Alfa Dom y Su Sustituta Humana romance Capítulo 61

Ella

-¡Espera, ¿qué?!-, exclamo, segura de que debo estar escuchando cosas. Sinclair no puede haber dicho lo que creo que dijo.

Él sonríe, trazando círculos en la suave piel de mi vientre.

-Me has oído-, bromea.

-¿Completamente desnudos?-, me quedo boquiabierta, sonrojándome solo con la idea-, ¿todos?, ¿incluso los niños?

-Te lo he dicho, los cambiaformas no asocian la desnudez con el sexo de la misma manera que los humanos, es nuestro estado natural-, explica Sinclair suavemente.

-Nadie se siente cohibido, porque no hay nada de qué avergonzarse.

Debería haber sabido que algo estaba pasando cuando él entró esta tarde y me despertó de mi siesta, trepando a la cama detrás de mí y deslizando su mano debajo del dobladillo de mi blusa para sentir al bebé.

Me quejé por ser interrumpida, pero me acurruqué más cerca de él de todos modos, estirándome en sus caricias tiernas como un gatito adormilado.

Solo una vez que ronroneaba de satisfacción, él abordó el tema que había venido a discutir.

La cuarta noche del festival del Solsticio aparentemente está dedicada a algo llamado baño de luna, dudé sobre esta idea cuando Aileen me mostró por primera vez el programa, pero estaba tan distraída por la idea de la caza salvaje y el baile de máscaras que no pude concentrarme en ello.

Ahora, sin embargo, no puedo concentrarme en nada más, Sinclair acaba de explicar que el ritual de baño de luna implica quitarse la ropa y ungir nuestros cuerpos con aceite, luego acostarse bajo la luz de la luna llena.

Estaba bien con esto hasta el momento en que Sinclair aclaró que sucedería en un círculo de piedras sagradas, rodeado de otros cambiaformas.

-Pero, también es natural tener curiosidad por los cuerpos de otras personas, ¿no todos miran fijamente?, ¿Eso no te molesta?- Balbuceo, pensando en todas las veces que me he sentido incómoda bajo la mirada masculina cuando estaba completamente vestida, y sin querer ni imaginar cuánto peor sería estando desnuda.

-No me molesta que me estudien o me admiren-, encoge de hombros Sinclair, mirándome fijamente.

-Pero puedo entender cómo eso podría ser diferente si fuera una mujer humana y estuviera acostumbrada a que la miraran como un objeto.

Tienes que darte cuenta de que los cambiaformas machos no faltan el respeto a las lobas de esa manera.

-Así que cuando estabas con Lydia, ¿no te molestaba que tu pareja estuviera desnuda frente a otros hombres?-, no creo que yo fuera tan generosa si las tornas estuvieran cambiadas, de hecho, ya estoy pensando en todas las lobas que sin duda estarán mirando a Sinclair y no me gusta.

-Ningún cambiaformas sería lo suficientemente estúpido como para posar sus ojos en la pareja del Alfa de la manera en que estás pensando, no si quieren mantener sus cabezas conectadas a sus cuerpos-, me asegura Sinclair.

-Y si están envidiosos, no representa una amenaza para mí, de hecho, disfruto tener una pareja que otros codicien, solo demuestra que gané la lotería y me recuerda ser el mejor compañero que pueda ser, para ser digno de ella.

Considero esto por un momento, por un lado, desconfío mucho de cualquier hombre que quiera una pareja a la que pueda presumir como un trofeo, eso es exactamente lo que Mike hacía y sé que está muy lejos de ser realmente valorada o respetada, al mismo tiempo, Sinclair no está hablando de las mujeres de la misma manera que solía hacerlo Mike.

No quiere presumir de su pareja para hacer que otros se sientan celosos o amenazados si alguien más la mira, además, él asocia la envidia con su valor intrínseco, no como un impulso a su propio ego o masculinidad.

-Ahora-, continúa Sinclair, ahora con un tono de voz más afilado.

-Si faltaran al respeto a ella, si husmearan a su alrededor a pesar de mi reclamo, o pusieran una sola pata sobre ella-, gruñe sin palabras, enviando escalofríos por mi espalda, -eso sería otro asunto completamente distinto.

Resoplo cuando veo la expresión amenazante en su rostro, -a veces me dejo llevar pensando que los cambiantes están tan adelantados a los humanos, y luego dices cosas como esa y recuerdo que solo son bestias peludas grandes que llevan la apariencia de civilidad.

Sinclair se ríe, -todos tenemos nuestras contradicciones.

-Yo no-, discuto, levantando mi barbilla desafiante.

-No estoy de acuerdo-, responde Sinclair cálidamente, sus dedos bailando sobre mi piel desnuda en patrones cada vez más sensuales.

-Eres la pequeña bola de travesura más feroz que he conocido, pero también eres lo más dulce que he visto-, ronronea, -o abrazado-, sus labios caen sobre mi cuello, apenas rozándolos contra mi piel-, o probado.

-Oye, nada de eso-, objeto, apartando su cabeza, -no necesito que me pongas excitada justo antes de desnudarme frente a cien desconocidos-, le advierto, mi voz se desvanece mientras la realidad del evento que nos espera se instala.

-Todo estará bien-, promete Sinclair, -además, lo único que todos estarán tratando de averiguar es si ya estás mostrando, este es un bebé real, recuerda-, dice, tocando con el dedo mi ombligo.

-Bueno, se van a decepcionar-. Suspiro, aunque en verdad han pasado unos días desde que me paré frente al espejo y le lancé una mirada desafiante a mi vientre, deseando que mostrara signos de la vida que crece dentro.

-¿Estás segura de eso?-, Sinclair arquea una ceja, -esto se siente como una barriga de embarazo para mí.

Las madres tienen conexiones con sus bebés que la mayoría de los padres, incluso los padres cambiantes, nunca pueden tener, porque no los llevamos y los traemos al mundo.

No podemos alimentarlos con nuestros propios cuerpos, no somos quienes los protegieron y los resguardaron en los primeros y más vulnerables meses de su existencia.

-¿Prometes que será tan fuerte como el tuyo?-, pregunto, sollozando.

-Creo que te estás enfocando demasiado en la idea de un vínculo-, reflexiona Sinclair.

-Debes recordar que una conexión no es lo mismo que una relación, Ella, todos los padres están unidos a sus hijos, pero algunos aún tienen relaciones terribles, al igual que todos están unidos a sus amantes, pero algunas parejas son mucho más felices que otras.

-Creo que es difícil porque es una idea tan abstracta-, comparto, sintiéndome ya menos triste.

-Quiero decir, si me dices que algo es mágico, automáticamente asumiré que es más poderoso que las cosas naturales.

-Pero la magia es parte de la naturaleza-, me corrige Sinclair, -la Diosa creó todo al mismo tiempo, la diferencia es simplemente que tú no lo sabías.

-Así es-, asiento lentamente, diciéndome a mí misma que debo mantener este recordatorio en primer plano de mis pensamientos.

-¿Mejor?-, me insta Sinclair, acariciando mi cabello.

-Sí, gracias por hacerme hablar de ello-, confieso, sintiendo un fuerte deseo de abrazar al gran Alfa.

-Siempre-, acepta él, -ahora prepárate, tenemos un poco de baño de luna que hacer.

Mis ojos se abren de par en par.

-Espera, hablé demasiado pronto, no estoy mejor en absoluto, creo que necesito quedarme en casa y procesar esto.

Sinclair se ríe, -buen intento, pequeña, salimos en media hora.

Se inclina y besa la punta de mi nariz antes de deslizarse de la cama, dejándome con un ronroneo bajo, -y yo, por mi parte, no puedo esperar.

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