatamente, se volvió más agresivo.
Como le preocupaba que ocurriera algo así, le pidió a Camilo que se acercara a él a toda prisa. Inesperadamente, su nieto tenía una fuerte personalidad. Antes de que pudiera regañar a Camilo, éste ya le había comunicado su decisión.
¿No sabía Camilo que su relación con Rosaura causaría una gran sensación e impacto en la familia Talens?
Rosaura fue designada como futura esposa de Lorenzo nada más nacer, lo que fue reconocido por toda la familia Talens. Durante todos los años anteriores, Lorenzo no se casó, esperando a Rosaura.
Si Rosaura se casara con la familia Talens, sólo podría ser la esposa de Lorenzo. Ese era el hecho que la familia Talens estaba dispuesta a aceptar.
—Tu pasado con ella se ha convertido en el pasado. Ahora estás en la familia Talens. No puedes casarte con ella en absoluto. Abandona tu idea lo antes posible —le dijo Ramón de forma agresiva.
Camilo esperaba todo tipo de decisiones que tomara Ramón. Sin embargo, al ver que su abuelo se oponía tan decididamente, Camilo curvó los labios en un sonrisa.
—¿Y si no lo hago?
—¡Camilo González!
Ramón golpeó el bastón contra el suelo con fiereza. El sonido era profundo y potente, lleno de ira y advertencias.
Y le espetó:
—¡Debería conocer su identidad y su situación! Aunque eres mi única descendiente inmediata y la primera en la línea de sucesión, deberías saber lo mucho que la familia está en contra de tu madre desde que se ha escapado.
—Ahora has vuelto, pero no tienes ningún arraigo aquí. No había muchos partidarios en la familia, si quieres arrebatarle a tu sobrino su futura esposa, será difícil mantenerte firme en la familia Talens.
—No me importa —dijo Camilo sin dudar—, Quiero a Rosaura. Me casaré con ella.
—¿No te importa de verdad? ¿Sabes lo difícil que sería tu estatus en la familia Talens si así fuera?
Ramón frunció el ceño profundamente. Cada una de sus palabras era más dura que la anterior:
—Sólo habrá un heredero de la familia Talens. Tuvieras partidarios o no, seguirías siendo el sucesor. La forma de cambiar el heredero sería sólo la muerte. Si no puedes aguantar en la familia, serás el pez de los demás, ¡y serás masacrado e incluso perderás la vida!
—En tal caso, ¿sigues insistiendo en casarte con Rosaura?
Camilo apretó sus finos labios. Aunque se enfrentara a un final tan grave, no frunció el ceño en absoluto. Sólo la determinación que no podía ser cambiada estaba escrita en su apuesto rostro.
—¡Terco! ¡Eres tan terco como tu madre! Qué cabeza dura! —regañó Ramón con rabia, golpeando una y otra vez su bastón en el suelo.
Fuera del estudio, Camilo no se quedó en la casa. Se dirigió directamente al aeropuerto privado que Rosaura estaba a punto de abandonar.
En el jet privado, Rosaura miraba aturdida por la ventana. Sentía como si una pesada piedra le oprimiera el corazón y hasta le costaba respirar.
No hace mucho, acababa de tomar un avión para escapar de Ciudad de Sur y Camilo.
Ahora, ella estaba en un avión para escapar de Camilo de nuevo.
Esta vez, en cuanto volviera a la familia García, que se encontraba en un lugar tan escondido, no volvería a encontrarse con Camilo en su vida.
Al pensar en ello, se sintió más deprimida y complicada.
Las escenas de la familia Talens seguían pasando por su mente, como la temperatura cuando él la abrazaba y la suavidad que sentía cuando la besaba...
Los quería a todos.
Sin embargo, ese hombre era tan despiadado y sin corazón. Aunque se resistía a abandonarlo, no estaría dispuesta a dejarse enredar con él como una amante y ser utilizada por él.
Lo único que quería era un hombre que la amara de corazón.
—Joven maestro, varios coches se precipitan hacia nosotros. Han ocupado el carril de despegue.
Se apresuró a decir un joven a Félix.
El carril de despegue no pudo ser ocupado voluntariamente. Esos coches se dirigieron hacia el avión antes de despegar. Félix podría decir que vinieron a buscar problemas.
Su apuesto rostro se volvió frío, emanando una ira aterradora.
Se levantó y salió del avión.
Rosaura miró sorprendida por la ventanilla y descubrió que un Lamborghini negro se acercaba al avión. Nunca había visto ese coche, pero por alguna razón, el corazón se le subió a la garganta.
En su mente, el rostro apuesto de Camilo pasó por su mente.
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