Alfa Dom y Su Sustituta Humana romance Capítulo 48

Ella

-Entra.

La voz de Sinclair suena aún más profunda de lo habitual, y me pregunto si me lo estoy imaginando, esperé tanto como pude antes de ir a su habitación después de encontrar algo de alivio para toda la tensión sexual acumulada que ha despertado en mí, aun así, no me siento satisfecha, mi sexo sigue hinchado y palpitante de necesidad, y estoy aterrorizada de que de alguna manera él pueda darse cuenta de lo cargada de erotismo que estoy.

El problema más grande, sin embargo, es que estoy exhausta, desespero por descansar un poco, especialmente después de perder mi siesta habitual en medio de los preparativos para el festival; a medida que el embarazo avanza, no puedo evitar pensar en lo irónico que es que cuanto más cerca estoy de traer un bebé al mundo, más infantil parezco, me he vuelto excesivamente sensible, constantemente agotada, exigente con la comida, enferma la mitad del tiempo y luchando con el control de la vejiga, ¡la semana pasada lloré porque me comí todos mis aperitivos y no me quedó ninguno! y ahora esto, no puedo dormir sola.

Estoy de mal humor porque Sinclair no me arropó y no pude conciliar el sueño sin él a mi lado, así que he abandonado mi orgullo y ahora voy a él para suplicarle que me deje meterme en su enorme y cómoda cama con él.

Asomo la cabeza y contengo un gemido, la lámpara de su mesita de noche está encendida y él está apoyado en los codos, mirándome expectante con la misma intensidad oscura que siempre reserva para mí, está sin camisa, sus abdominales esculpidos brillan a la luz de la lámpara, y su cabello oscuro está despeinado sin esfuerzo; hay una sombra de barba en su poderosa mandíbula, y sus ojos verdes casi brillan en la tenue luz, no es justo que alguien se vea tan bien, especialmente cuando ya estoy apretando las piernas solo para aliviar el dolor que él plantó con su beso.

-¿Sigues despierto?- pregunto estúpidamente, olvidando que está claramente despierto y mirándome directamente.

-Sí-, la comisura de la boca de Sinclair se curva hacia arriba, y recuerdo lo suaves y firmes que habían sido sus labios en los míos, -¿está todo bien?

Entro completamente, apoyándome contra la puerta hasta que se cierra con un clic y mirando al suelo.

-No puedo dormir-, le confieso, envolviendo mis brazos protectoramente alrededor de mi cuerpo.

Sinclair se endereza un poco más, frunciendo el ceño con aparente preocupación,

-Puedo darte un suplemento-, le ofrezco, -el médico dejó algunos remedios herbales por si los necesitabas.

Mi corazón se acongoja, -no, no quiero tomar algo que me deje atontada todo el día de mañana-, razono, impresionada en realidad por mi capacidad de improvisar una excusa tan rápidamente.

-Me aseguró que no tendrían ese efecto-, Sinclair afirma simplemente, levantándose del colchón y acercándose, moviéndose con la gracia letal de su lobo.

-Aun así, nunca he probado algo así, podría tener una mala reacción-, le sugiero débilmente.

-Hmm, bueno, no quedríamos eso-, le murmura Sinclair, cerrando la distancia final entre nosotros, -¿Por qué no puedes dormir?, ¿estás estresada?, pareces un poco sonrojada.

Ahora está acariciando mi mejilla, y por primera vez tengo la sensación de que él podría estar al tanto de mi excitación, naturalmente, esto solo hace que me sonroje aún más.

-Y tu pulso está muy acelerado.

-No, simplemente no podía conciliar el sueño-, me encogí de hombros, sintiéndome cada vez más frustrada.

¿Por qué no me recoge y me lleva a la cama como siempre hace?; tal vez porque le dijiste que querías dormir sola y que no estabas interesada en su afecto.

La vocecita en mi cabeza critica, sonando aún más amarga de lo que me siento. ¿No querías que respetara tus deseos, verdad?

Oh, collate, respondo en mi mente, juro que mi conciencia se ha vuelto más y más verbal desde que quedé embarazada, y realmente no es de mucha ayuda en momentos como este.

-El cachorro está durmiendo, Ella.

-Oh-, parece que no puedo encontrar nada más que decir, y me deslizo debajo de las suaves cobijas, dándole la espalda al intimidante Alfa, espero a que me abrace cuando se coloca a mi lado, pero por una vez me permite mantener distancia entre nosotros, mi frustración se disuelve rápidamente en irritación, ¡sé que está haciendo esto a propósito!

Rodando hacia el otro lado, encuentro a Sinclair observándome con una de esas miradas sabias suyas, está expectante, esperando mi próximo movimiento, le miro con desprecio y él me sonríe, extendiendo un brazo hacia mí, el mensaje es claro, puedo tener lo que quiero, pero voy a tener que tomarlo por mí misma.

Refunfuñando entre dientes, me acerco hasta que nuestros cuerpos se juntan, y finalmente Sinclair envuelve sus fuertes brazos alrededor de mí por complete, suspiro aliviada y un gruñido que me eriza la piel suena en mi oído. -¿Quieres que ronronee para ti?

-Si quieres-, le respondo, sin comprometerme, al principio creo que me va a hacer pedir esto también, pero parece que he pagado mi penitencia, una vibración constante comienza en su pecho y entierro mi rostro contra su hombro, inhalando su adictivo aroma, lo siguiente que sé, la oscuridad se cierra y me quedo profundamente dormida.

La siguiente noche es el segundo día del Festival del Solsticio, Sinclair y yo no hemos hablado de ninguno de los eventos de ayer, y mentiría si dijera que no soy dolorosamente consciente del hombre cada vez que está cerca, siento como si tuviera algún tipo de sexto sentido para saber cuándo está cerca, y todos los pensamientos desaparecen de mi cabeza cada vez que me da una de esas miradas hambrientas.

Ambos estamos vestidos de nuevo y nos preparamos para salir de la casa, y aunque sé que parte del evento de esta noche implica repartir regalos por la ciudad, nunca imaginé que Sinclair aparecería con otro regalo para mí cuando no le he dado nada a cambio, aún así, antes de salir, me detiene y me ofrece otra caja de joyas.

-No me digas que aún no he terminado-, bromeo, señalando mi collar.

-Ya llevo puesto tu último regalo.

-Lo sé-, sonríe, -esto es solo algo extra, pensé que era hora de que lo hiciéramos oficial.

Siguiendo su indicación, levanto la tapa de la caja, esperando encontrar otro par de pendientes, sin embargo, no son pendientes en absolute, es un anillo, uno que me roba el aliento, hay una impresionante banda de plata, con una reluciente piedra lunar en el centro, rodeada de pequeñas esmeraldas, no hay duda, es un anillo de compromiso.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Alfa Dom y Su Sustituta Humana