Era un bolígrafo normal, que se podía comprar en cualquier tienda de la calle.
Además, su forma había sido cambiada y estaba rota tan gravemente que Rosaura ni siquiera podía distinguir su aspecto original.
Sin embargo, pudo reconocer la cara sonriente tallada en ella.
Fue el regalo de cumpleaños que le hizo a Camilo.
En particular, pidió al propietario que tallara una cara sonriente según su petición.
No era un bolígrafo valioso, pero ella sabía que Camilo lo llevaba consigo casi siempre, al igual que su reloj y su anillo. Atesoraba el bolígrafo más que cualquier otra cosa.
Normalmente, no estaba dispuesto a usarlo en absoluto.
Sin embargo, la pluma apareció en la mano de Lorenzo y se rompió tan gravemente...
—Esto lo sacan mis hombres del mar —explicó Lorenzo por su amabilidad.
Rosaura sabía a qué zona del mar se refería.
Aunque el bolígrafo parecía ordinario, era de buena calidad. Se convirtió en esto bajo una gran fuerza de impacto o una explosión.
Camilo siempre lo mantenía junto a su piel.
Significa que Camilo debe estar bastante cerca de la bomba y ha recibido la mayor fuerza de impacto.
Su pluma se había vuelto así. Rosaura no podía imaginarse qué había en él...
Todo su cuerpo se debilitó. Rosaura cayó al suelo.
Su mente estaba desordenada y no paraba de zumbar. De repente, algo que había olvidado se aclaró en su mente.
Ella lo recordó.
Cuando cayeron al mar, Camilo le susurró al oído:
—Rosaura, no te dejaré morir.
Le prometió que no la dejaría morir.
Por eso, cuando cayeron al mar, le arrancó la bomba.
Bajo la fuerza del impacto al chocar con el agua, la empujó y alejó la bomba de ella rápidamente.
Por lo tanto, la fuerza del impacto de la explosión vino de la dirección donde Camilo se distanció de ella.
Ella no murió, pero Camilo murió por ella.
—No...
Al pensar en eso, Rosaura se derrumbó.
No pudo evitar gritar, viendo negro. Se agarró la cabeza y la sacudió desesperadamente.
—¡No puede ser! ¡Imposible! ¡No puedo creerlo!
—Me dijo que pasaría por lo bueno y por lo malo junto a mí. Me lo prometió.
—No me dejará y me dejará vivir sola. No lo hará. No lo hará! —gritaba continuamente y se consolaba.
Sin embargo, el muro del fondo de su corazón se derrumbaba como si estuviera dañado por la inundación.
Sus recuerdos y el bolígrafo roto demostraban que Camilo había volado en pedazos por la explosión. Ya no estaba vivo.
Ese pensamiento le producía demasiado dolor como para respirar.
Su corazón estaba como desgarrado en vivo, sangrando.
Sólo veía el negro, como si todo su mundo se hubiera oscurecido en la oscuridad, casi rompiéndose.
Sentado en la silla de ruedas, Lorenzo se reía con complicidad. Disfrutaba viendo lo dolorosa y miserable que era Rosaura.
Cuanto más miserable era ella, más feliz era él.
Cuanto más desesperada estaba ella, más esperanza tenía él.
Quería ver personalmente cómo se deshacía poco a poco y se convertía en un muerto viviente.
Se burló. Su voz ronca le hacía parecer un demonio.
—Rosaura García, Camilo murió por rescatarte. Fuiste tú quien lo mató.
Sus palabras se repitieron en la mente de Rosaura.
—Mi cara ha quedado completamente arruinada. Me han roto el puente de la nariz y los huesos de la cara. Es un milagro que siga vivo
—Camilo me rompió el brazo y me dejó discapacitado. Una de mis piernas también se rompió por completo. Para el resto de mi vida, tengo que estar en una silla de ruedas.
—Rosaura García, ya que me he puesto así y sigo viviendo, ¿no soy más dolorosa que estar muerta?
Rosaura le miró y no pudo evitar que le temblara todo el cuerpo.
No podía imaginárselo, y se preguntaba si aún tendría el valor de seguir viviendo si se hubiera convertido en algo así.
Su rostro quedó irreconocible y se convirtió en un discapacitado con los brazos y las piernas rotas. Sólo pudo vivir en una silla de ruedas toda su vida, y la quema de todo su cuerpo le acarrearía dolores y sufrimientos constantes durante toda su vida.
Vivir así sería mucho más difícil que morir.
Rosaura apartó la mirada, casi compadeciéndose de Lorenzo. Sin embargo, sus palabras la asustaron.
Ella lo miró y le preguntó:
—¿También quieres dejarme sentir esos dolores como tu venganza?
Los labios de Lorenzo se movieron un poco. Los curvó en un arco.
Tenía un aspecto más terrible.
Me dijo:
—Rosaura García, eres muy inteligente.
No replicó. Fue una respuesta positiva.
No quería matarla. Quería encarcelarla y torturarla para que su vida fuera peor que la muerte.
Rosaura sintió un escalofrío en todo su cuerpo. No podía imaginar qué tipo de torturas experimentaría en el futuro.
—Me he convertido en lo que soy ahora, no en un humano ni en un fantasma, y todavía me esfuerzo por seguir viviendo. Quiero que todos ustedes me paguen a mil por hora.
Mientras hablaba, Lorenzo tenía un aspecto bastante horrible. Cada una de sus palabras estaba llena de odio y locura.
—¡Quiero que te destruyan a ti y a toda la familia García! Por cierto, así como a la familia González en Ciudad del Sur y a todos los relevantes de Camilo a González. ¡No dejaré ir a ninguno de ustedes!
—¡Todos ustedes morirán! ¡Moriréis miserablemente!
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