Edson.
-Tu pareja acaba de agarrar mi culo para quitarme mi tarjeta. – Dije cruzándome de brazos sobre e pecho mientras miraba a mi mejor amiga recostada en un mar de almohadas. – Creo que le gustó un poquito demasiado manosearme.
Ella rompió a reír y yo puse la cara más indignada que pude reunir. Escuchamos vagamente a Bastian gritar sobre su inocencia y eso solo hizo reír a Rose más fuerte.
Yo solté un bufido.
-Oh, ¡Vamos! ¿Dime que no es divertido?
-¿Te divierte que mi Luna me acose? ¡Ja! Me voy, no puedo seguir viviendo aquí si mi Alfa no me defiende.
-Que dramático. – Dijo rodando los ojos y luego gateando por la cama hasta llegar a su pequeño buró. Tomó su cartera y me la ofreció.- Ve por algunos bocadillos, tengo una misión para ti y nos llevará un rato hablar sobre los detalles.
Yo arqueé una ceja.
-¿Una misión? ¿Te refieres a que por fin buscarás a otro Beta y yo tendré vacaciones permanentes del puesto?
-Te necesito y lo sabes . – Dijo haciéndome un puchero y ahora fue mi turno de rodar los ojos. – Ve, estoy despierta y tú también. Bien podríamos aprovechar el tiempo.
Negué con la cabeza.
-No es mi definición de “aprovechar el tiempo”. – Murmuré mientras salía del cuarto.
En mi camino hacia la sala vi a Bastian y la hermana de este en el sillón. Ella lucía en su mano mi tarjeta de crédito y todo hizo clic en mi cabeza.
Cerré la puerta de la casa con una sonrisa.
Ya era hora de que Vanesa le dijera de sus planes a Bastian. La pobre había estado tensa por semanas sin saber que todos los oídos lobunos de la casa habían estado escuchando su perorata sobre el Norte.
¿Pero por qué m****a mi tarjeta? Ya tenía al banco llamándome diariamente por movimientos sospechosos en mi cuenta. No los culpaba, Rose la ocupaba para todas las m****as tanto de la manada como las suyas.
Desperté al viejo heladero para un par de litros y regresé a la casa.
Rose me había convencido de alguna forma de que viviera con ella, con el Alfa Frederick, con nuestro hijo adoptivo Chase, la humana Vanesa y Bastian. Al principio pensé que no nos acoplaríamos tan bien como lo habíamos hecho cuando ella llegó a la manada; sorprendentemente todos encajamos y los desayunos, comidas o cenas son divertidas.
Para cuando regresé, Vanesa se había ido pero Bastian y Rose se encontraban muy serios en el sillón.
-Bien, ¿Qué sucede?- Dije entregándole un gran litro de su helado favorito a Rose.
Ella chilló y corrió por una cuchara. Ambos la observamos irse con una sonrisa.
-Mi pareja y yo hemos estado hablando sobre ti. – Dijo Bastian y mi atención regresó a él. – Haces un buen trabajo como Beta…
-Pero es bastante obvio que ya no quieres serlo. No tenía ni diez minutos como Alfa cuando ya habías renunciado. – Dijo Rose regresando de la cocina para sentarse sobre Bastian. – Bastian y yo nos encargaremos de hacer algunas entrevistas para ocupar tu puesto en los próximos días y con suerte encontraremos a alguien igual de capaz. – Entonces se puso seria. – Antes de eso nos gustaría encargarte una misión en la que necesitamos a lobos de confianza. Alguien tiene que llevar a Vanesa a la manada de Fivemountains y traerla de regreso en caso de que el Alfa Alan no acepte nuestro trato. Si ella es aceptada, entonces necesitamos que te quedes en el Norte.
-¿Seré transporte, niñera y guardaespaldas? – Pregunté con curiosidad. No me molestaba, de hecho era algo sencillo de hacer.
-No. El Alfa Frederick se encargará de la parte del guardaespaldas. – Dijo Bastian. – Pero tu fachada será la del Beta que ha escapado de la tarea de proteger a mi hermana.
-¿Para qué necesito una fachada?
- Porque vas a ir a investigar al Alfa Gustav. – Dijo Rose con el ceño fruncido y gran parte de su cara llena de helado.
-Rowan ha encontrado papeles interesantes en la Casa de la Manada del Alfa Luca. O al menos, en la parte de la Casa de la manada que Rose dejó sin incendiar.
La aludida nos regaló una gran sonrisa antes de murmurar que lo haría de nuevo.
-En estos papeles. – Dijo continuando. – Hay algo que nos hace sospechar que después de todo Luca tenía a Gustav como socio en la compra y venta de lobos y humanos por igual. Aun no hemos encontrado el total de localizaciones de sus pequeñas subastas y quizá ese lobo nos ilumine.
-Así que lo que están diciendo es que…
-Necesitamos que te infiltres en su manada y consigas algo de información. Te daremos un teléfono desechable en el que solo te contactaremos cuando Vanesa termine sus asuntos en el Norte o tú nos puedes llamar cuando encuentres algo interesante que reportar.
Yo parpadeé.
-¿Me están pidiendo que sea un exiliado por un par de horas hasta que llegue a mendigar por una manada?
-Si.- Dijeron ambos.
-Al regresar podrías ser un maestro para capacitar a nuestros guardias. – Dijo con una mueca. – Su deidad sabe que necesitan toda la ayuda posible los guardias de Skilltown. No te ofreceremos volver a ser un Beta, ahora… ¿Algo que decir?
-Si, ¿Tenemos un tiempo aproximado para cumplir con esta misión?
-Eso es algo que no sabemos. – Dijo Bastian frunciendo el ceño. – Puede ser que los registros de humanos y lobos que hemos encontrado no sean recientes, pero de todas formas nos gustaría que trabajes rápido.
-De acuerdo. ¿No les preocupa que el Alfa Gustav me haya visto durante la guerra?
-Si, pero confío en que inventes algo lo suficientemente convincente como para que te crean. – Dijo Rose con una sonrisa y yo la miré incrédulamente. – Vamos, solo dile que Bastian apesta y ya.
Yo lo pensé por un par de minutos mientras los tórtolos compartían helado. Obviamente a los lobos acosadores no les tocan delicias congeladas.
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