Alfa Dom y Su Sustituta Humana romance Capítulo 56

Sinclair

Miro fijamente a mi padre, sin comprender sus palabras, -¿qué quieres decir con que se fue?

-Bueno, te fuiste y tu hermano vino y empezó a susurrarle al oído sobre Lydia y a discutir conmigo-, explica papá señalando, -no me sorprendió cuando Ella se fue, la pobre claramente no le gusta el conflict, pensé que tal vez solo había vuelto al baño, pero no ha vuelto y no he visto ni rastro de ella desde entonces.

-Maldición-, juro, pasando una mano por mi cabello y mirando a mi alrededor, No veo a los guardias que le asigné especialmente a ella, y solo puedo esperar que estén con ella, no buscándola también.

-¿En qué estabas pensando al irte así?- regaña mi padre.

-Tenía que asegurarme de que Lydia no fuera una amenaza para ella ni para el cachorro-, digo entre dientes, preguntándome cuánto daño ha causado mi impulsividad.

Entre dejar a Ella sola, discutir públicamente con Lydia y ahora prepararme para irme antes de que la fiesta realmente comience, es completamente posible que haya perjudicado mi campaña, sin mencionar a la madre de mi cachorro.

-Entiendo eso, pero debes saber cómo se veía eso para Ella-, suspira mi padre. -Y Roger no ayudó.

-¿Qué le dijo?- exijo, más brusco de lo que pretendía.

-Lo que esperarías-, le dice haciendo una mueca, -que Lydia volvió para intentar reparar puentes y que tú dejarías a Ella en un instante para volver con tu pareja destinada.

Un gruñido bajo atraviesa mi pecho y tengo medio pensamiento de ir a buscar a mi traicionero hermano y hacerlo comer sus palabras, sin embargo, mi lobo no lo permitirá, exige que atendamos a Ella primero, su bienestar es más importante que castigar a Roger.

Me disculpo con el Rey y la Reina, usando la enfermedad de Ella como excusa. Nadie podría culparme por cuidar de mi pareja reproductora en lugar de avanzar en mi campaña, y papá y yo regresamos al automóvil sin mucha objeción.

El conductor confirma que llevó a Ella a casa hace un rato, pero no me relajaré hasta que pueda hablar con ella.

Cuando llego a casa, mis habitaciones están vacías, y sé que es una mala señal si Ella está durmiendo en su propia cama, esto solo lo hace si está disgustada conmigo o, que la Diosa no lo permita, necesita privacidad para aliviar nuestra tensión sexual, aún así, después de la noche que hemos tenido, dudo que haya mucho peligro de lo último, así que me dirijo a sus habitaciones sin vacilación.

Entro sin llamar, encontrando a Ella acurrucada bajo sus cobijas pero completamente despierta, se sienta cuando entro, sus ojos dorados bien abiertos, -¿ya estás en casa?

-¿No creíste que me quedaría después de que te fueras, verdad?- pregunto, acercándome a sentarme al borde de su colchón.

-No sé-, encoge los hombros, -no estaba segura de que te dieras cuenta de que me había ido.

Se lamenta casi tan pronto como las palabras salen de su boca, -lo siento, no quise decir eso, sueno como una niña mimada.

-No te disculpes-, la reprendo, -no por compartir tus sentimientos.

-Pero son tan insignificantes-, susurra, enrojeciendo intensamente.

-Se te permite ser insignificante de vez en cuando-, bromeo, apartando el cabello de su rostro, -es lo menos que puedo ofrecerte cuando me estás dando un bebé, lo que no se te permite es irte sin decirle a nadie a dónde vas-, continúo seriamente.

Ella me mira de reojo desde debajo de sus pestañas, es sorprendente lo diferente que pueden parecer ella y Lydia incluso cuando tienen la misma expresión.

Lydia adoptó esta mirada para intentar manipularme, pero la timidez de Ella es completamente genuine.

-Me preguntaste si quería irme, pero luego desapareciste antes de que pudiera responder.

-Uh-huh-, murmuro, deslizando mi mano alrededor de su nuca, cierro mi mano alrededor de la parte posterior de su cuello, masajeando sus músculos tensos con mi pulgar-, ¿de verdad crees que te dejaré salirte con la tuya?

-¡Me llevé a los guardias conmigo!- protesta Ella, claramente sabiendo que estaba equivocada, pero intentando tener suerte, -¡no rompí ninguna regla!

-Pero no le dijiste a nadie a dónde ibas-, respondo, -mi padre estaba realmente preocupado por ti, y yo también.

-Oh-, frunce el ceño, luciendo realmente culpable, -lo siento, eso no era lo que quería.

-¿Qué querías?- presiono, animándola a apoyarse en mí.

-No ha obtenido lo que quería de la vida y puede que esté equivocado al culpar a los demás por sus desgracias, pero sé lo que es que te nieguen de esa manera-, continúa, claramente sintiendo la necesidad de explicarse.

De inmediato entiendo lo que Ella quiere decir, en esta situación, ve algo de sí misma en Roger, aunque no logra comprender las diferencias fundamentales entre ellos, Roger ha dejado que sus desgracias lo retuerzan y corrompan en un lobo sin integridad, ni moral, mientras que Ella ha mantenido su corazón puro sin importar los desafíos que enfrentó, y garantizo que fueron considerablemente mayores que los de mi hermano.

-Lo hiciste una vez, pero ya no-, corrijo ferozmente, tomando su mentón y obligándola a sostener mi Mirada, -de aquí en adelante, obtendrás lo que quieres, Ella, no permitiré que la madre de mi cachorro sea privada de la felicidad.

Adorablemente, Ella se tapa los oídos, como si pudiera bloquear el sonido de mi voz, -¡no! por favor, no-, suplica. -no quiero hacerme ilusiones, solo dolerá más cuando se desmoronen.

De inmediato, estoy furioso con un mundo que la ha condicionado a pensar de esta manera, desearía poder retroceder en el tiempo y encontrarla cuando era una niña pequeña, para llevarla bajo mi protección y protegerla de las crueldades que ha enfrentado, sé que no sería la misma mujer hoy sin ellas, pero aún así deseo poder ahorrarle el dolor.

-Escúchame muy atentamente, Ella-, le instruyo, mirando fijamente los brillantes pozos de sus ojos dorados, -haré todo lo que esté a mi alcance para asegurarme de que tus esperanzas nunca se desvanezcan de Nuevo, no puedo prometerte que nunca te decepcionarás, pero te doy mi palabra de que si está en mi poder darte lo que quieres, lo tendrás.

-No confío en esto-, confiesa Ella, sin mirarme, -suena demasiado bueno para ser verdad.

Lentamente levanta los ojos hacia los míos, toma una respiración profunda mientras reúne su valentía, -tú suenas demasiado bueno para ser verdad.

-Entonces supongo que tendré que demostrarte lo contrario, ¿no?- sonrío, rozando mis nudillos sobre su mejilla.

Ella niega con la cabeza, -no necesito que seas algo más de lo que ya eres, solo por favor no me digas que desee la luna cuando ni siquiera puedo alcanzar el cielo.

-Eso es porque has estado alcanzandola por tu cuenta todo este tiempo-, le informo suavemente, -no tiene que ser así.

-¿No?- cuestiona Ella, sus ojos se entrecierran, -entonces tal vez te gustaría decirme qué te dijo Lydia cuando la encontraste.

Demasiado tarde me doy cuenta de que prometí demasiado, y Ella me está llamando la atención, necesito tomar una decisión y rápido.

¿Le digo la verdad y la hago temer por nuestro futuro con nuestro bebé, o la protejo de las intenciones de Lydia y preservo su tranquilidad mental?

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