Ella
-¿Clases de crianza?, ¿ya?- pregunto sorprendida.
-Apenas estoy embarazada de unas pocas semanas.
-Sí, pero solo tenemos cinco meses para prepararnos, y no sabes nada sobre los niños cambiaformas-, responde Sinclair con facilidad.
Estoy sentada en la cama con una bandeja de desayuno en mi regazo, mientras Sinclair está sentado en un sillón junto a la cama, observándome como un halcón.
Es la mañana después del ataque y no me han permitido moverme para nada, ni un músculo, ni siquiera para vomitar por mi cuenta, traté de liberar mi cuerpo de los fuertes brazos de Sinclair cuando nos despertamos para poder correr rápidamente al baño, pero él terminó llevándome en brazos, sosteniendo mi cabello y frotando mi espalda hasta que terminé, de hecho, ha sido tan atento que se tomó el día libre en el trabajo para quedarse conmigo, y ahora está hablando de ir a nuestros primeros cursos de parto y crianza.
-¿Los niños cambiaformas son realmente tan diferentes de los humanos?- pregunto, sintiendo una oleada de ansiedad.
-Bueno, se desarrollan mucho más rápido, así que esperaría señales de desarrollo únicos tanto durante el embarazo como en la infancia, y ciertamente hay diferencias en habilidades y personalidad, ya que todos sus sentidos están agudizados desde el primer día, y tendrán que aprender sobre nuestras costumbres y sociedad, lo que significa que tú también lo harás-, reflexiono Sinclair.
Ella fruncio el ceño, de repente, siento que estoy completamente fuera de mi capacidad de entendimiento, mi hijo será un pequeño milagro sobrehumano que me superará en todo, ¿podré seguirle el ritmo?.
Antes de darme cuenta de lo que él pretende, Sinclair ha extendido la mano y ha alisado mi ceño fruncido con la almohadilla de su pulgar, asomo una sonrisa amable en su rostro.
-No te preocupes, dulce Ella, por eso quiero que vayamos a clases, ¿recuerda que somos un equipo?, siempre estaré aquí para enseñarle a nuestro cachorro el lado cambiante de las cosas, tú solo tienes que preocuparte de amarlo.
No puedo evitar sonreír ante las tiernas palabras de Sinclair, y me toma un momento comprender su última palabra.
-Dijiste él-, hiciste lo mismo la noche en que tuve sangrado, lo había olvidado hasta ahora-, le dijo, mirándolo con curiosidad.
-¿Es solo un pensamiento esperanzador porque necesitas un heredero o realmente sabes algo que yo no sé?
Sinclair sonríe con presunción, rozando sus nudillos sobre mis mejillas. -Supongo que hay algunas cosas que sé y tú no.
Volviendo a sonreir dice:
-Pero sí, es un niño, lo supe en el momento en que sentí el vínculo mental.
-¿De verdad?- exclamo.
Mis manos se dirigen naturalmente hacia mi vientre plano, a veces todavía se siente terriblemente imposible que haya una vida creciendo dentro de mí, y ahora, pensar que tengo un hijo, es casi demasiado para asimilar, siento brotar lágrimas en mis ojos, y Sinclair sonríe, apartándolas con la almohadilla de su pulgar.
-Es verdad-, confirma.
-Vamos a tener un niñito.
Antes de que pueda detenerme, aparto la bandeja del desayuno y me lanzo hacia Sinclair, envolviendo mis brazos alrededor de sus hombros y abrazándolo fuertemente, él me atrapa con una risa, apretándome con fuerza y enterrando su rostro en mi cuello, inhalando profundamente mi aroma, sus cálidos labios rozan mi piel.
-¿Me estás oliendo?- pregunto, con diversión evidente en mi voz.
-¿Y qué?- si lo hago, se ríe,
-Tú me hueles todo el tiempo.
-Sí, pero eso es por el bebé-, le recuerdo, repitiendo la misma explicación que me ha dado cien veces.
-Bueno, me gusta cómo hueles-, se encoge de hombros Sinclair, frotando mi cabello.
Espero a que me diga que esto también es por el cachorro, pero no lo hace, por el contrario, emite un suave ronroneo.
-Al bebé le gusta cuando estamos cerca de esta manera.
Al decirlo me doy cuenta de que nuestros cuerpos están tan estrechamente unidos que él sin duda puede conectarse con la conciencia del niño y dice:
-Él puede sentirnos a ambos y percibir nuestra felicidad.
-Desearía tener un vínculo con él como tú lo tienes-, admito, apartándome por fin.
-No te preocupes-, murmura Sinclair.
-siempre estaré aquí para decirte lo que él piensa y siente.
Sus manos se deslizan por mi cuerpo, de pronto siento una ráfaga de aire frío al alejarse él de mi, quiero envolverme de nuevo alrededor de él, solo para recuperar ese delicioso calor, pero Sinclair ya está de pie.
-Ahora, muévete, cariño, la clase comienza en una hora.
Después de un rato estando en la clase Ella le dijo:
-¡Oye, eres bueno en esto!- exclamo, mirando la acción de Sinclair, ya que nuestra primera tarea en la clase de crianza es cambiar correctamente el pañal de un bebé (usando un muñeco como sustituto, por supuesto).
-Eso no parece justo, tú tienes velocidad sobrenatural-, susurro, cuidando de no ser escuchada, todos aquí piensan que soy una loba, estoy haciendo todo lo posible para no revelar mi secreto.
Lo miro boquiabierta y, antes de darme cuenta de lo que está sucediendo, un pequeño gruñido vibra en mi pecho, sinceramente no tengo idea de dónde vino el impulso, es como aquella noche en la cena de campaña, antes de conocer a Sinclair, nunca había gruñido en mi vida; me doy cuenta de que esto probablemente es una tontería, los cambiaformas no gruñen a sus Alphas a menos que quieran una paliza, aun así, Sinclair solo sonrie, me acerca y baja la cabeza a mi oído.
-Tienes suerte de que haya sido el gruñido más lindo que he escuchado en mi vida-, le dice bromeando.
-¿Y qué habrías hecho si no lo fuera?-, lo desafío.
-Sigue así y lo descubrirás-, le dice en forma amenazante.
Me encogí de hombros.
-Te lo merecías, me dejaste en ridículo y lo sabes-. Intento mantener un tono serio, pero por dentro estoy muy excitada, me encanta ver el lado juguetón de Sinclair, y parece que cuanto más tiempo pasamos juntos, más sale a la luz, es bueno saber que no es fuerte, duro y aterrador el 100% del tiempo; es un protector fuerte, eso es maravilloso, pero quiero que mi bebé tenga un padre que también juegue y se divierta.
La instructora, habiéndose dado por vencida con nosotros, pasa a la siguiente pareja, aun así, nuestra diversión solo dura un rato, pues después de los pañales y la RCP, pasamos a la parte del parto del curso, que es lo último en lo que quiero pensar, como la mayoría de las madres embarazadas, estoy emocionada por el milagro y ansiosa por conocer a mi bebé, pero temo absolutamente el dolor del parto, sé que valdrá la pena al final, pero preferiría no pensar demasiado en ello.
La instructora parece no tener tal compasión, creyendo claramente que la mejor preparación es conocer todos los detalles sangrientos de antemano, Sinclair y yo estamos sentados en una esterilla de yoga y mi cuerpo está apoyado entre sus piernas, mi espalda descansando en su pecho, al principio, yo sostenía mi propio peso, pero con un poco de aliento gradualmente me recosté contra Sinclair, dejando que él me sostuviera por completo.
La instructora está al frente de la sala, de pie frente a un gráfico que muestra a un bebé en el útero.
-El bebé promedio de hombre lobo pesa de 9 a 12 libras y mide de 21 a 22 pulgadas.
Dejo de escuchar en este punto, tratando de asimilar esta información.
-¿Dijo 9 a 12 libras?- susurro.
Sinclair acaricia mi vientre.
-Los cambiaformas son más grandes que los humanos, ¿recuerdas?
Meneo la cabeza.
-No, no puedo hacer esto-, susurro frenéticamente.
-¡No puedo tener un bebé de 12 libras! ¡dar a luz a un bebé pequeño ya es lo suficientemente aterrador, ahora me estás diciendo que será del tamaño de un pavo relleno! no, no va a pasar.
Estoy en camino hacia un verdadero pánico, y mi voz se está volviendo más alta por minutos, otras parejas se están volteando para mirarnos, y si no me controlo rápidamente, no solo podré tener una crisis muy pública, sino también exponerme como humana.
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