Ámame otra vez romance Capítulo 12

Espía

—Diego, gracias por venir —dijo Blake estrechando la mano del abogado.

—No tienes nada que agradecer, Blake, para esos son los amigos, ya Kelly se está haciendo cargo del caso de tu madre desde tempranas horas.

—Espero que el caso no sea grave, tengo que volver a Los Ángeles cuanto antes —pronunció Blake mientras acompañaba a Diego al auto.

—Trataremos de hacer todo lo que esté en nuestras manos, Kelly es una excelente abogada penalista, te aseguro que resolverá la situación de tu madre con prontitud.

Blake asintió.

Una hora más tarde se reunió con la abogada.

—Buenos días —saludó la mujer con seriedad.

Blake tuvo la impresión de que era una mujer peligrosa, de esas que no dejar ir una presa fácilmente.

—Buenos días —respondió Blake.

Ella lo miró como si quisiera asesinarlo, ¿Cómo era posible si no se conocía?

—Explícale a Blake —pidió Diego.

La abogada asintió.

—La cantidad de droga que le fue incautada a su madre, no es cualquier cosa y no se puede justificar como consumo personal.

—Mi madre no es ninguna adicta —espetó Blake.

—Permítame que le explique —dijo la abogada con tono severo.

—Claro.

—La señora Tessa Cameron guarda prisión preventiva, por el momento en una cárcel de mínima seguridad. Así que tenemos poco tiempo para conseguir pruebas exculpatorias para llevar ante los inspectores encargados del caso. He solicitado una orden para pedir una copia de las cámaras de seguridad del aeropuerto, ahí debe estar grabado el momento que Tessa recibió la maleta para ayudar a la anciana —explicó.

—¿Eso cuánto tiempo puede durar? —preguntó impaciente.

—El tiempo que el juez firme la orden, tenemos un punto a favor, Tessa nunca ha sido detenida en ningún país, es una mujer solvente económicamente, así que eso podría ser beneficioso —intervino Diego.

—No importa lo que cueste o el tiempo que llevé, dejó el caso en sus manos —dijo Blake.

Kelly asintió, se despidió primero de Blake y luego se llevó a Diego para intercambiar un par de palabras antes de marcharse.

Blake se mesó el cabello, se sentía terriblemente cansado y desesperado, quería volver a Los Ángeles lo antes posible, el magnate miró su reloj, eran las nueve de la mañana en su ciudad natal, quería llamar a Larry saber de Hope, el sueño que lo persiguió durante el vuelo le hizo consciente de todo lo que la extrañaba.

Seis años sin tocarla, sin besarla…

—¿Blake? —llamó Diego.

—¿Todo bien? —preguntó.

—El caso puede llevarnos unas horas o algunos días, todo depende de lo que nos lleve comprobar la inocencia de tu madre y si hay alguna multa que pagar. Pero no te aflijas, Kelly se hará cargo de eso, solamente tendrás que esperar.

—No quiero esperar, quiero volver —dijo Blake casi con desesperación.

—¿Qué es lo que te hace querer volver tan rápido? —cuestionó el abogado.

—Tenía una cita con el médico —dijo.

—¿Estás bien?

Blake negó.

—Hace algunos años me practiqué una vasectomía, pero mi esposa salió embarazada.

—¿De verdad?

—Sí.

—Sé que en algunas ocasiones suele suceder, a veces puede tratarse de una mala práctica, en algunas ocasiones y quizá muy rara, puede ser que la naturaleza haga su trabajo. En todo caso, el médico que te lo practicó debió advertirte.

Blake dejó escapar un suspiro.

—¿Puedes recomendarme uno de confianza? No estoy seguro de poder vivir con esta ansiedad y la duda más tiempo —dijo.

—No debe ser nada fácil, pero no hagas juicios sin tener todas las pruebas en mano, puedes cometer un error que puede pesarte toda la vida; aprovecha que estás aquí y no le das motivos a tu esposa para que te castigue mandándote al sillón —bromeó.

Blake arrugó la cara como si, en vez de palabras, Diego lo hubiese golpeado.

—Ya me equivoqué, esto sucedió hace seis años y renegué del niño y terminé con Hope.

Silencio, un silencio sepulcral se instaló en medio de los dos hombres.

Diego miró a Blake y no supo si lo hizo con pena, con dolor o con enojo.

—Mierd4, no pudiste ser tan estúpido —soltó.

—Lo acabo de conocer, Diego, Matthew es… ni siquiera sé cómo decírtelo.

—Por favor tome asiento —pidió.

—Gracias, es usted muy amable —Hope le sonrió de manera educada, sin darle a entender nada que no fuera meramente profesional.

—Lamento mucho el fallecimiento de su padre —dijo el hombre.

—Gracias por sus condolencias, señor Gutiérrez.

—No podía creerlo cuando escuché las noticias, habíamos estado en pláticas para lograr firmar este acuerdo —soltó el hombre pidiendo dos copas de champaña.

—Sí, tengo el reporte, tengo entendido que no fue capaz de llegar a un acuerdo con mi padre en cuanto a los costos, hemos revisado y corregido los datos —habló Hope en tono serio y profesional.

El hombre abrió la carpeta y frunció el ceño.

—Me parece que sigue habiendo un error.

—Ningún error, señor Gutiérrez, ahí puede usted en detalle el costo del servicio. Estamos hablando de un gran trabajo, de horas, días y semanas. Gente que tendrá que hacer la parte técnica, ingenieros. En fin, usted sabe de lo que le hablo.

El hombre la miró.

Hope esperó y escuchó los argumentos del hombre mientras, miraba a la mesa de enfrente, James y Chelsea, estaban vigilantes, pero esperaba que no hubiera necesidad de intervenir.

—Es una mujer muy audaz, señora Cameron —Hope le sonrió, se tragó la bilis que le subió a la garganta al escuchar cómo la llamaba.

Tenía que encontrar una manera de romper el matrimonio con Blake, o de lo contrario llevaría su apellido como lastre toda la vida.

—¿Eso quiere decir que firmara? —le sonrió.

—Solo si acepta salir a cenar uno de estos días, usted puede elegir el día que mejor le plazca.

—Si es para hablar de negocios estaré encantada, no relaciono mi vida personal con el trabajo.

El hombre se rio.

—Pasaré mañana por su oficina y terminaremos esta conversación —dijo el hombre.

Hope asintió.

—Será un placer que forme parte de nuestra cartera, señor Gutiérrez.

Hope terminó de cenar, se bebió la copa de champaña y media hora después salió del restaurante con James y Chelsea siguiéndola muy de cerca.

Mientras Larry los seguía un poquito más atrás…

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