Amante peligroso romance Capítulo 180

En la Mansión García.

-Señor, ha vuelto.-

-Sí.- Joaquín le entregó a Guillermo el abrigo de lana, -¿Está preparada la comida?-

-Está preparada hace mucho tiempo. Hay caldo de gallina sedosa, lirio con apio y huevos guisados con salángidos. Todos están hechos con los ingredientes más frescos.-

Joaquín asintió con la cabeza, -Prepara todo en una bandeja y me lo das.-

Guillermo era muy cuidadoso haciendo las cosas, -Está todo listo, ya están colocados en una bandeja.-

-Dámelo.-

Joaquín subió al segundo piso con una bandeja en la mano.

Cuando regresó, el sonido del motor del auto llamó la atención de Patricio.

Patricio ahora no tenía ningún poder en sus manos. Joaquín simplemente dejó que Patricio envejeciera con honor en esa mansión hasta que se jubilara. Se podría considerar que había tenido en cuenta la relación de amo y sirviente que habían tenido durante tantos años.

-Denis, es hora de comer.-

Joaquín dejó la bandeja en la mesilla de noche y Denis se quedó desconcertada, no esperaba que esa persona volviera a esa hora.

-¿Por qué estás aquí?-

-La empresa no ha estado muy ocupada estos días. Por lo que no hay muchas cosas con las que lidiar.- Mientras lo decía, cogió el cuenco de la bandeja y sacó una cuchara para servir a Denis un poco de caldo de gallina sedosa, -Vamos, bebe un poco de sopa primero.-

Mirando la cuchara que se le acercaba a los labios, el buen olor de caldo de gallina sedosa le llegaba al olfato, pero no tenía apetito.

-No tengo hambre.-

-Toma un poco.-

-Quiero dormir.-

-Puedes dormir después de tomarlo.-

Denis miró la sopa de la cuchara durante un rato, luego extendió la mano, -Lo tomaré sin tu ayuda.-

Joaquín tampoco discutió con ella y le entregó el cuenco de sopa a Denis. Su mirada se suavizó mucho al ver que, aunque la mujer se quedó callada, dio sorbos constantes a la sopa.

Denis bebió muy despacio, iba de cucharada a cucharada. Después de acabarse la mitad de la sopa, colocó la cuchara en el cuenco, levantó la cabeza y meneó la cabeza al hombre de enfrente.

-¿Ya estás llena?- preguntó Joaquín en voz baja.

Esta última asintió.

En cuanto a si estaba llena o no, ella tampoco lo sabía con claridad, era solo que... estaba obedeciendo a lo que él quería hacer. Después de tomar algunos sorbos ya había completado la misión, así que podría ponerle una excusa para echarlo de la habitación y envolverse bajo la colcha para no verlo.

Joaquín ordenó un poco la bandeja, pero no tenía intención de irse enseguida.

Sentado en el borde de la cama, sus cálidas palmas se metieron en la colcha para cubrir su vientre con una mirada gentil, -Guillermo es prudente y considerado. Tienes que comer más para que aquí pueda engendrar a nuestro bebé sano y salvo.-

Sus palabras de repente desanimaron a Denis, se quedó tensa completamente y su cuerpo tembló de forma poco natural en ese instante.

Su palma seguía acariciando su vientre con dulzura, parecía increíblemente gentil, y sus oídos escuchaban su voz suave y baja, -Duerme, le diré a Guillermo que ordene a la cocina para que hagan sopas nutritivas por la noche.-

Los ojos oscuros irradiaban una luz suave que nunca se había visto, su mirada se dirigió hacia su vientre, como si estuviera viendo a algo extremadamente precioso, -Si Dios nos bendice, cuando nazca el bebé, iremos a hacer una foto en familia. ¿De acuerdo?- La miró con una sonrisa, la ternura llenaba sus ojos.

Denis estaba acostada en la cama, escuchando sus palabras y mirando la dulzura de sus ojos, su rostro inexpresivo empezó a sonreír de repente. Ella también lo miró a los ojos con una sonrisa brillante, -Está bien.- Ese tono suave casi podía hacer que la gente ignorara su voz ronca.

Los ojos de Joaquín se iluminaron y se posaron en el rostro de Denis. En ese momento sus palpitaciones se habían acelerado... Denis dijo “¡Está bien!”. Ella estaba dispuesta a tener un bebé suyo, ¿eso quería decir que Denis estaba dispuesta a olvidar el pasado y vivir con él en paz?

-Tengo sueño.- Parecía cansada y bostezó.

-Voy al estudio, que duermas bien.-

Joaquín estaba de muy buen humor, así que salió del dormitorio sosteniendo la bandeja.

Era de noche y todo estaba silencioso.

-Denis, Denis, Denis...- En el dormitorio oscuro, hubo una llamada cariñosa de un hombre, parecía que ese nombre que estaba llamando se había convertido en la palabra de amor más hermosa del mundo.

Denis abrazó gentilmente al hombre que estaba a su lado. Ese abrazo era el afrodisíaco con más efecto del mundo para un hombre. Los ojos de Joaquín se volvieron cada vez más brillantes, y estaba tan contento que se le descontrolaban las palpitaciones, -Denis, Denis, Denis...-

Denis lo soportó todo. Puso la cabeza sobre sus hombros, dejándolo hacer lo que quería. Sus brazos estaban abrazando sus hombros, y mientras su cabeza descansaba sobre sus hombros, soltó una risa de burla en un lugar donde él no veía.

Cunado estaba ya exhausta, se quedó dormida. Pero se despertó de un susto en medio de la noche y lo primero que vio eran sus anchos pechos. Ella rio con frialdad, y con los ojos abiertos miró el techo. Como se había despertado en medio de la noche, no consiguió conciliar el sueño en toda la noche... Igual que las muchas noches que pasó después de vivir allí... ¿Cómo podía dormirse en sus brazos?

Ja…

Por el rabillo del ojo miró por la ventana de nuevo... Ja, era la familiar puerta de hierro forjado, la única diferencia con ese lugar era que... ¿Esa habitación era más lujosa?

Él todavía estaba dormido. Tenía un ligero olor a sudor en el cuerpo porque anoche habían hecho el amor muchas veces... Sus pálidos labios sonrieron en silencio y esa sonrisa se desvaneció silenciosamente en la oscuridad.

Al amanecer cerró los ojos y fingió dormir porque ya sabía lo que él iba a hacer.

-Levántate, ya es de día, Denis.-

La empujó.

Denis se dio la vuelta, luciendo como si no hubiera dormido lo suficiente, -Tengo sueño, ¿no puedo quedarme a dormir un rato más?-

Hubo un poco de sonido nasal, Joaquín se rio. Esa mujer pocas veces se comportaba así con él, por lo que se mostró generoso, -Está bien, sigue durmiendo. Le diré a Guillermo que te tenga la comida calentada, acuérdate de levantarte a comer.-

-Vale.-

La colcha cubría la mayor parte de su cabeza, y su cabello cubría la otra mitad que quedaba, por lo que solo solo había una pequeña parte de piel al descubierto. Los ojos de Joaquín se suavizaron extendió la mano para frotarle el cabello, -Buena chica.-

La cama perdió un poco de peso por su partida, y al cabo de un rato, se oyó un leve ruido de la puerta cerrándose. La mujer que estaba bajo la colcha se movió, y levantó la colcha que cubría su cabeza, dejando al descubierto sus ojos indiferentes... Ya no había rastro de cara soñoliento.

Ella no se movió. No fue hasta que escuchó el sonido del auto arrancando de fuera que se levantó de la cama, se paró junto a la ventana y miró el auto saliendo de Mansión García con ojos fríos.

Hubo un leve toque en la puerta, la persona que venía parecía tener miedo de que el golpe en la puerta asustara a alguien.

Denis caminó descalzas para abrir la puerta. Cuando la puerta se abrió, Patricio estaba allí con una pinta de sospechoso.

Denis miró levemente al anciano, -¿Dónde están las cosas?-

Patricio sacó un frasco blanco de su bolsillo, -Aproveché que Guillermo se fue para asignar los trabajos de hoy a otras personas de la Mansión García y te doy estas cosas. El señor tiene sospechas sobre mí, así que no hay muchas oportunidades para contactarnos en el futuro. Aquí tienes la cantidad de una botella.-

Se lo entregó a Denis mientras lo decía.

Denis miró el frasco blanco que tenía en la mano, era un frasco blanco muy común, -Qué considerado por su parte, Patricio. Encima te has molestado en meter las pastillas en un frasco de vitaminas.- dijo con una sonrisa extraña que pronto desapareció. Cuando volvió a levantar la cabeza, ya era como un robot sin emociones, -Pues muchas gracias, Patricio.-

Después de hablar, cerró la puerta.

Fuera de la puerta, el rostro de Patricio estaba lleno de complejidad.

Denis desenroscó la tapa y sacó una pastilla blanca, como ayer, se lo metió suavemente en su boca, dejó que la pastilla se derritiera y la amargura se extendiera. Luego sonrió suavemente y las lágrimas se cayeron de sus ojos.

¿Un bebé?

¿La persona que la metió en la cárcel ahora quería que ella tuviera un bebé con él?

La pastilla en la boca se transformó completamente en un sabor amargo para llegar a su garganta. Junto con las lágrimas que brotaban de los ojos que era extremadamente salada y astringente, llegaron a su boca. Mientras sentía la amargura y salinidad al mismo tiempo... Arrojó las “pastillas de vitaminas” al cajón del tocador.

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