Ámame otra vez romance Capítulo 11

Complicaciones

«Tu madre ha sido arrestada…»

«Tu madre ha sido arrestada…»

Blake alejó el móvil de su oído y miró la pantalla del aparato, frunció el ceño.

¿Arrestada?

—¿De qué mierd4 estás hablando? —gruñó al volver el móvil a su oído.

—Tu madre se ha metido en problemas, tienes que venir —dijo con urgencia la voz al otro lado de la línea.

—¿Problemas?

—Sí.

Blake se mesó el cabello con frustración, arrastró la mano sobre su rostro; él no necesitaba este tipo de complicaciones ¡No ahora!

—¿Blake? ¿Estás ahí, Blake?

—Sigo aquí, Morgana —respondió casi de mala gana.

—¿Vendrás?

—¿Qué fue lo que hizo esta vez? —preguntó en vez de responder.

El silencio al otro lado de la línea le indicó que su madre se había metido en algo serio, muy serio. Morgana no era una mujer que se fuera por las ramas y le soltaba las cosas tal como al principio de esa llamada.

—Morgana…

—Tu madre quiso hacer una buena obra y ayudó a una anciana con su bolso… —se detuvo.

Blake estaba perdiendo la paciencia.

—A nadie llevan presa por ayudar a una anciana a cargar un maldito bolso, habla de una puta vez o terminaré la llamada y no moveré un solo dedo para ayudarla —amenazó.

—El bolso tenía tres kilos de droga…

—¿Qué?

—No me grites, no tengo la culpa de que tu madre quiera ser amable con todo el mundo, ella se ofreció y no pude evitarlo, Blake, ya sabes cómo es…

Blake Cameron estaba a punto de sufrir un paro cardiaco allí mismo, su madre no era mala, ni siquiera era una mujer que provocara escándalos, pero a veces se pasaba de amable y terminaba así justo, así como ahora.

¡Presa por ayudar a una anciana con tres kilos de droga!

—¿Vendrás?

—¿Puedo decir que no? —preguntó con ironía.

—No…

—Entonces no preguntes —dijo cerrando la llamada.

Blake golpeó el volante con fuerza, puso el auto en marcha mientras se comunicó a la clínica para cancelar la cita con el médico.

El magnate manejó a casa de su primo, necesitaba tener a Larry al tanto de todo y pedirle un par de favores. Él no sabía cuánto tiempo iba a estar fuera del país, esperaba que el asunto de su madre se resolviera con prontitud o se volvería loco.

—¿Qué estás diciendo, qué? —gritó Larry tras escuchar las palabras de Blake.

—Mi madre está presa en Barcelona.

—¿Qué fue lo que hizo?

Blake puso los ojos en blanco y le contó la buena obra de su madre.

—¡Mierd4, son tres kilos!

—Lo difícil será probar que no tiene nada que ver con eso.

—¿Llevarás a Scott?

—No, llamaré a un amigo, espero que pueda ser mi abogado o que me recomiende uno bueno, necesito ir y venir.

—¿Cancelaste con el urólogo?

—Sí, saliendo de aquí voy directo al aeropuerto.

—Iré contigo.

—¡No! —gritó.

Larry enarcó una de sus cejas.

—No es necesario que me acompañes a Barcelona, prefiero que te quedes aquí al frente de los negocios.

—Bien, creo que tiene lógica —dijo Larry luego de analizar la situación por unos segundos.

—Sí, además necesito que vigiles a Hope.

—¿Qué?

—Necesito que la vigiles y averigües qué tan seria es su relación con James.

—¿Pretendes que me vuelva el niñero de tu ex?

—No, no es mi ex, es mi esposa.

Larry puso los ojos en blanco.

—Estás enloqueciendo, Blake, un día ella es tu ex, al otro tu esposa, ¿quieres que vuelva a ser tu mujer? —preguntó con burla.

Blake lo miró, la respuesta llegó de manera instantánea, pero no se atrevió a responder.

—Haz lo que te pido y te prometo que voy a compensarte —dijo Blake golpeando la rodilla de su primo mientras se ponía de pie.

—Haré lo que pueda.

—Harás más que eso, si quieres ir a la cena de gala del próximo fin de mes.

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