30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 413

Debería aceptar obedientemente y asentir con la cabeza, pero se sintió bastante molesta de alguna manera.

Preguntó:

—Ya es muy tarde. ¿En qué estás ocupado?

No había visto a Camilo tan ocupado hace unos días.

—Solo negocios —respondió Camilo en voz baja, y su tono sonó bastante serio.

Camilo le decía antes que estaba ocupado con sus negocios, pero a los oídos de Rosaura ahora, le parecía que esas palabras eran bastante superficiales como si hubiera puesto una excusa al azar.

Inquietamente, Rosaura frunció el ceño, su intuición le decía que Camilo parecía ocultarle algo.

—Camilo, ¿me estás ocultando algo?

—No, no estoy...

—Odio que me mientas —interrumpió Rosaura sus palabras con un tono extremadamente serio.

Camilo guardó silencio. De repente, ambos se callaron al teléfono.

Rosaura pudo oír a varias personas caminando de un lado a otro. Caminaban a paso rápido, aparentemente muy ocupados.

Frunció el ceño, preguntándose qué demonios estaba haciendo Camilo.

Camilo dijo:

—Rosaura, por favor, no lo pienses demasiado. Iré a verte después de resolver los problemas. Eso es todo. Me tengo que ir. Buenas noches.

Tras terminar sus palabras, sin esperar a que Rosaura contestara, Camilo colgó directamente el teléfono.

Todos los sonidos se cortaron.

Rosaura se quedó mirando la pantalla de su teléfono.

Finalmente, Camilo seguía ocultándoselo. No le dijo lo que estaba haciendo, sino que cambió de tema y colgó el teléfono. Eso significaba que le estaba mintiendo al decirle que estaba ocupado con sus negocios.

No pudo evitar preguntarse en qué estaría ocupado.

¿Por qué no quería decírselo?

Rosaura se sintió inquieta y molesta.

Esa noche no pudo dormir en absoluto.

La segunda mañana, Rosaura salió de su habitación para desayunar, pero se encontró con que Félix no estaba allí.

Rosaura se sintió más molesta. Camilo no le decía en qué estaba ocupado, y ella tampoco sabía en qué estaba ocupado Félix. Le daba la impresión de que los hombres debían hacer cosas y ella, como niña, no debía saber nada.

Esa impotencia la molestaba mucho.

Durante el desayuno, Rosaura dejó de comer.

Miró a Augusto y le dijo seriamente:

—Papá, ¿puedo participar en el funcionamiento de nuestro negocio familiar en el futuro? Quiero hacer algo.

Augusto la miró sorprendido,

—¿Quieres ayudar en nuestro negocio familiar?

Rosaura asintió,

—Sí. No tengo nada que hacer ahora. Estoy bastante aburrida.

Augusto se rió satisfecho y dijo:

—Eso es bueno. Puedes...

—Rosaura, ¿no quieres ser diseñadora? ¿Por qué te interesas tan repentinamente por nuestro negocio familiar? —preguntó Eva de repente e interrumpió las palabras de Augusto.

Augusto se sobresaltó, mirando a Eva con confusión. Fue lo suficientemente inteligente y no continuó con el tema por el momento.

Rosaura notó sensiblemente la interacción entre sus padres. Sintió que Eva también parecía ocultarle algo.

Cuanto más pensaba, más inquieta se sentía Rosaura, y quería saber la respuesta.

Mirando a Eva, respondió:

—El diseño depende de mi estado de ánimo. Recientemente, no creo que pueda calmarme, así que no puedo seguir con el diseño. De todos modos, puedo aprovechar la oportunidad y estudiar administración de empresas durante este período.

Tras una pausa, Rosaura añadió deliberadamente:

—¿No está Félix tan ocupado últimamente que ni siquiera ha podido volver a casa? Después de aprenderlo, puedo compartir sus cargas.

Eva se fijó en ella con un sentimiento complicado.

Después de un largo rato, preguntó en tono serio:

Rosaura tenía un montón de preguntas en su mente, formando un gran lío que no le permitía averiguar nada.

Augusto lanzó una complicada mirada a Eva.

Luego le dijo a Rosaura con una sonrisa:

—Muy bien. Dejemos de hablar de esas cosas. Rosaura, come más.

Mientras hablaba, cogió varios trozos de carne y los puso en el plato de Rosaura.

Rosaura miró la carne y sabía que si seguía preguntando a sus padres, no se podría decir nada.

Si querían ocultarle la verdad a propósito, no podía hacer nada.

Probablemente los haya malinterpretado.

Rosaura no quería romper el corazón de su madre por una sospecha irracional.

Después del desayuno, Rosaura se marchó.

Augusto y Eva caminaron en otra dirección. Por el camino, el primero miró a su mujer con rostro serio,

—Cariño, sigues escondiéndolo de Rosaura. Me pregunto si es la forma adecuada. En el futuro, si lo supiera, probablemente se enfadaría contigo.

—Ella no lo sabrá —dijo Eva afirmativamente, con su bonito rostro lleno de la mirada decidida y estricta.

Dijo afirmativamente, enfatizando cada sílaba:

—No le daré ninguna oportunidad de volver a ver a Camilo. Muy pronto, Camilo se irá completamente de aquí.

Augusto lanzó un suspiro.

Parecía un poco deprimido,

—Me pregunto si es correcto que los separemos de esta manera.

—¿Cómo podría estar mal? Rosaura es todavía joven, por lo que ha sido engañada. Como sus padres, debemos protegerla para garantizarle un futuro y una felicidad de por vida. Aunque ahora me odie, lo entenderá cuando se case con un marido que la aprecie de verdad.

Con un corazón de madre cariñosa, Eva hacía esas cosas sin ningún remordimiento.

Augusto extendió la mano y puso el brazo sobre el hombro de su mujer. La acarició y le dijo:

—No te preocupes, Rosaura no te odiará.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: 30 Días de Prueba Amorosa