Alfa Dom y Su Sustituta Humana romance Capítulo 51

Ella.

Al principio, mi mente se queda en blanco, Sinclair está demasiado cerca de la verdad, de descubrir que no soy tan inmune a él como ambos quisiéramos creer, la voz en mi cabeza entra en pánico, pero trato de mantener la calma, Rogando por tranquilidad, respiro profundamente y, al exhalar, recuerdo la capacidad de hablar.

-Porque se supone que estamos juntos en esto, y tú me engañaste-, murmuro, diciendo la verdad, pero no toda la verdad; no puedo admitirle que me siento completamente rechazada por su artimaña, que me siento indeseada a un nivel visceral y eso me está destrozando por razones que aún no entiendo.

-Me engañaste como si fuera una de esas reporteras, o el Príncipe.

La cara de Sinclair se retuerce en una mueca y lo siguiente que sé es que está extendiendo la mano hacia mí.

-Por favor, ven aquí, Ella.

-No-, insisto tercamente, preparándome para alejarme si intenta acercarse a mí.

-Lo siento-, expresa, luciendo realmente arrepentido.

-No pretendía hacer eso, me importas, no quiero lastimarte de esa manera.

-Bueno, pero lo hiciste-, respondo petulantemente, no sé de dónde sale esto, con cualquier otra persona, habría aceptado la disculpa y seguido adelante, ya sea que me sintiera mejor o no, siempre he elegido la paz por encima de mis propios sentimientos, pero me resulta muy difícil fingir con Sinclair.

Creo que él sabría que en realidad no me siento mejor, entonces ¿por qué debería fingirlo?

-Lo sé-, asiente sombríamente, -prometo encontrar una manera de compensártelo.

-No necesito algún tipo de reparación-, insisto, -Solo hazlo mejor, Dominic.

-Así lo haré-, jura Sinclair seriamente, -tienes mi palabra.

Respiro aliviada, pero Sinclair me está observando detenidamente, puedo decir que quiere reconciliarse de alguna manera, pero como sospechaba, siente que mi malestar no está completamente resuelto y pregunta:

-¿Qué más?- me insta.

-Nada importante-, encogíendome de hombros, sin sentirme lo suficientemente valiente como para hacer las preguntas que más me intrigan.

-Ella-, dice mi nombre como una advertencia, regañándome por no ser honesta con nada más que esas dos sílabas familiares.

-Vamos, dime qué tienes en mente.

Muerdo mi labio inferior, odiando que pueda leerme tan fácilmente, pero también aliviada de que tal vez obtenga mis respuestas.

-Está bien, ¿de qué se trataba todo eso de la disciplina?, esas cosas que el Príncipe dijo sobre mi insolencia, no son solo cosas de Alfa, quiero decir, una cosa es ser insubordinada con un líder, pero la forma en que ustedes dos hablaban, parecía que todos los hombres esperan estar a cargo de sus parejas.

Los labios de Sinclair se curvan en los extremos y la energía en la limusina cambia abruptamente, el aire a nuestro alrededor se tensa, sintiéndose de repente tenso y eléctrico a pesar de que nada ha cambiado realmente. Ninguno de los dos hemos movido un músculo, Aún así, sé que Sinclair también lo siente, es demasiado obvio en su respuesta.

-Qué astuta eres, pequeña humana.

-¿Quieres decir que es cierto?- exclamo. -¿porque de la dominancia? ¡pero eso es tan retrógrado!, acabas de decir que la fuerza y todo eso no tienen un valor real.

Sinclair emite un gruñido bajo.

-Dije que se reduce a las dinámicas de poder, y que la dominancia no es una virtud, pero sí es una realidad en las relaciones.

-Entonces, ¿qué, porque los hombres son físicamente más fuertes pueden mandar a sus parejas?- exijo indignada.

Sinclair se ríe, mostrando sus colmillos y claramente disfrutando de mi indignación.

-Debes recordar que los cambiaformas son seres muy primitivos, cualquier instinto que los humanos alguna vez tuvieron ha sido socializado en ustedes. Has estado completamente desconectada de tu animal interior, pero ¿para nosotros?, nuestro animal interior lo controla todo, nuestros instintos lo impulsa todo.

-¿Y los demás tienen que someterse?- adivino, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda, -¿incluso sus amantes?

-Especialmente sus amantes-, Sinclair sonríe.

-Para las lobas, el mejor compañero posible es aquel que pueda protegerlas y proveer para ellas, sus instintos las impulsan a poner a prueba a posibles parejas para descubrir quién es el más fuerte, necesitan sentir la dominancia de su pareja para saber que están seguras, para satisfacer su propio animal interior, solo entonces se someterán-, Sinclair comparte.

-Por eso creo que serías una buena loba, creo que tienes algunos de esos mismos instintos, puede que no te des cuenta, pero a menudo pones a prueba tus límites conmigo, de la misma manera en que las lobas prueban a sus parejas para asegurarse de tener el compañero más fuerte.

-Así que toda esa charla sobre disciplina, ¿era en serio?, ¿Literal?- balbuceo nerviosamente.

Sinclair se levanta ahora, cruzando la limusina para sentarse a mi lado, invadiendo mi espacio con su gran cuerpo.

-Sí-, ronronea profundamente, -lo era, ¿eso te asusta?.

No sé por qué, pero por alguna razón, su manera amenazante, me hace pensar que quiere que diga que sí, que quiere que tenga miedo.

Oh Diosa, ¿qué hago ahora?

Sinclair

-Bueno, en mi opinión, estas cosas no son aventureras, son normales y naturales-, explico, con la voz baja y ronca -y más divertidas de lo que puedes imaginar.

-Pero es disciplina-, argumenta Ella, -¿eso solo es divertido para ti?

-No si lo haces bien-, comento con calma.

-Y es gratificante para ambos, las lobas necesitan someterse tanto como los cambiaformas machos necesitan dominar, está en nuestro ADN.

-Eso suena completamente sexista, ¿diría lo mismo una loba?-, pregunta Ella con altivez.

-Pregúntale a Aileen si quieres-, encogí de hombros.

-Bueno, no es como si estas cosas realmente importaran para nosotros-, razona, enderezándose un poco.

-Después de todo, no soy una loba y en realidad no somos parejas-, ¿estoy imaginando un toque de decepción en su voz?, ¿pero por qué parte?, ¿por el hecho de que es humana?, ¿que no somos parejas?, ¿o está triste porque no experimentará estas cosas ella misma?, ya sé que nunca tuvo a nadie que cuidara de ella, nunca tuvo disciplina o consecuencias en su vida, solo conoció el abandono de niña. ¿Quiere alguien que le brinde el cuidado que le negaron ahora?

-Es cierto-, estoy de acuerdo, -pero ahora que conoces las consecuencias, no me sorprendería si las recibes la próxima vez que te portes mal.

-Pero no somos amantes-, objeta Ella, sus pupilas dilatándose y su respiración entrecortada.

-No, pero eres la madre de mi cría, eso te convierte en mi responsabilidad, no estoy diciendo que sea sexual, sé que no quieres eso, pero si tu comportamiento necesita corrección, créeme que lo corregiré-, declaro, sabiendo que estoy jugando con fuego aquí.

Este tipo de actitud puede ser irresistible para las lobas, pero Ella podría tomarlo como una amenaza.

Sus ojos están abiertos como platos de nuevo, pero no parece asustada, más bien parece vigorizada.

-Todas esas veces que me advertiste que no te pusiera a prueba, que estabas siendo indulgente porque no conozco tus costumbres-, se da cuenta en voz alta.

-Así es-, confirm, la observo atentamente mientras mis palabras calan y, como era de esperar, se desinfla un poco.

-Ahora lo sabes, así que si vuelves a escaparte o pones tu piecito sobre mí, no dudaré en ponerte sobre mis rodillas como la niña traviesa que eres.

Ella jadea ante mis palabras directas, mirando mis labios como si quisiera besarme.

Al principio creo que lo estoy imaginando, pero luego ella se acerca, va a besarme.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Alfa Dom y Su Sustituta Humana