Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 62

―¡Papá! ―Huilén salió de la nada y cayó sobre la enorme espalda de su padre, eso fue una sorpresa para todos, pensaron que llegaría más tarde y en compañía de su mentora, no sola y desprotegida.

―Princesita. ―Tanok tiró del brazo de su hija y se la pasó al frente para poder abrazarla y besar. ―Mi niña hermosa está en casa. ―Se emocionó de tal manera que olvidó lo tenso de su visita inesperada. ―¡Qué enorme estás! ―La colocó en el piso para que pudiera saludar a su madre.

―Mi niña hermosa… oh, mi bebé. ―Enola no pudo contener las lágrimas, tener a su bebé entre sus brazos ha sido un alivio que no había sentido desde que se marchó. ―Estás preciosa como siempre, cielo… tu padre tiene razón, estás enorme… ―Huilén no dejó de sonreír ni por un segundo, estaba realmente feliz por estar en casa, no importaba que solo sería para la boda de sus padres.

―No mientan, sigo igual de pequeña que hace un año. ―Miró directamente a su padre, nadie más que él sabe que ella será como su madre, pequeña y menuda. ―¡Chicos! ―Chilló al verse abrazada por sus hermanos.

―¿Qué dices, Aluhe? Creo que debemos entrenar más para que nadie se le acerque a nuestra hermana.

―Que ni siquiera la miren, eso estaría bien. ―Tanok sonrió orgulloso de sus hijos.

―Ni que respiren su aire. ―Ikal entró junto a su hijo, la sorpresa en Tanok fue mucho mayor, ¿Qué estaban haciendo ellos ahí? Se preguntó descolocado, no los había invitado porque sabía que estaban ocupados, eso y que no deseaba que Nahil se encontrara en el mismo lugar que su hija.

―Hola, Nahil. ―Huilén miró los ojos del hombre y sonrió. ―¿Cómo estás?

―¿Por qué no llevan a su hermana a ponerse al día? ―Tanok cortó a su hija. ―Vamos, ve tú también. ―Le dio empujoncitos a su nieto para que también se uniera a los chicos. ―Si van a casa de Valentina no salgan de ahí. ―Ordenó antes de que salieran por la puerta.

―Así que no nos invitarías a tu boda humana. ―Ikal miró los ojos de su padre, tiene una idea del motivo, pero él dejó esa vida atrás después de muchos arrepentimientos por el daño que le hizo a Enola a causa de Katriona y su manipulación con hechizos.

―Yo… creí que estaban muy ocupados, es todo. ―Enola evitó sonreír, ella misma los invitó porque sabía que su marido no lo haría.

―Bueno, ahora estamos aquí. ―Nahil que por primera vez había sentido la conexión con Huilén lo miró con los ojos entrecerrados, pero la mirada de Tanok lo puso rígido al instante, así que se quedó con sus sospechas.

―Yo debo ocuparme de algunas cosas, las bodas humanas tienen una muy mala desventaja. ―Suspiró. ―Las novias nos tenemos que hacer cargo de todo y no tener amigas, no ayuda en nada. ―Se encogió de hombros.

―¿Cómo que no tiene amigas, alfa? ―Naran entró junto a su esposo y su supervientre abultado. ―Hola…

―¡Naran! ―Enola corrió a abrazar a quien por derecho es su beta. ―Por el amor de los Dioses… ¡Estás embarazada y hermosa! ―No se lo podía creer. ―¡Embarazaste a mi beta, lobo tont0!

―Soy poderoso, ¿Qué te puedo decir? ―Kato ladeó la cabeza. ―Ven aquí.

―Miserable. ―Enola iba emocionada a abrazar a su amigo, pero no pudo ni siquiera dar un paso, su marido la suspendió así evitándole cualquiera movilidad.

―Kato, hijo de perr4. ―Gruñó Tanok mirándolo a los ojos.

―¡Mejor amigo! ―Kato corrió para abrazarlo, pero el empujón de Tanok lo hizo retroceder, lo que provocó una carcajada en Kato. ―Yo también te extrañé, hombre, no hace falta tanta demostración. ―Tanok ladeó la sonrisa y bajó a su mujer.

―Creó que debes enseñarle el lugar a Naran. ―Acarició las mejillas de su mujer. ―Que se coloque los tapones de oídos para que el ruido no la haga sentir mal. ―Enola tiró de su hombre y ante las mofas y los aplausos para Tanok, lo besó con descaro.

―Más te vale que estés preparado para esta noche, ¿De acuerdo? Estoy ansiosa por casarme nuevamente contigo.

―Siempre me pregunté. ―Nahil miró a su alfa. ―¿Otra boda? De todos los que conozco ustedes han sido los que más se han casado. ¿Tanto amor así?

―Más del que crees, inútil. ―Todos miraron a Tanok quietos. ―Decidimos quedarnos en este mundo, así que debíamos tener una boda humana, es parte de la experiencia, ¿Cierto cachorrita? ―Enola agrandó su sonrisa.

―Deja de tratar a Nahil mal, ¿Está claro?

―Nena, no aquí.

―He preguntado si estás claro. ―Lo miró a los ojos con una sonrisa en sus labios, pero no estaba jugando. ―¿Está claro?

―Sí… ―Kato fue el primero en soltar la carcajada.

―Te amo. ―Tras despedirse de los hombres se marchó con Naran, tiene mucho que hacer.

―Tahiel. ―Valentina dejó caer los hombros. ―No puedes siempre llegar así cuando estoy hablando con alguien.

―Ese alguien tiene como quince años y te mira de una manera que no me gusta. ―Valentina le dio frente. ―Serás mi esposa, Valentina, es mejor que te alejes de cualquier masculino que no sea yo.

―¿Eso incluye a tu hermano, sobrino y todos los hombres de nuestra familia? ―Tahiel ladeó la sonrisa.

―Sabes a lo que me refiero.

―Estás realmente loco, ¡Diez años! Eso es lo que tienes, ¿Y estás pensando en boda? ―Se burló. ―Que tengas un poco más de tamaño que yo y aparentes ser mayor, no te hace mayor. Son dos años de diferencia, Tahiel, dos.

―Casi once, en unos días, los cumpliré. ―Le recordó sin bromas. ―Dos años no son nada. ―Acarició su mejilla. ―Tendré a la esposa más hermosa del planeta entero y tú tendrás al esposo más sexy y varonil.

―Y habló el arrogante. ―Rodó los ojos y se alejó de él, pero Tahiel no cedió, fue tras ella y tuvieron una de esas tantas discusiones que tanto les encantaba tener.

―Bueno… ―Enola agrandó la sonrisa al ver a su hijo tras su luna. ―No me arrepiento para nada de haberme enamorado del padre de mi ex. ―Tanok miró a su mujer más enamorado que nunca.

―Me alegro de que haya valido la pena. ―Besó sus labios. ―Pero ahora debo arrancarle los ojos a un idiot4. ―Inició a caminar. ―¡Hey, estúpid0! ―Nahil espabiló al escuchar la voz de su alfa. ―No huyas, cobarde.

―Cielo, déjalo en paz… ―Enola fue tras él.

―Oh, ¡Papá! ―Protestó Huilén, aun cuando la mirada de Nahil no es más que protectora, él se pone como loco, parece que no conociera nada de los lobos.

―¡Pelea! ―Gritaron Kato y Andrés, los cuales se habían llevado bien desde el momento uno.

―Hombres. ―Naran rodó los ojos.

―¡Alfa! ―Gritó Nahil por su vida.

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