Ella
-Te lo juro, Cora-, gimo, enterrando mi cabeza en mis manos. -Estoy metida hasta el cuello, es ridículo.
-¡Lo estás haciendo bien!- Cora insiste, a pesar de que no tiene idea de cómo van las cosas en realidad. -Quiero decir, hace un mes ni siquiera sabías que este mundo existía.
-¿Cómo lograste mantenerlo en secreto por tanto tiempo?- pregunto.
-No tuve elección-, Cora admite, -ni siquiera lo creí al principio. Me llevó mucho más tiempo aceptarlo que a ti, créeme. Quiero decir, podía verlo a través de mi microscopio, podía ver la evidencia molecular, pero...- Se queda callada, sacudiendo la cabeza sobre lo profundo que había sido su negación. -Simplemente no podía entenderlo. Siempre pensé que la magia era una tontería, de hecho, sacudió mi creencia en la ciencia por un momento.
Aprecio su consuelo más de lo que puedo expresar. Me he sentido tan sola en todo esto, es maravilloso saber que no soy la única que ha luchado de esta manera. -Creo que ayuda que me haya sumergido por completo en esto-, razono. -No tienes idea de lo mucho mejor que me siento estando contigo, lejos de todo eso. Quiero decir, honestamente, se siente como si hubiera estado viviendo bajo el agua o algo así. Como si estuviera aprendiendo a sobrevivir sin aire porque no hay otra opción, y ni siquiera me doy cuenta de lo extraño que es hasta que vuelvo a la superficie y recuerdo qué es respirar-. Explico. -Sin mencionar a Sinclair. Me está confundiendo tanto. Es como si fuera una adolescente de nuevo y él fuera mi primer enamoramiento.
-Quizás sea solo el bebé-, sugiere Cora, -quiere estar cerca de él.
-Supongo-, concedo, -pero aún así no entiendo cómo es posible todo esto. Quiero decir, los cambiaformas son una cosa, pero ¿cómo puedo estar embarazada de uno?.
-No lo sé-, suspira Cora, -quiero decir, su sociedad siempre ha estado oculta para su propia protección. Algunos humanos como yo tienen permitido saber, y supongo que algunos se han enamorado en algún momento u otro, pero nunca he oído hablar de nadie que cruce la línea. No debería ser posible-. Niega con la cabeza. -Tu bebé realmente es un milagro, Ella.
-Lo sé-, sonrío. -Tengo que concentrarme en eso. Tengo que concentrarme en el bebé, en lugar de en él.
-¿Es realmente tan malo?- Cora insiste.
-Sí, siento que me estoy volviendo loca, y no puedo entender si él siente lo mismo, o si todo está en mi cabeza. Y luego está todo este asunto con su antigua pareja. Todo es un lío.
-¿Confías en él?- Cora pregunta suavemente, apretando mi mano sobre la mesa.
Siento como si hubiera una roca en el fondo de mi estómago al considerar esta pregunta. -Cometí el error de confiar en un hombre, después de todo lo que nos pasó cuando éramos niños, realmente caí en las mentiras de Mike. Sabía mejor y bajé la guardia. Nunca me perdonaré por ponerme en esa situación, y no es un error que planeo cometer de nuevo.
Cora me mira con tanta lástima que retiro mi mano. -Por favor, no me mires así.
-Mike no fue tu culpa, Ella-. Declara firmemente. -Mike fue culpa de Mike.
-Se necesitan dos para llevar a cabo un engaño-. Le recuerdo, -no puede tener éxito sin una víctima fácil, y eso es obviamente lo que fui yo. Soy al menos en parte responsable por no ver a través de su mierda. Había señales de alerta y simplemente enterré la cabeza en la arena en lugar de enfrentarlas.
Ella niega con la cabeza decididamente, -Sabes, cuanto más mayores nos hacemos, más me doy cuenta de cuánto me protegiste cuando éramos niños. Te dejaste lastimar para que yo y los otros pequeños no lo fuéramos, y ahora cargas con el peso de ese trauma mientras nosotros salimos impunes. No es justo. Y odio verte culparte de esta manera cuando nada de esto ha sido tu culpa.
Miro intensamente a mi hermana sustituta, sintiendo una oleada de calidez hacia ella. -Sabes que no cambiaría eso por nada en el mundo, Cora. Preferiría sufrir yo misma que permitir que te hagan daño, que no lograr protegerte.
-Por eso serás una madre maravillosa-. Sonríe tiernamente.
-Solo espero que este bebé esté a salvo-. Relato. -La campaña termina justo antes de que nazca, y una vez que Sinclair sea rey podré relajarme. Pero tengo miedo de que él pierda. Si el Príncipe gana, realmente creo que podría ir tras mi bebé... tal vez a él y a Sinclair.
-No puedo imaginar a nadie lo suficientemente fuerte como para ponerle una mano encima a Sinclair-. Cora observa con duda.
-Por sí solo, tal vez no-. Estoy de acuerdo, -pero ¿con un ejército detrás de él?.
-Entonces tendrás que asegurarte de que él gane-. Cora anima. -La palabra en la oficina es que ya has causado una impresión increíble.
-Sí, tanta que apenas puedo ir a cualquier lugar sin que los equipos de cámaras me sigan a todas partes-. Me quejo.
-Bueno, definitivamente suena como si necesitaras una noche libre-. Cora declara traviesamente. -¡Deberíamos salir! Solo nosotras dos, antes de que toda tu vida sea consumida por las fiestas.
-Me encantaría-, suspiro, -pero si queremos salir sin todo un séquito, tendremos que ser sigilosas al respecto.
Ella arquea las cejas. -¿Sinclair está siendo tan sobreprotector?
-Sí, y me está volviendo loca. Quiero decir, alrededor de once personas diferentes me han explicado sobre los lobos machos con una pareja de cría. Supongo que el cachorro es suficiente y entiendo que el príncipe quiera sacarlo de la competencia, pero ¡no ha pasado nada para que se preocupe!- Exclamo.
-Son siete días seguidos en el ojo público, bajo una intensa escrutinio cuando no sé nada sobre el Solsticio, más allá de lo que Aileen me contó.- Comparto.
-Ella, mírame.- Anima, esperando a que obedezca antes de continuar. -Te prometo que te ayudaré a superarlo.
-Lo dijiste sobre la cena de la campaña.- Le recuerdo.
-Lo sé, pero no te decepcionaré de nuevo, estaré contigo todo el tiempo.
-De acuerdo, pero si no lo haces...- Empiezo a objetar.
-Si no lo hago, me arrastraré a tus pies y te concederé todo lo que tu pequeño corazón desee.- Sinclair jura, interrumpiéndome.
-¿Todo?- Repito, intrigada.
-Sí, pero ni se te ocurra escaparte para que te deba algo.- Prohíbe, ofreciéndome una sonrisa lobuna.
-¡Ahora eso es una idea!- Comento traviesamente.
Sinclair echa la cabeza hacia atrás y se ríe. -Diosa buena, ¿tendré que atarte a mi muñeca?
Encogí los hombros, pestañeando juguetonamente. -Puedo abrir una cerradura.
Ríe de nuevo y me llena de calidez. Sacudiendo la cabeza, me da un rápido beso en la frente antes de levantarse. -No hagas planes. Concéntrate en relajarte. Llegaré muy tarde esta noche, así que no me esperes despierta.- Me informa, guardando la máquina. -Nos vemos por la mañana.
Espero hasta que se aleja en el coche antes de llamar a Cora. Habíamos acordado salir la próxima vez que Sinclair se quedara fuera hasta tarde, y no voy a perder esta oportunidad. Ella contesta el teléfono rápidamente y sonrío ampliamente mientras le doy la buena noticia, -Cora, estamos en marcha.
__________________
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Alfa Dom y Su Sustituta Humana